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Jorge Marshall: “Hay que corregir el modelo en tres puntos específicos, pero sin barrer”

Considera que la nueva Constitución deberá resguardar un equilibrio entre Estado y mercado, junto a más participación de la sociedad civil.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 2 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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Jorge Marshall considera que cualquier análisis “lineal” para buscar las razones del conflicto social que vive el país es insuficiente para desentrañar el descontento ciudadano.

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El exvicepresidente del Banco Central (1993-2003) y ministro de Economía durante el gobierno de Patricio Aylwin, manifiesta que ve un “malestar más amplio de lo que aparece en algunos estudios que lo identifican con las pensiones, los salarios o la desigualdad”.

Por lo mismo, asegura que este fenómeno hace “más compleja la solución, porque no es simplemente una agenda social corta, sino una que involucra muchos aspectos de la convivencia nacional”.

- ¿Las razones del malestar son principalmente económicas?

- Los principales factores tienen que ver con el funcionamiento de un sistema económico que lleva seis años mostrando un conjunto de debilidades, a pesar de lo cual mucha gente lo considera que es un buen modelo. Me resulta un poco incomprensible que una economía que no tiene capacidad de crecimiento o de generar buenos empleos hace seis años, sea evaluada tan positivamente como lo están haciendo algunos sectores del país.

- ¿Está crujiendo el modelo económico?

- Después de seis años con un muy bajo crecimiento, pensar que estamos en un modelo que no tiene problemas es vivir una fantasía. Lo que pasa es que durante dos administraciones gubernamentales se ha trabajado con la hipótesis de que, en el caso de la primera, el crecimiento era inercial y estaba relativamente asegurado; mientras que en la segunda, se trabajó con la hipótesis de que bastaba mejorar las expectativas empresariales para que el crecimiento brotara nuevamente.

Ambas hipótesis están equivocadas y no dan cuenta de los problemas estructurales que presenta la economía.

- ¿Como cuáles?

- Hay tres fenómenos que están causando este lento crecimiento: primero, este modelo ha ido generando mayor concentración económica. Las cifras del SII indican que el 1% de las empresas de mayor tamaño entre 2005 y 2018 aumentó su participación en las ventas totales: en la industria manufacturera desde un 77% a un 90%, en la construcción desde 62% a 69%; y en el comercio desde un 71% a un 79%.

Esta concentración es un factor que reduce el crecimiento, porque las empresas líderes logran instalar barreras de entrada que hacen muy difícil la penetración de nuevos actores.

Hay que buscar mecanismos institucionales que nos permitan enfrentar esta concentración. Se requiere un análisis más profundo de la FNE para indicarnos si las pautas con las que está trabajando son adecuadas o si necesitamos algo más radical para defender los mercados, pero la percepción de la gente es que estamos en una cancha que no es pareja.

- ¿Hay que endurecer las normas antimonopolio?

- Endurecer y actualizar las normas, respecto por ejemplo a fusiones, integración vertical y el uso de medios de pago. Hay que revisar críticamente lo que se ha hecho y generar normas y mecanismos que aseguren una cancha pareja, lo que no está ocurriendo hoy.

Una segunda deficiencia del modelo es que tenemos desafíos en los cuales es importante la colaboración de actores. Por ejemplo, la empleabilidad de los jóvenes que no encuentran trabajos de calidad de acuerdo a lo que estudiaron, avanzar en la economía del conocimiento o extender el emprendimiento.

Es muy improbable que la solución para ese tipo de problemáticas sea resuelta en forma espontánea por los mercados, que es la apuesta que tenemos hoy en el modelo. En otros lugares, estas materias se enfrentan colaborativamente entre el gobierno central y local, las empresas, las universidades y otros actores. Nosotros no tenemos ese formato de colaboración en el modelo ni en el marco institucional.

Un tercer fenómeno es que el modelo no desarrolla todo el potencial que tienen los grupos emergentes de clase media, ya que los pone en una situación de inseguridad respecto de su vida, su salud y su educación. La forma en que esto se ha resuelto en muchas partes es que se han establecido ciertos niveles garantizados de seguridad en el acceso a los servicios básicos de calidad.

El gran fracaso en el país es la incapacidad del sistema político y de la democracia de ir resolviendo los problemas en la medida que van apareciendo.

- Cómo están las cosas, ¿se puede descartar una recesión técnica?

- En el corto plazo, lo más probable es una recesión técnica. Para más adelante soy optimista de que esto puede resolverse favorablemente para el país, pero el proceso será largo, hay muchos actores que debieran ser protagonistas y aún están desempeñando un papel de observadores; los acercamientos que se han logrado son lentos.

El ministro Briones ha mostrado un talento excepcional para conducir estos procesos y creo que el tema económico debiese estar en el centro. Yo pondría el esfuerzo en preparar un conjunto de reformas económicas y de financiamiento impositivo permanente que generen la promesa de un país mejor.

- ¿Es suficiente la agenda social?

- Hay que corregir el modelo en los tres puntos que he señalado, pero sin barrer. Tenemos un modelo en el cual hay predominio del mercado, un rol muy acotado del Estado, pero ningún rol de la sociedad en el sentido de ser un actor en la organización de la economía. Y esa fórmula es ineficiente, porque conduce a la concentración e inestabilidad en lo social, por lo que hay que buscar un nuevo balance. Y la Constitución debiese ser el reflejo de ese balance.

"Hoy no tiene sentido mover la tasa, porque hay mucha incertidumbre"

- ¿Qué le pareció el anuncio de intervención de US$ 20.000 millones del Banco Central para contener el alza del dólar? ¿Fue suficiente? El dólar superó los $ 820 durante el viernes, aunque se corrigió hacia cerca de $ 800.
- El Banco Central está haciendo su trabajo. El camino para restablecer la convivencia sobre bases más sólidas tomará tiempo y debemos evitar que en este período se siga deteriorando la economía. Cada uno debe aportar desde su posición y al Banco Central le corresponde usar las herramientas que tiene para cautelar la estabilidad del sistema financiero y reducir la volatilidad excesiva que caracteriza a estos mercados en periodos de crisis. Creo que están conscientes de que este es un esfuerzo de todos.
- ¿Es el momento para despedirse de bajas de tasas?
- Estamos en una situación de violencia y de alteración del orden público, que es el foco hoy y hay que buscar un acuerdo político amplio en lo económico, social, institucional y orden público. Una vez logrado este paso, vamos a iniciar la transición en la cual podamos empezar a hacer política monetaria en condiciones de normalidad. Hoy no tiene sentido mover la tasa de interés, porque estamos en una situación de mucha incertidumbre.
- ¿Se debe revisar la autonomía del Banco Central al alero del debate constitucional?
- La autonomía del Banco Central se da en un contexto en que las economías participan como actores globales y, por tanto, necesitan dar muchas garantías de estabilidad a los agentes económicos para poder hacer inversiones y negocios a nivel global. Si Chile seguirá siendo una economía abierta -toda lógica dice que es lo que nos conviene- necesitamos tener ciertas garantías de la estabilidad de la economía. Uno de esos mecanismos es el Banco Central autónomo y a mi juicio es fundamental para el tipo de desarrollo que queremos.

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