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Reforma tributaria de los republicanos fue hecha para plutócratas

La reforma que se está discutiendo en el Congreso de Estados Unidos es un esfuerzo por trasladar los recursos de los estratos bajos y medios hasta el más alto.

Por: Martin Wolf, Financial Times | Publicado: Miércoles 22 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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¿Cómo el partido político dedicado a los intereses materiales del 0,1% superior en la distribución de ingresos gana y mantiene el poder en la democracia del sufragio universal? Ese es el desafío que enfrenta el Partido Republicano. La respuesta que ha encontrado es el “pluto-populismo”. Se trata de una estrategia políticamente exitosa, pero peligrosa. Ha llevado a Donald Trump a la presidencia. Su fracaso podría llevar al poder a alguien más peligroso y decidido. Eso le importa a EEUU y, tomando en cuenta su poder, al mundo entero.

El proyecto tributario que está tramitando el Congreso demuestra los principales objetivos del partido. Según el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, en la versión del proyecto de la cámara baja, cerca de un 45% de las reducciones tributarias en 2027 corresponderán a los hogares con un ingreso por encima de US$ 500 mil (menos del 1% de los contribuyentes) y 38% a los hogares con ingresos sobre

US$ 1 millón (cerca de un 0,3% de contribuyentes). En la versión más moderada del Senado, los hogares con ingresos por debajo de US$ 75 mil estarán en una situación peor. Es simplemente una reforma para plutócratas.

Eso no es todo. El proyecto podría también aumentar el déficit fiscal acumulado en cerca de

US$ 1,5 billón (millón de millones) en la próxima década. Sin embargo, según la independiente y respetada Oficina de Presupuesto del Congreso, la posición fiscal de EEUU ya está en camino a deteriorarse, con pronósticos de que el gasto aumentará de 21% del Producto Interno Bruto en 2017 a 25% entre 2028 a 2037. Los planificados recortes de impuestos subirían la presión de recortar los gastos. El resultado deseado por los republicanos es reducir los desembolsos del gobierno federal en casi todos los gastos discrecionales no relacionados con defensa, además de los de salud y seguridad social.

Con todo, entonces, es un esfuerzo decidido para trasladar los recursos de los estratos bajo, medio y hasta medio alto de la distribución de ingresos de EEUU hacia el más alto, combinado con grandes incrementos en la inseguridad económica para una gran mayoría.

Logrando poder

Uno debe preguntarse: ¿cómo un partido con estos objetivos ganó el poder? En general, se pueden ver tres respuestas interrelacionadas a esa pregunta.

La primera opción es encontrar intelectuales que argumenten que todos se beneficiarán de las políticas que aparentemente benefician a tan pocos. La economía de la oferta, con su estrecho enfoque en recortes de impuestos, ha sido la principal teoría utilizada, porque directamente justifica recortes tributarios para los muy ricos. Pero no es cierto que los recortes de impuestos de la era de Reagan desencadenaron un alza en la tendencia del crecimiento estadounidense. Ya que la economía está acercándose ahora al pleno empleo, los beneficios de los estímulos fiscales serán especialmente pequeños.

Los partidarios de los recortes propuestos argumentan que las reducciones en el impuesto corporativo llevarán a un gran aumento en las inversiones. Aquí hay dos puntos poderosos de la evidencia opuesta: el porcentaje de ganancias después de impuestos en el PIB estadounidense ya se ha casi duplicado desde principios de 2000, sin un efecto favorable sobre la tasa de inversión, y el Reino Unido progresivamente ha recortado su tasa de impuesto corporativo de 30% a 19% desde 2008 sin un beneficio identificable para la inversión. La rebaja de las tasas del impuesto corporativo es meramente una ganancia inesperada para los accionistas. Si uno quisiera aumentar la inversión, la haría completamente deducible del impuesto. La propuesta derogación del impuesto al patrimonio, que sólo beneficiará a los herederos del 0,2% de los mayores patrimonios del país, realmente revela el juego del lado de la oferta. ¿Quién quiere discutir que las personas viven más si la muerte es menos tributada?

La segunda alternativa es violar la ley. Una manera ha sido dar a la riqueza el rol primordial que tiene en la política de hoy. Otra es suprimir los votos de las personas que lo más probable voten en contra de los intereses plutocráticos, o hasta privarlos de sus derechos civiles.

Quiebres culturales

La tercera opción es fomentar los quiebres culturales y étnicos. Ésta es a veces descrita como “la estrategia sureña”, que hizo girar al sur antiguo de demócratas a republicanos, después de que los primeros promulgaron los derechos civiles. Pero esta es una visión demasiado limitada de la estrategia. Más interesante es el eco del sur antelbellum por sí mismo. El sur antes de la guerra civil era extremadamente desigual, no sólo en la población total, que incluía a los esclavos, sino incluso entre los blancos libres. La medida estándar de desigualdad creció un 70% entre los blancos entre 1774 y 1860. Como destacan los académicos Peter Lindert y Jeffrey Williamson, “cualquier historiador que buscara el alzamiento de una subclase de blancos pobres en el Sur Antiguo lo encontrará en esta evidencia”. El censo de 1860 también muestra que la riqueza promedio del 1% más rico de los sureños fue tres veces mayor que del 1% de los norteños. Sin embargo, el sur también fue mucho menos dinámico.

El sur fue una plutocracia. En la guerra civil, cuyo objetivo proclamado era la defensa de la esclavitud, murieron cerca de 300 mil soldados de la Confederación. La mayoría de estos hombres no tenía esclavos. Sin embargo, sus miedos raciales y culturales justificaron el sacrificio. Al final, la movilización trajo la muerte o la derrota a todos ellos. Nada revela mejor el poder político de la identidad.

Una amenaza no muy diferente se alza para los plutócratas de hoy. La economía y políticas de pluto-populismo han generado ira cultural, étnica y nacionalista en las bases del partido. Los hábiles demagogas son capaces de explotar esta ira para sus propios propósitos. Al menos Trump sigue siendo un servidor de la plutocracia. Pero su exasesor, Steve Bannon, busca a alguien para promover el populismo de derecha despojado de sus elementos más descaradamente plurocráticos.

Los plutócratas están montando a un tigre hambriento. El pluto-populismo de la élite republicana dio el impulso a Trump. Eso no va a ser olvidado. Si el proyecto tributario actual se aprueba, las tensiones dentro de EEUU casi seguramente se empeorarán. La desigualdad latinoamericana genera la política latinoamericana. El EEUU que el mundo conocía antes está ahogándose en una marea de codicia excesiva y aparentemente ilimitada. Ahora todos nosotros estamos condenados a vivir con las infelices consecuencias.

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