Actualidad

Mansuy: “El país le dio un voto de confianza a la derecha, pero eso no es todavía un giro”

Director de estudios del IES pone en duda la opción planteada por el Presidente electo de apelar a la transición para impulsar su proyecto.

Por: Angela Chávez M. | Publicado: Martes 26 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

El profesor de Filosofía de la U. de Los Andes y director de estudios del IES, Daniel Mansuy, admite ser “hiper escéptico” de cualquier tesis que intente a pocos días de la segunda vuelta dar una explicación “como totalizante”.

No obstante, dice tener algunas intuiciones, que hay que ir confirmando. La primera, “que hay un votante que nos cuesta mucho leer porque no obedece a las categorías políticas heredadas del plebiscito del 88”. Y segundo, que “con todas sus limitaciones, la derecha demostró que se puede movilizar y cuando lo hace puede ser mayoría. Ese es un dato nuevo en Chile”, que a su juicio -añade- no fue visto (antes) por la solidez de una coalicion que hoy está dividida y por la popularidad de Michelle Bachelet.

-¿Chile está virando a la derecha?

- El país le dio a la derecha una oportunidad. Hay como un voto de confianza inicial para girar a la derecha, pero eso no es todavía un giro, para que lo sea, en el fondo, en cuatro años más el candidato oficialista debiera ganar la elección. Pero eso me parece incierto todavía, está por verse, porque la campaña de Sebastián Piñera en segunda vuelta, si uno la juzga políticamente, tuvo evidentes dificultades, lo que pasa es que la de Guillier fue igual o peor. Ahora viene el desafío grande que es gobernar este nuevo país.

Entiendo a Cristian Larroulet cuando dice que fracasó el diagnóstico (de la NM), pero eso tampoco quiere decir que el suyo se haya confirmado porque su gobierno le entregó la banda a Michelle Bachelet cuatro años antes. A nada le temo más que a la complacencia al interior de la derecha, decir: Pasó esta mala noche, la resaca, volvamos a lo de siempre, números, gestión, excel’. Si esa es la lección que la derecha saca, tendremos una lógica pendular que creo dramática en los países.

- ¿Pero la derecha supo leer el país?

- Es lo que decía, el país le dio un voto de confianza, porque hasta ahora –si me apura- la derecha no ha hecho demasiado esfuerzo por leerlo, lo vamos a ver en cómo le vaya a este gobierno. Parte con un muy buen piso, con una legitimidad política importante, tiene buenas condiciones, pero eso es como una invitación a hacer el trabajo, no es que el trabajo esté hecho.

El gobierno de Piñera no tiene comprado los números de la rifa ni mucho menos, el triunfo cultural está por verse. Ganar la elección es una parte importante, pero no es toda la pega. Incluso en la campaña, cuando se dio el tema de la gratuidad, Piñera hipotecó parte de su capacidad de gobernar bien, para no ser injusto.

- ¿Ese triunfo cultural es de la izquierda?

- Es una discusión que está abierta. La izquierda instaló ejes y ha sido mucho más exitosa que la derecha en eso, a tal punto que la derecha ha cedido a algunos de sus ejes, que antes consideraba intransable.

¿Cómo va a gobernar Sebastián Piñera? ¿Cómo va a hacerlo con estos datos? La hoja está en blanco, él, su entorno, su gobierno, tienen que escribirla. Hasta ahora, la izquierda ha sido exitosa en poner ejes conceptuales y la derecha no ha sabido ofrecer alternativas. Ahora, Piñera tiene cancha, tiene el gobierno, legitimidad política, porque ganó por nueve puntos para hacer algo distinto que seguir discutiendo los ejes de la izquierda, pero eso requiere un eje discursivo que no he visto. Y en la segunda vuelta básicamente lo que se hizo fue cederle la gratuidad a Ossandón y a la izquierda y tener el privilegio de conocer las opiniones políticas de los hijos de Sebastián Piñera, dudoso privilegio a mi juicio.

- ¿Cómo Piñera le da un relato a su gobierno, cuando asume compromisos ejes de la izquierda?

- Difícil. Hasta ahora, el único eje conceptual que ha mostrado Piñera es volver a los acuerdos de la transición, lo que me parece un delirio, pero en fin.

