Macro

Las divergentes visiones de los analistas internacionales sobre el desempeño de la economía chilena para este 2020

No hay consenso sobre una rebaja de la clasificación, aun cuando la violencia no recrudezca, pero la balanza se inclina hacia la probabilidad de que ello ocurra.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Viernes 24 de enero de 2020 a las 13:07 hrs.
  • T+
  • T-
Quinn Markwith de Capital economics; Diego Pereira de JP Morgan; Ana Madeira de BofA; Felipe Camargo de Oxford Economics y Alfredo Coutiño de Moody's Analitics.
Quinn Markwith de Capital economics; Diego Pereira de JP Morgan; Ana Madeira de BofA; Felipe Camargo de Oxford Economics y Alfredo Coutiño de Moody's Analitics.

Compartir

Un año marcado por el proceso constituyente y las respuestas que dé el gobierno a las demandas sociales es lo que ven para Chile los analistas internacionales, estimando además que la economía local terminará el 2020 con una expansión que va entre 1,1% y 1,6%

Código Javascript

El más optimista es el economista para América Latina de Oxford Economics, Felipe Camargo, quien reconoce que sus estimaciones toman en cuenta que "mientras que el entorno actual es desafiante, desde una perspectiva macroeconómica Chile todavía tiene fundamentos sólidos: el déficit de cuenta corriente ha sido contenida, la deuda pública neta es insignificante, las expectativas de inflación están bien ancladas y el sistema financiero está bien regulado".

En el extremo más negativo están JPMorgan y BofA. El economista jefe de JPMorgan para Argentina, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay, Diego Pereira, comentó que su pronóstico asume "alta incertidumbre" que disminuye gradualmente, al tiempo que vayan ocurriendo los principales eventos (plebiscito de abril y elección convencionales en octubre), "así como la no repetición de eventos violentos generalizados".

"El crecimiento futuro de Chile va a depender del resultado del cambio en la Constitución y de cómo se implementan las políticas de redistribución de la riqueza", advierte.

La economista de Bank of America (BofA) para Chile y Brasil, Ana Madeira, asume que el menor crecimiento, ligado al deterioro en los indicadores de confianza de los consumidores y las empresas, radica en que esta vez la crisis es interna. Esto en lo concreto se verá en un menor consumo privada e inversión influído por la incertidumbre que se relaciona con los riesgos de que el modelo económico cambie, durante el proceso de diseño de una nueva Constitución. 

En el rango medio está Moody's Analytics y Capital Economics. El director del área de estudios de la primera entidad, Alfredo Coutiño, explica que su percepción sobre la estabilidad económica del país sí cambió "aunque ligeramente a la baja, ya que la inestabilidad social ha afectado los fundamentos económicos y sobre todo ha levantado alertas con respecto a la fragilidad institucional del país". Lo que hay detrás de sus números, comentó, es que ve una ligera mejoría en la actividad producto de los esfuerzos de inversión pública y de una "reposición de inversión privada", esto condicionado a que el ambiente político mejore "aunque los niveles de aprobación del Gobierno se mantendrán bajos".

El analista de mercados emergentes especializado en Latinoamérica de capital Economics, Quinn Markwith, indica que Chile supera "este episodio de crisis social y política", con manifestaciones de menor intensidad ya que advierte que si repitiera "uno tan grande como el de octubre significaría que la economía probablemente no crecería este año".

"Nuestra percepción de la estabilidad institucional chilena no ha cambiado. Este episodio de inestabilidad es exactamente el tipo de situación en la que la fortaleza institucional vale la pena", señala. Y agrega que "hasta ahora, parece que la estabilidad institucional chilena se mantendrá y está permitiendo la mejor respuesta posible a la crisis".

¿Se viene una rebaja de en la clasificación?

S&P y Fitch degradaron la clasificación del país en 2017 a A+ (de AA-) y A (de A+), respectivamente en medio de preocupaciones por el daño al balance fiscal que le produciría el prolongado período de lento crecimiento, que se analizó en ese momento. Luego en julio de 2018 Moody's bajó a A1 de Aa3.

Por lo tanto, la interrogante sobre una nueva degradación está latente entre los encargados de la toma de decisiones de inversión a nivel global y es tema obligado por estos días para los analistas.

No obstante la solidez de los fundamentos económicos no hay consenso sobre una rebaja de la clasificación, aun cuando la violencia no recrudezca, pero la balanza se inclina hacia la probabilidad de que ello ocurra.

Camargo prevé que habrá una rebaja en la clasificación de riesgo para el país, agregando incluso que "actualmente estoy trabajando en analizar el tema, mientras hablamos".

Para Markwith la presión en las arcas fiscales apuntan a un deterioro en la clasificación de la deuda. Espera que la proporción de la deuda sobre el PIB pase del actual 30% a más de un 40% para el 2024, por lo que es "razonable" suponer que quizás se rebaje un grado "pero esto no cambia mucho nuestra visión sobre la economía y sus bonos".

Pereira considera que los nuevos objetivos fiscales se han desviado sustancialmente de los establecidos pre–shock, y los niveles de deuda bruta y neta en los años venideros superarán altamente los niveles previamente considerados por las agencias calificadoras. Estos dos argumentos, a su juicio, "hacen esperable un recorte en la calificación" por lo que su escenario base es de un escalón a la baja en 2020.

Sin jugarse por un veredicto sobre este punto Coutiño señala: "no sé que le pueda pasar a la calificación soberana. Sin embargo, creo que se mantendrá cierta desconfianza tanto de inversionistas como de mercados internacionales dada la permanencia del riesgo social y el pobre desempeño económico".

Madeira en tanto, es categórica en respaldar que las clasificadoras no efectuarán ningún cambio en el corto plazo. Sus argumentos están en el país "tiene un historial de gobernanza macro y fiscal sólida y prudente; tiene importantes reservas fiscales con fondos públicos (como el FEES y el fondo especial de pensiones, en alrededor de US$ 23 mil millones 4% del PIB); la relación deuda / PIB es una de las más bajas entre pares (actualmente por debajo del 30%) y la carga fiscal también es baja en comparación con sus pares, por lo que hay espacio para aumentar los impuestos para financiar nuevos gastos".

Lo más leído