Economía

Crecen las dudas sobre la estabilidad de China tras nueva rebaja en nota de crédito

Aunque el gobierno de Xi Jinping ha buscado controlar el crecimiento de la deuda, el mercado aún ve riesgos en la segunda economía global.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 22 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Desde que en mayo la agencia calificadora Moody’s recortó la calificación de crédito soberano de China por primera vez desde 1989, el país estableció una serie de regulaciones para impulsar los ingresos corporativos, controlar la influencia de la banca en las sombras y contener la fuga de capitales.

Todo apuntaba a una dirección: frenar el crecimiento del crédito, el principal riesgo que advierten los analistas, en medio de una progresiva recuperación del ritmo económico del gigante asiático.

Pero sus esfuerzos no convencieron. Ayer, S&P Global Ratings siguió los pasos de Moody’s y aplicó el primer recorte en la calificación soberana de China desde 1999, rebajando la nota de AA- a A+.

Aunque en mayo la decisión podría haber parecido esperable, ayer fue una señal de que las acciones de Beijing no han logrado recuperar la confianza del mercado.

“El prolongado período de crecimiento del crédito en China ha aumentado sus riesgos financieros y económicos”, señaló S&P en su reporte. “Aunque este crédito ha contribuido a una expansión robusta del PIB real y a un mejor precio de los activos, también ha disminuido la estabilidad financiera”, agregó.

El nivel de deuda de China ha crecido sin parar desde 2011, desde cerca de 220% del PIB hasta casi 260%, según datos de Bloomberg Intelligence. S&P prevé que el nivel de deuda externa total supere en más de 90% a la suma de activos financieros públicos y privados.

Pero el país tiene otras debilidades. S&P ve “menor ingreso promedio, menos transparencia y un flujo de información más restringido” que los países de la categoría AA-.

El nuevo riesgo

El fantasma de un “aterrizaje forzoso” de la economía china comenzó a disiparse en el primer trimestre, cuando la segunda economía mundial dio señales de aceleración.

Pero el impulso tuvo un costo: las empresas han incrementado su endeudamiento hasta llevarlo a casi 160% del PIB nacional y este año, según datos de Bloomberg, la deuda corporativa emitida en dólares alcanzó un récord de US$ 125 mil millones. Los pagos desde ahora a 2020 son de US$ 203 mil millones.

Todo ello ha generado alertas en organismos multilaterales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional. La dependencia del crédito podría traer problemas a la actividad económica local, pero también golpear a la global, al frenar la demanda de insumos, entre ellos los commodities.

“Esto se ve mal para China”, dijo a Bloomberg el cofundador de la empresa de investigación Trivium China, Andrew Polk, “especialmente cuando están hablando más y reconociendo su desafío de deuda desde un punto de vista retórico y de políticas públicas”.

China vio su primer default local en 2014. Al año siguiente, fueron siete y en 2016 - 29. Este año, ya van 17.

Impacto político

Los cuestionamientos sobre la estabilidad económica llegan a días del congreso quinquenal del Partido Comunista, en el que el presidente Xi Jinping buscará reafirmar su liderazgo. Los riesgos económicos podrían tomar protagonismo.

“La Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas está mirando con atención el apalancamiento, los estados financieros, las calificaciones de crédito y los riesgos de default”, dijo a Bloomberg la socia de la firma legal Ashurst LLP , en Hong Kong, Jin Lee. “Les gustaría que todo este proceso sea controlado”.

El país también está a punto de volver al mercado de bonos en dólares por primera vez desde 2004, una medida que busca bajar los costos de endeudamiento para las empresas estatales.


Sorpresivo disenso en el Banco de Japón

€El Banco de Japón (BoJ, su sigla en inglés) dejó ayer sin cambios su política monetaria, con la tasa de interés a corto plazo en -0,1% y un agresivo programa de alivio cuantitativo. También mantuvo el tono optimista sobre la economía del país, que, dijo, se expande a ritmo "moderado". Pero el anuncio vino con una sorpresa. Goushi Kataoka, miembro del BoJ desde julio, votó en contra de la decisión y, de hecho, señaló que se necesitarán más estímulos para lograr que el ritmo de los precios llegue al nivel deseado el próximo año.

"Dado el excedente de capacidad de oferta que queda en el capital social y en el mercado laboral, los efectos de alivio monetario obtenidos en la actual curva de rendimientos no son suficientes para lograr una inflación de un 2% en torno al año fiscal 2019", señaló Kataoka, de acuerdo con una cita reproducida en el comunicado de política monetaria que emitió la entidad ayer.

Kataoka, quien defiende la flexibilización monetaria agresiva, no propuso bajar las tasas de interés ni expandir el estímulo monetario, pero su voto negativo dio cuenta de que el pais aún está lejos de seguir los pasos de Estados Unidos en el retiro de los estímulos monetarios.

Lo más leído