Economía

Spartan, el italiano que mira hacia los cielos chilenos

Doce fuerzas armadas del mundo, incluida la de Perú, ya adquirieron este avión de mediana capacidad. Prueba de vuelo en sus instalaciones en Turín fue el marco para corroborar su versatilidad.

Por: Rossana Lucero | Publicado: Sábado 18 de octubre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Cada fin de semana no son pocos los chilenos que se vuelcan hacia Italia. ¿La razón? Simplemente, fútbol. Y Turín, santuario de la Juventus -el equipo de Arturo Vidal- es parte de la obligada agenda. Lo que ni siquiera sospechan los fanáticos es que hay otro jugador de esas tierras -también actor de una gran liga-, que nos devuelve las miradas. Se trata de Alenia Aermacchi, uno de los mayores fabricantes de aeronaves de mediana capacidad del mundo y, en esa calidad, una de las empresas que según han señalado distintos medios el Ejército chileno solicitó información de sus productos de cara a la prevista renovación de parte de su flota. Heredera de una historia de 100 años, el currículum de la compañía perteneciente al grupo industrial Finmeccanica -el segundo de Italia luego de Fiat- parece avalar la invitación desde Chile. Con ingresos por 3.340 millones de euros en 2013, pedidos por otros 3.900 millones de euros y una línea de solicitudes pendientes por 9.000 millones de euros, es hoy el número uno en el sector de la aviación de su país. Cifras que, al final del día, son sinónimo de su protagonismo en las áreas de diseño, desarrollo, producción, mantenimiento y modificación de aviones comerciales y de defensa, así como de aparatos de entrenamiento militar. Todos factores a los que se suma una red de joint ventures y asociaciones, como por ejemplo la vigente con la rusa Sukhoi para la producción del Sukhoi Superjet 100, una nueva familia de aviones regionales de 75 a 100 asientos; además de la alianza con otras firmas del Viejo Continente para el Eurofighter -el caza europeo- y, con Boeing para el diseño y producción del estabilizador y fuselaje del centro y trasero del nuevo 787 Dreamliner. Dos días de recorrido por las instalaciones que Alenia posee en un sector del aeropuerto Turín-Caselle abren la puerta al candidato a volar en cielos nacionales. De nombre Spartan y apellido C-27J, este avión bimotor recuerda al C-130 Hércules utilizado por las Fuerzas Armadas locales, con el que comparte -desde una óptica mecánica- la capacidad y configuración de carga. La fabricación de la nave precisamente se completa en los hangares del terminal aéreo de la ciudad italiana, donde los trabajadores que forman parte de una planta total de 11 mil -a través de sus distintas áreas- ultiman los detalles de sus pedidos. Bajo medidas de seguridad propias de la industria de defensa, ingenieros, mecánicos, pilotos e instructores, entre otros, han visto pasar los ejemplares con los que cuentan las fuerzas aéreas de Italia, México, Grecia, Lituania, Marruecos, Bulgaria, Rumania, Estados Unidos, Australia y Perú, que ya se inscribió con dos. ¿Cuánto vale un avión de este tipo? Estimaciones extraoficiales hablan de 30 millones a 45 millones de euros, pero en Alenia declinan entrar en este terreno. El punto, explican, es que la venta va más allá del aparato. Y sólo a modo de ejemplo, citan lo que hacen en materia de mantención de equipos y entrenamiento de pilotos.

"Más veloz, llega más lejos"
Definido como un avión de transporte medio táctico militar, la tecnología de punta de la que hace gala el Spartan C-27J también le permite ser útil en misiones de carácter civil, como operaciones humanitarias, de búsqueda y salvamento. Un antecedente que lo respalda es la decisión de la Guardia Costera de Estados Unidos de sumarlo a sus labores. "Hoy es como el iPhone 6 en su segmento", grafica el vicepresidente de ventas para América Latina de Alenia, Fabio Leoni, a la hora de dimensionar esta aeronave que voló por primera vez en 1999 y que entró al mercado oficialmente en 2006. Conocedor de Chile, el ejecutivo resalta un aspecto no menor para un país donde la geografía mezcla zonas de distinto clima, altas montañas y superlativas distancias: su capacidad técnica para aterrizar en diversas superficies, gravilla, hielo, arena e, incluso, en pistas en mal estado y bajo condiciones climáticas complejas. Qué decir en el contexto de un desastre natural, de los cuales tenemos un extenso historial.

Un "todoterreno" -según comentan- que suma a sus características la facultad de operar con pistas aisladas, donde no exista apoyo eléctrico terrestre, ya que cuenta con una Unidad de Potencia Auxiliar (APU) -que incluyen aviones comerciales- que le permite reencender los motores, incluso durante su vuelo. La capacidad de carga útil de 11.500 kilos del Spartan, por lo demás, le da margen para transportar indistintamente tropas, personal médico y camillas, pasajeros civiles y vehículos -como los Humvees-, que pueden embarcarse a través de una compuerta trasera del avión ajustable en altura e inclinación, o sea, sin medios de apoyo externo. Ya en la pista del Turín-Caselle, el bimotor italiano hace gala de su velocidad que puede alcanzar hasta un máximo de 602 kms por hora, de su maniobrabilidad -gira sobre sí mismo en cuestión de segundos, que se sienten por cierto- y su capacidad para bajar en cortos trayectos. Después de media hora de vuelo, al C-27J le bastan sólo 300 metros para aterrizar. Una cifra que, guardando las proporciones, se compara con casi dos kilómetros que puede exigir un avión comercial.

Clave también por la fisonomía del país, el aparato desarrolla una autonomía máxima de 5.900 km, en circunstancias que la gran mayoría de los aviones de su tipo sólo alcanzan 5.000 km. En simple, puede ir y venir de Isla de Pascua sin problemas. E, incluso, el Spartan podría ayudar a apagar un incendio en dicha zona u otra, pues el aparato se puede acondicionar con un sistema -llamado Cylyn Guardian- que permite lanzar seis contenedores con capacidad de más de 1.000 litros de agua y una cobertura de área estimada de alrededor de 3.000 metros

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