Tiene un buen punto de partida, pero tiene dificultades también, entonces aquí se ve el talento político. Como de esta situación Sebastián Piñera logra tener una comprensión política adecuada para hacer emerger el discurso, las nuevas caras, los nuevos ejes, sin los cuales seguirá pegado a los ejes de la izquierda, porque si seguimos discutiendo gratuidad, AFP estatal y Constitución, seguimos discutiendo los ejes que dibujó la izquierda y el objetivo de cualquier gobierno es discutir los ejes que pones. Es una tarea difícil y no estoy seguro, a lo mejor me equivoco, espero que así sea, que en los últimos cuatro años Piñera haya hecho el esfuerzo. Por eso temo y me asombra que después de cuatro años de preparación la primera reacción tras el 19 de noviembre fue la que vimos.

- ¿Y la invitación a una segunda transición para avanzar a un desarrollo con progreso, es suficiente?

- No. El problema de ese discurso es que la nostalgia de la transición yo la encuentro muy corrosiva. Uno puede mirar a la historia, dice Nietzsche, como un anticuario o de una manera creativa. Las personas que lideraron la transición están condenadas a mirarla como un anticuario y resulta que la transición de principios de los ‘90 era con Pinochet como comandante en Jefe, enclaves autoritarios at infinitum, senadores institucionales designados, y eso ya no existe. Hay un Frente Amplio, RD tiene 10 diputados, todo cambió, la revolución pingüina de 2006, las movilizaciones de 2011 y usted me sigue hablando de la transición. Eso ya no le habla a la gente.

Entonces, la transición vista con la nostalgia del anticuario es políticamente inútil, habría que darle nueva vida, y dudo que alguien como Sebastián Piñera, que fue protagonista de la transición, sea capaz de hacer eso. Ese discurso es insuficiente porque sigue conectando con un país que no existe. Carolina Goic apeló a eso y alcanzó un 6% y Beatriz Sánchez el 20%.

- Chile Vamos como coalición también tiene que jugar un rol en la elaboración de ese discurso …

- Por supuesto, uno lo personaliza en Piñera porque es el líder, pero esto es un problema político de la coalición entera. Mucha gente tiene un papel en cómo se ordena este buque y en eso la UDI está complicada porque está dividida internamente, RN parece un poco más ordenada, tuvo resultados buenos…

- ¿Pero sus dirigencias son capaces de asumir el desafío de dar relato al gobierno de Piñera?

- Hasta ahora, no lo han mostrado. Es medio duro lo que voy a decir, pero la dirigencia política de la derecha, conceptualmente, no sé si ha dado luces de entender lo que pasa en el país, no he visto elementos discursivos que realmente uno diga aquí hay algo nuevo, que está conectando con el país. Siguen aplicando play a un discurso antiguo, que en algunos contextos puede funcionar, pero –en estos años- si uno se pregunta quién fue el líder de la oposición al gobierno de Michelle Bachelet, a uno se le ocurriría Ignacio Walker que no salió elegido como senador. Porque no fue Cristian Monckeberg, presidente de RN; no fue Ernesto Silva presidente de la UDI, tampoco es Jacqueline Van Rysselberghe. Andrés Allamand intentó jugar ese papel en algún momento, pero él como que siempre entra y sale.

- Por lo mismo figuras como Felipe Kast o Manuel José Ossandon tienen todo el espacio para crecer.

- Está instalado para que caras -no voy a decir jóvenes, porque no son todos jóvenes- novedosas, que encarnan cosas distintas en política, jueguen un papel y, por supuesto, Felipe kast, Manuel Jose Ossandón y creo que José Antonio Kast, que demostró un talento político que nadie se lo esperaba.

Algunos diputados jóvenes, como Jaime Bellolio, Diego Schalper, Guillermo Ramírez, también tienen espacio para jugar más.

Dicho eso, es interesante saber que es muy difícil saltar del Parlamento al gobierno y, por lo tanto, hay que poner mucha atención al gabinete de Sebastián Piñera, porque me parece que los talentos más importantes de la derecha están en el Parlamento y Piñera ya dijo que no iba a sacar a nadie del Parlamento.

