Transformación Digital

Christina Colclough, fundadora de The Why Not Lab: “No debemos mirar los números, sino la calidad de los empleos: vemos un aumento de los trabajos precarios”

La doctora en Sociología alertó acerca de los peligros de la digitalización y automatización, asegurando que los trabajos cambiarán para siempre. Además, mostró preocupación por la amenaza que suponen estas tecnologías para la democracia.

Por: Renato Olmos | Publicado: Miércoles 25 de enero de 2023 a las 04:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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Preocupada, pero optimista. Así se siente Christina Colclough, una de las oradoras presentes en el Congreso Futuro realizado la semana pasada, acerca del futuro del trabajo y las legislaciones para regular el uso de las tecnologías que cambiarán miles de empleos en los siguientes años.

Colclough es doctora en Sociología y fundadora de The Why Not Lab, una consultora dedicada a capacitar a trabajadores, sindicatos, gobiernos y políticos para que “comprendan el impacto de la digitalización del trabajo”, comenta, agregando que es un “compromiso por la democracia” en busca de equilibrar los poderes ante la amenaza de las nuevas tecnologías, dijo en entrevista con DF.

“Tenemos empresas que se hacen cada vez más ricas, cada vez más poderosas, y tenemos servicios públicos que están en una relación de dependencia cada vez mayor con estas empresas tecnológicas y que no están creando su propia capacidad para garantizar que interpretan los datos, que son ellos los que toman la decisión final, sino que dependen cada vez más de la interpretación del sector privado”.

- ¿Qué tan amenazante pude ser la automatización para los trabajos?

- Nuestros trabajos están cambiando y a una gran velocidad. Es algo transversal en todos los sectores y posiciones jerárquicas. Todo eso ocurre con el control y herramientas de algoritmos. En este punto tenemos que preguntarnos si es este el futuro que queremos, y cómo podemos trabajar con estas tecnologías, pero de manera responsable, asegurándonos de que nuestra fuerza de trabajo tenga las habilidades necesarias.

- Pese a este escenario, es posible imaginar nuevos tipos de empleos en el corto plazo.

- Si miramos las estadísticas, ves un balance entre los trabajos que se pierden y los que se ganan, pero debemos preguntarnos qué tipos de trabajos vienen. En Latinoamérica, especialmente para los jóvenes, son interminables los contratos por cuenta propia o contratos temporales. Y los jóvenes se ven envueltos en una espiral de trabajo precario. No debemos mirar los números, sino la calidad de los empleos: vemos un aumento de los trabajos precarios.

- ¿Y cómo las compañías y trabajadores pueden prepararse para un futuro con más automatización?

- Deberíamos hablar de control algorítmico, porque esa es la parte más engañosa de esta herramienta digital, donde la forma en que algoritmos deciden quién obtiene un trabajo, quién es despedido, quién es penalizado, es muy oscura. Necesitamos un desarrollo de capacidades públicas. Los gobiernos deben trabajar en varias legislaciones, asegurarnos que los sistemas algorítmicos sean gobernables, porque van cambiando todos los días, y evitar que vayan en la dirección contraria. Para garantizar que no se produzcan daños debemos gobernar estas tecnologías.

- ¿Qué lecciones puede sacar Chile en esta materia?

- Primero, debemos saber lo que debemos saber. Luego, asegurarnos de que si una empresa o un servicio público introduce una tecnología esta haya hecho su evaluación de impacto y que tiene una gobernanza. Hay que recordar que la tecnología está aquí para servirnos y no al revés. También se debe avanzar en legislación y preguntarnos cómo mantenemos un futuro diverso donde no estemos algorítmicamente controlados.

- ¿Qué otra gran amenaza identifica?

- La mayor amenaza tiene que ver con el perfilado algorítmico. Todo lo que hacemos, y lo que no, se transforma en perfiles. Por ejemplo, tu teléfono celular tiene aplicaciones que saben cuánto te mueves o cuándo haces ejercicio. Toda esa información deriva en perfiles que se están esparciendo dentro de cada aspecto de nuestras vidas. Este perfilamiento es muy aterrador porque nos está convirtiendo a todos en comparaciones hacia una norma matemática. Tus derechos humanos están ahora subordinados a un sistema algorítmico y necesitamos más transparencia.

- ¿Está la democracia en peligro con el avance de la digitalización?

- Sí, sí y sí. Si nos fijamos en las grandes empresas tecnológicas, estas tienen más dinero e información que la mayoría de los gobiernos. Los datos son información. Y a medida que avanza la digitalización de los servicios públicos, la mayor parte se realiza a través de la contratación pública y son estas empresas privadas las que poseen los sistemas que utiliza el sector público. Y en ningún lugar del mundo hay una ley sobre contratación pública que se garantice que tú, como servicio público, tienes acceso y control conjunto de los datos y que tienes derecho a modificar el algoritmo.

Esta información, que no es ni objetiva ni neutral, se está dando a los servicios públicos a través de los ojos de las empresas privadas. Tenemos empresas que se hacen cada vez más ricas, cada vez más poderosas, y tenemos servicios públicos que están en una relación de dependencia cada vez mayor con estas empresas tecnológicas y que no están creando su propia capacidad para garantizar que interpretan los datos, que son ellos los que toman la decisión final, sino que dependen cada vez más de la interpretación del sector privado. Así que sí, la democracia está amenazada.

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