FT Español

Ataques piratas en contra de cargueros caen al nivel más bajo en 21 años

La atención se vuelca a violentos secuestros frente a la costa de Nigeria.

Por: Steve Johnson | Publicado: Lunes 29 de agosto de 2016 a las 20:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Los ataques piratas contra barcos han caído al nivel más bajo de los últimos 21 años, demostrando la eficacia de las enérgicas medidas contra la delincuencia marítima frente a las costas de África oriental y del sureste de Asia.

La significativa disminución de la piratería — este año va en camino de ser el primero desde 2005 en el que no haya ni una sola persona asesinada por los piratas — puede ayudar a calmar los temores de que el mundo se está convirtiendo en un lugar más peligroso, en medio de la guerra en Siria y un recrudecimiento de ataques terroristas.

Sin embargo, ha habido un aumento de ataques en la costa de Nigeria, con un creciente interés por parte de los piratas en secuestrar a miembros de la tripulación y retenerlos para obtener un rescate.

Según la Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés) de la Cámara Internacional de Comercio (ICC, por sus siglas en inglés), a nivel mundial hubo 98 ataques piratas reales o intentos de ataque durante la primera mitad de 2016, la menor cantidad desde 1995 y una marcada caída de los 134 registrados durante el mismo período el año pasado y del pico de 266 durante los primeros seis meses de 2011.

La caída de la actividad pirática no es sólo una buena noticia en términos humanos, sino también en términos financieros. La One Earth Foundation, una fundación de gobernanza con sede en Colorado, estimó que en 2011 —durante el apogeo de la epidemia pirática somalí— el costo para la industria marítima alcanzó el monto de US$ 3.200 millones al año en costos de seguros adicionales y de US$ 2.950 millones en los cambios de rutas de las naves alrededor del cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África. La fundación estimó el costo total anual de la piratería para la economía mundial entre US$ 7 mil millones y US$12 mil millones.

La IMB declaró que, como resultado del aumento de las patrullas navales en las aguas de África oriental, de una mayor disposición por parte de las navieras de emplear a guardias armados, y de los esfuerzos por hacer que las embarcaciones fueran más difíciles de abordar, los piratas somalíes no llevaron a cabo un solo ataque el año pasado, siendo la primera vez que han fracasado por completo desde por lo menos 2006.

En lo que va del año, las aguas de Somalia se han visto nuevamente libres de incidentes, aunque un intento de abordaje de un buque de contenedores en el golfo de Adén en mayo se les atribuyó a los somalíes.

A pesar de esto, Pottengal Mukundan, el director de la IMB, opina que es prematuro cantar victoria contra los piratas somalíes, dado que la situación política en el país sigue siendo "frágil", permitiendo el florecimiento del crimen organizado.

El peak más reciente en ataques contra barcos en el sureste asiático también parece estar disminuyendo. El año pasado se registraron 108 incidentes en las aguas de Indonesia, la cifra más alta desde hace más de una década.

Sin embargo los ataques reales y reportados cayeron a 24 durante la primera mitad de 2016, una disminución de los 54 durante el mismo período el año anterior y la cantidad más baja desde 2011. Las aguas malasias también se volvieron más seguras mientras que no hubo incidentes registrados en el estrecho de Malaca entre Malasia e Indonesia, un canal que ha estado plagado de piratería durante siglos, o en el estrecho de Singapur.

Mukundan comentó que los robos de los buques en la región habían sido un "gran problema" entre abril de 2014 y agosto de 2015, pero que ahora las autoridades estaban afrontando el problema.

Sin embargo, la piratería sigue siendo endémica en el mar de Sulu, entre Filipinas y Borneo. El mar le sirve de vía a barcos pesqueros y a remolcadores que tiran de barcazas que transportan hasta 5.000 toneladas de carbón o aceite de palma, lo cual los convierte en "presas fáciles" para los barcos piratas de mayor velocidad, declaró Mukundan.

Agregó que "los miembros de la tripulación son secuestrados y trasladados a las Filipinas donde, en algunos casos, han sido vendidos a grupos terroristas" que han exigido rescate a cambio de su libertad. Como resultado, "el gobierno de Malasia ha prohibido el transporte de barcazas a través del mar de Sulu".

Los problemas más serios se encuentran actualmente frente a la costa occidental de África, en donde las pandillas criminales de Nigeria han adoptado "una nueva tendencia que es extremadamente preocupante", comentó Mukundan.

En el pasado, estos piratas se contentaban con abordar barcos y robar su carga, tal como petróleo de los barcos petroleros. Sin embargo, esta actividad se ha reducido, ante lo cual Mukundan ha conjeturado que la caída de los precios del petróleo ha hecho que dicho delito sea menos atractivo.

En su lugar, las pandillas criminales ahora tienden a abordar embarcaciones, tales como buques cargueros, a hasta 120 millas náuticas de distancia de la costa; a secuestrar a algunos de los tripulantes; y a llevarlos a tierra firme para retenerlos y obtener un rescate. Los piratas nigerianos secuestraron a 24 tripulantes durante la primera mitad de este año, un aumento en comparación a los 10 secuestrados durante los primeros seis meses de 2015.

Estos incidentes son "cada vez más violentos", con los nigerianos siendo responsables de ocho de los nueve incidentes a nivel mundial durante el periodo de enero a junio en los que hubo disparos en contra de los barcos.

A pesar de que es probable que el pago de un rescate fomente nuevos secuestros, Mukundan aseguró que siempre se pagaban. "Una naviera no puede abandonar a sus tripulantes secuestrados", él añadió.

Dado que la presencia de piratas nigerianos se ha reportado tan al sur como en Angola y tan al norte como en Sierra Leone, Mukundan dijo que se necesitaba una mayor cooperación internacional para enfrentar el problema, con ciertos países ahora más dispuestos a compartir información para ayudar a asegurar los enjuiciamientos.

La IMB también ha pedido que se realicen acuerdos para permitir que a un buque de la marina que se encuentre persiguiendo activamente a sospechosos se le permita entrar en las aguas territoriales de un país vecino, en lugar de verse obligado a abandonar la persecución.

"Es fácil escapar de unas aguas territoriales a otras", dijo Mukundan. "Se requieren acuerdos, pero eso implica confianza entre países de que esos derechos no van a utilizarse con otros fines".

Lo más leído