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La semana en que Piñera puso nervioso a Chile Vamos

La posibilidad de que baje su candidatura, desata la intranquilidad en la derecha, que observa a la Fiscalía como su principal peligro.

Por: Rocío Montes | Publicado: Lunes 12 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Para quienes conocen el perfil del ex presidente Sebastián Piñera, resulta poco probable pensar que haya dificultades políticas y personales que lo hagan abandonar fácilmente la carrera presidencial 2017, aunque todavía no haya anunciado su postulación. Hace una semana, sin embargo, por primera vez en esta campaña soterrada deslizó la posibilidad de no competir. “Mi familia no tiene la misma actitud de apoyo que tuvo el año 2009, y para mí es muy importante, si uno quiere ser un buen presidente, un buen candidato, tener el apoyo de la familia. Sin eso es muy difícil”, indicó en entrevista con radio Cooperativa, instalando el asunto por su propia voluntad, sin que mediara una pregunta de los periodistas. Aunque improbable, Piñera despejó un eventual camino para salir de la competencia -una especie de vía de escape ante cualquier emergencia-, como se ocupó de hacerlo Ricardo Lagos desde el mismo 2 de septiembre en que anunció su candidatura.

Resulta difícil imaginar a Piñera desistir de su camino de regreso al gobierno para pasar mayor cantidad de tiempo en el lago Ranco, pero su frase con respecto a su familia toma fuerza y sentido si se le contextualiza en el actual escenario político y judicial que enfrenta el ex mandatario. La comisión investigadora de la Cámara y sobre todo la investigación judicial que lleva adelante la Fiscalía -que indagarán las inversiones de Barcard en Perú mientras Piñera era jefe de Estado y ambos países estaban enfrentados en La Haya- han movido el tablero para el candidato que tiene las mayores opciones de ganar la presidencial, de acuerdo a las encuestas disponibles hasta ahora. Al hablar del poco apoyo de su esposa y de sus hijos, el ex Presidente habría querido poner de manifiesto que su familia no puede ser blanco de ataques, en un momento en que la Fiscalía presiona por conocer los email entre Nicolás Noguera, gerente del family office, y su hijo Sebastián Piñera Morel, que formaba parte del consejo directivo de la sociedad. 

En la derecha explican que el mensaje tenía dos destinatarios, la Fiscalía y Chile Vamos. Para el Ministerio Público el recado habría sido: para todo existe un límite, no abusen de la creatividad. Para la derecha habría existido una especie de anuncio: de no cuadrarse sin fisuras en el caso Bancard, que podría escaparse de las manos, existe la posibilidad cierta de claudicar en la carrera presidencial. 

Al menos desde la oposición, la respuesta fue unánime. Cuando trascendió que Bancard no había entregado todos los antecedentes requeridos por los fiscales y luego de que Piñera negó que se haya ocultado información -“las empresas han entregado toda la información pertinente”-, los cuatro partidos del bloque respaldaron la versión del ex Presidente. No se ha escuchado ninguna voz disidente, como la que en un comienzo representó el presidenciable Manuel José Ossandón, bastante crítico a las operaciones de Bancard con la pesquera peruana Exalmar: “En la historia de Chile no se ha visto algo tan grave, si fuera verdad”, señaló el senador ex RN al explotar el escándalo. En esta pasada, sin embargo, hasta Ossandón ha guardado silencio.

Los partidos sin otra opción fuerte

La confesión de Piñera puso nervioso a Chile Vamos y los representantes de los partidos abordaron el eventual escenario sin Piñera de candidato en la reunión de coordinación del comité ejecutivo del conglomerado de hace una semana. El secretario general del PRI, Eduardo Salas -que se alista a proclamar al ex Presidente en su consejo general del 17 de diciembre–, fue el primero que manifestó su inquietud de concretarse el mayor temor de la oposición. Los partidos grandes, sin embargo, actuaron públicamente con una llamativa racionalidad que no guarda relación con la tensión del momento que se vive a nivel interno. 

“El ex Presidente es una tremenda carta, pero no nos vamos a echar a morir si él resuelve no hacerlo (…) La coalición existe y va a seguir existiendo, y nuestro sector existe y va a seguir existiendo, más allá de las decisiones personales de cada uno”, indicó el presidente de RN, Cristián Monckeberg. El secretario general de la UDI, Guillermo Ramírez, señaló que si Piñera decide no presentarse, Chile Vamos “llevará delante la primaria con los candidatos que decidan competir”.

