¿A quién estamos escuchando en la elección de intendentes?

Pedro Fierro, Investigador de la Fundación P!ensa

El problema no son las opiniones divergentes ni el diálogo en respeto, sino a quiénes escuchamos cuando se trata de medidas que nos impulsarían al desarrollo.

No podemos negar que para los regionalistas todo era color de rosas hace un par de meses. Presidenta y ministros comprometiéndose a realizar reformas históricas para avanzar en un proceso descentralizador.
La situación ahora es distinta. Salvo las intervenciones de la SUBDERE, el Gobierno no se ha referido a la descentralización, tema que parece estar progresivamente más lejos de la agenda política.

Pese al repentino cambio de prioridades, la discusión que tuvimos por algunas semanas sirvió para asumir como sociedad la vergonzosa carga que significa ser uno de los pocos países que no escoge a sus máximas autoridades regionales.

En este sentido, el Gobierno se comprometió a enviar un proyecto que permitiera una elección de intendentes para el año 2016, junto a la de alcaldes, CORES y concejales. ¿Por qué el 2016?, pues porque es el momento donde efectivamente se discute sobre las problemáticas locales.

Y es aquí donde surge el problema.

Este anuncio del Gobierno provocó el llamado a La Moneda de los presidentes de partidos. Uno de ellos, el senador Navarro, catalogó la decisión como un "error político", pues en estos momentos el foco debiese estar en la búsqueda de candidatos a alcaldes y concejales. Pero, ¿es este argumento "político"?. Si nos apresuran, lo que planteó el senador tendría más que ver con una mísera repartija de cargos, cosa bastante ajena al diálogo en pos de un desarrollo integral de Chile y de una visión de sociedad ¿No es esto más "político"?.

En algo tan importante como la futura elección de intendentes será fundamental escuchar con atención a las autoridades pertinentes, pero lo que no podemos permitir es que la discusión se vicie con argumentos oportunistas, lo que dejaría espacio para suspicacias que terminarían por destrozar cualquier intento de diálogo.

Siempre hemos sostenido que para tener un proceso descentralizador efectivo necesitaremos una sociedad activa, pero para eso la clase política debe discutir con responsabilidad, pues de otra forma sólo aumentaremos la desafección que últimamente han evidenciado las encuestas y los procesos electorales.
Con un buen traspaso de competencias y con reformas en lo fiscal, parece sensato aspirar a tener elecciones de intendentes para el año 2016, cuando la discusión pública es eminentemente local. Lamentablemente, muchos grupos que tienen esta postura no tendrán la posibilidad de llamar a La Moneda para exponer sus posiciones. No pretendemos pedir eso, pero sí exigir que el cosismo político esté ausente en esta discusión tan relevante para nuestro país.

Para los que creemos en un proceso descentralizador donde la sociedad civil cumpla un rol esencial, será fundamental identificar a quiénes estamos escuchando, pero más aún tener claridad de a quién estamos respondiendo.