Padre Hugo Tagle

Una vaca y un burro

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 22 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Padre Hugo Tagle

Entre los personajes destacados del pesebre se encuentran la vaca y el burro. Es muy revelador que, entre todos testigos del nacimiento de Jesús, se hayan siempre rescatado la vaca y el burro (algunos colocan un buey pero, para el caso es lo mismo). Mi modesta lectura de la figuración de estos dos animales es su carácter contemplativo, sereno, mudos testigos de un acontecimiento que supone pura apertura del alma.

En Navidad, lo mejor es contemplar: apreciar la magia del nacimiento de Dios entre nosotros. Las palabras sobran. De hecho, los demás personajes casi no hablan - los pastores, los reyes magos, el mismo José y María. Lo primero de Navidad es abrir silencioso y humilde el corazón para dejarse empapar por la gracia de Belén.

La contemplación aguza la vista; nos lleva a experimentar la cercanía de Dios y comprobar así que somos hijos y hermanos.

Contemplar el misterio de Dios hecho hombre lleva a dolerse ante las injusticias del mundo; que haya alguien tirado al borde del camino, descartado o marginado de la mesa de la comunión y de la solidaridad.

Navidad es solidaridad. En estas fechas nos preguntamos por la comunidad donde vuelve a nacer el Hijo de Dios: ¿Hay justicia, bienestar para todos? ¿Reconocemos y acogemos con amor a quien nos resulta extraño, pero es hijo, vecino de una misma tierra? ¿Qué hacemos por las familias donde uno de sus integrantes está enfermo, por las familias que sufren por el flagelo de la droga o que sobrellevan el desempleo? ¿Nos preocupa quien pasa frío, vive al margen de la sociedad, es pobre, solo, enfermo, sucio, despreciado? La Sagrada Familia es el mejor ejemplo de entrega, de donación, de cariño.

Hagamos de estas fechas días de mayor unidad, de encuentro, de vivencia íntima y familiar. Apague el celular y el computador en Nochebuena. Regálele unas pocas horas exclusivas a los suyos, a quienes tiene a su lado: señora, marido, hijos, nietos, vecinos.

Jesús camina entre nosotros. "Veámoslo en tantas injusticias que nos rodean: en los niños abandonados, en los que no tienen acceso a una educación de calidad; en quienes sufren estrecheces, en los migrantes que buscan refugio y mejores condiciones de vida; y en tantos que esperan cariño y consuelo" dice el mensaje navideño de la Iglesia de Santiago.

Tanto para creyentes como para no creyentes, Navidad es oportunidad para renovar el compromiso humano por erradicar la desigualdad, por cuidar a los niños, en especial a los que están por nacer y sus madres, por acoger en nuestras familias a los ancianos y enfermos, por hacer de nuestros espacios de vida lugares de paz, justicia, caridad y unidad ¡Feliz Navidad!

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