RN tenía poco espacio para haber salido con un discurso demasiado distinto al de Monckeberg: con varios precandidatos del partido -los senadores Francisco Chahuán, Alberto Espina y eventualmente Andrés Allamand, interesado en instalarse como el Plan B de no competir Piñera-, por ahora la colectividad no puede decantarse por ningún postulante sin correr el serio riesgo de un quiebre interno. Sobre todo cuando algunos líderes fuertes de RN, como Carlos Larraín, recién instalado en la nueva mesa directiva, no oculta su simpatía por la postulación de Ossandón.

En la oposición, sin embargo, explican que el espíritu del bloque lo ha reflejado con mayor nitidez el recién asumido alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, que a mediados de semana confesó: “No se me ha pasado por la mente pensar que él va a decir que no”. “No hay un plan B por las diferencias que uno ve en las encuestas. Si me preguntan hoy día, no hay plan B. Es Sebastián Piñera o es Sebastián Piñera”, indicó, dando cuenta de la mirada predominante en la UDI. En el gremialismo indican que en el partido está prácticamente tomada la decisión de no llevar un candidato propio, pero solo en el caso de que Piñera compita. De lo contrario, señalan desde la sede de calle Suecia, no reconocerían a otros abanderados como Ossandón o Allamand y la UDI debería llevar a un postulante a la primaria del 2 de julio próximo. 

Piñera, hasta ahora, representa la columna ordenadora de la derecha, que en su mayoría no se pierde, pese a que públicamente deba entregar señales de calma. Aunque todavía faltan tres meses para que el ex presidente anuncie su decisión, seis para la primaria legal de la oposición y 11 para las elecciones presidenciales de noviembre -un periodo largo de tiempo que hace posible los cambios de escenario-, Piñera sigue siendo el candidato con mayores posibilidades no solo de Chile Vamos sino que de todo el espectro político. El caso Bancard ha demostrado que ciertamente no es inmune y un peligroso senador Alejandro Guillier se le acerca en las encuestas, pero hasta ahora no tiene grandes competidores en su sector. De acuerdo a la Adimark, Piñera tiene un 24% y quien le sigue es Ossandón, con 4%: en definitiva, 20 puntos de diferencia. En Chile Vamos apuestan a que la encuesta semestral del CEP, que se conocerá en los próximos días, le dará un nuevo aire ganador a Piñera.

El factor Fiscalía

En Chile Vamos y en el piñerismo existen voces que estiman que el caso Bancard asoma como la principal amenaza en las pretensiones de Piñera de volver a ser presidente de Chile, porque observan que el fiscal del caso Penta, Carlos Gajardo, está llevando adelante una confrontación menos judicial que política. De partida, explican en la oposición, porque la querella del diputado comunista Hugo Gutiérrez debería haber sido declarada inadmisible, por su debilidad de argumentos. En Chile Vamos señalan en privado que su tramitación permitirá, de ahora en adelante, que se instrumentalicen los procedimientos judiciales para la persecución de rivales. 

En la derecha desconfían del procedimiento que el fiscal Gajardo lleva adelante en el caso de Bancard y el enfrentamiento resulta evidente. El hecho de que el Ministerio Público haya pedido todos los email entre Noguera y Piñera Morel en un período de cinco años, hace pensar a dirigentes de Chile Vamos que nuevamente la Fiscalía ha salido a pescar con una red kilométrica y que intenta encontrar algún delito hurgando en la vida privada de las personas. En el piñerismo, sin embargo, no están por la pasividad. 

Conscientes de que el solo hecho de ser investigado en casos que involucren dinero y política puede generar un daño incontrarrestable -como le ha ocurrido a dirigentes de la Nueva Mayoría y en la oposición-, uno de los primeros análisis del piñerismo tiene relación con una actuación rápida: mientras antes se logre cerrar el caso, mucho mejor. La posibilidad de llegar a mediados de 2017 con una investigación judicial vigente, representa un escenario complejo. En el círculo del ex presidente se señala que se intentará cerrar lo antes posible el flanco abierto en la Fiscalía, pero sin renunciar al derecho de disputar judicialmente las peticiones que consideran excesivas, como revelar los correos que el gerente general de Bancard y el hijo de Piñera se enviaron entre 2009 y 2014. 

Los planes no le han resultado como estaba programado: el caso Bancard y el ascenso en las encuestas de Guillier no le han permitido navegar a una velocidad crucero y tuvo que entrar a la polémica sobre los inmigrantes y emprender una intensa agenda en medios de comunicación. Pero en un escenario donde el oficialismo y sus cartas presidenciales siguen atravesando problemas, el ex presidente Piñera todavía parece decidido a intentar mantenerse en su carta de navegación: anunciar su postulación en marzo, presentarse a la primaria de julio y llevar adelante una campaña corta hasta noviembre, de apenas cuatro meses. Una estrategia que sigue sonando coherente, a no ser que la Fiscalía enrede el escenario. 

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