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Desacoplamiento de las economías mundiales por Covid-19

Rana Foroohar © 2020 The Financial Times Ltd.

Por: Rana Foroohar | Publicado: Jueves 27 de febrero de 2020 a las 04:00 hrs.
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Rana Foroohar

El coronavirus ha revelado el desacoplamiento económico de China y algunos países desarrollados. Con las fábricas cerradas y el consumo estancado, las compañías multinacionales se han visto obligadas a trasladar la producción a otros sitios.

El desacoplamiento — o la desvinculación — gradual de las economías mundiales ha estado en marcha durante algunos años. Por ejemplo, el grupo electrónico surcoreano Samsung ha estado cerrando plantas en China y abriendo otras en Vietnam. México se ha beneficiado de que algunas corporaciones estadounidenses trasladen sus cadenas de suministro a países más cercanos. Pero, sin duda alguna, el desacoplamiento se acelerará conforme la opacidad de Beijing en el manejo de la epidemia ponga de manifiesto los riesgos de hacer negocios en China

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Hay marcadas semejanzas entre el virus y el propio desacoplamiento. Por un lado está lo que se ve en la superficie (las máscaras y el pánico, o los cambios en la cadena de suministro y advertencias de beneficios) y por otro está lo que no se puede saber: cuántas víctimas cobrará el brote o cómo lucirá el mundo económica y políticamente en un plazo de cinco a diez años, conforme se disuelve la globalización y se profundizan las divisiones.

Aun así, el trabajo de un columnista es aventurarse, así que permítanme hacer algunas predicciones sobre lo que puede acechar a la vuelta de la esquina si continúa el desacoplamiento. Las posibilidades claras son: un mayor riesgo de violencia en Taiwán; la incapacidad de Europa para defender sus propios valores democráticos liberales; y un mundo en el que los dispositivos inteligentes ya no puedan comunicarse entre sí a través de las fronteras. Y todo eso podría redefinir fundamentalmente la economía y la geopolítica mundiales.

Es posible, por supuesto, que EEUU y Europa se unan en algún tipo de alianza transatlántica de estándares tecnológicos. Probablemente dicha alianza supondría subsidios del gobierno estadounidense para la tecnología 5G, dadas las presiones financieras sobre la industria europea de telecomunicaciones.

Pero si eso no sucede, es posible que estemos avanzando hacia un mundo similar al de hace una década, cuando tenías que llevar un teléfono 3G completamente diferente cuando viajabas para negocios desde EEUU a Japón o Europa. Sin embargo, esta vez la brecha en las comunicaciones existiría en toda la gama tecnológica tanto en el Internet para consumidores como para las industrias.

Imagine un mundo en el que la banca transfronteriza, las compras en línea y el intercambio de datos se bifurcan entre dos sistemas. Quizás ésa sea la realidad hacia la que nos dirigimos. Las valoraciones de Apple y otras compañías tecnológicas sin duda resultarían afectadas en un futuro así. Pero también se afectarían muchos otros en otras industrias ajenas a la tecnología. Al igual que en el caso del coronavirus, los efectos del desacoplamiento serán tanto impredecibles como exponenciales.

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