La pregunta es si Piñera quiere proyectar un gobierno de continuidad tiene que nombrar delfines para que se luzcan en ministerios, entonces cuáles van a ser esos delfines.

- ¿Como sea, aquí el rol más importante lo tiene que jugar Sebastián Piñera?

- Como articulador de nuevos liderazgos, por lo menos al interior del gobierno, tiene un papel fundamental. Creo que hace muchos años un gabinete no era tan importante como el que se va a nombrar ahora y sabemos tan poco de ese gabinete. El nombramiento de ese gabinete implica tomar muchas decisiones.

- De ahí que debe ser un gabinete más político...

- Infinitamente, más político y menos gerentizado, con más renovación de caras, de códigos, de generación también. El trabajo del gabinete, supongo, es uno de joyería, la cantidad de equilibrios que hay que encontrar, hay gente que se va a molestar como siempre, no hay otra salida.

El gabinete nos va a decir mucho y lo que quiere proyectar.


 

"Perder con Guillier ha sido el peor de los negocios"

- ¿La Nueva Mayoría está muerta como se ha dicho?

- Las radicales diferencias doctrinarias de la Nueva Mayoría fueron escondidas por la popularidad de Michelle Bachelet y esto ocurrió desde que se vislumbró que podía volver de Nueva York. Nadie me va a convencer de que Jorge Burgos tiene que estar en la misma coalición que Guillermo Teillier, eso no tiene operatividad política posible. Las coaliciones políticas funcionan, obviamente a partir de desacuerdos, pero con un horizonte común y ahí claramente no hay o no hubo nunca uno, más que la popularidad de la Presidenta. Retirada esa popularidad, tendrán que sincerarse las posiciones y proyectarse las distintas identidades. Ojo eso no tiene nada de malo, es políticamente sano que cada cual despliegue su proyecto y compitan. El Frente Amplio en eso fue sano, pero no me digan que es lo mismo porque sabemos que no es verdad y la gente no les cree, de hecho no le creyó a Guillier, el Laguismo no es soluble en el Frente Amplio.

- ¿Cree que Ricardo Lagos le habría ganado a Piñera?

- No, no creo. La Nueva Mayoría debió –y es fácil decirlo ex post- haber proyectado a alguien, ya que vamos a perder, perdamos con dignidad y proyección porque un candidato que saca 46%, que es joven, queda instalado para la otra.

Uno se pregunta y es un poco mala onda, pero qué papel va a jugar Guillier en la reconstrucción de la izquierda, qué liderazgo tiene para jugar ese papel, ninguno. Entonces, se perdió la oportunidad de la elección presidencial. Eligieron un candidato por las encuestas, lo mandaron a morir, lo dejaron solo y hoy se dan cuenta que no tienen liderazgos, bueno, por giles.

Lagos hubiera perdido, pero habría reconstruido, confianza, doctrinalmente. Lo peor era perder con Guillier, contra quien no tengo nada porque mostró una nobleza humana y política, pero perder con Guillier ha sido el peor de los negocios.

- ¿La reconstrucción de la centroizquierda se ve muy lejana en el horizonte?

- Se da otro problema ahí, que no tiene solución, que es difícil, que la división doctrinaria es transversal a los partidos, la DC, el PPD, el PS y también el PR están cortados por partes significativas que van para cada lado. Felipe Harboe dice una cosa, Guido Girardi otra; Isabel Allende me dice una cosa, Insulza me dice otra, es como un divorcio muy difícil.

- Entonces, ¿el Frente Amplio tiene todas las condiciones para emerger como la alternativa?

- Tiene mucho espacio para jugar, salvo que es muy heterogéneo internamente, entre Vlado Mirosevic, Gabriel Boric y Jackson como que me cuesta ver. Ahora, RD tiene 10 diputados y un senador, a eso hay que ponerle atención, porque ahí hay gente muy preparada, que sí es coherente políticamente; más que el Frente Amplio, que es una ensalada con poca coherencia política. RD tiene vocación de poder y un capital interesante, le gustaría a cualquiera partir con 10 diputados y un senador.

Lo más leído