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Rompiendo paradigmas con bonos verdes

Andrés Pérez M. Coordinador de Finanzas Internacionales, Ministerio de Hacienda

Por: Andrés Pérez M. | Publicado: Miércoles 17 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Andrés Pérez M.

Para muchos, aún existe la noción de que la inclusión de consideraciones medioambientales en decisiones financieras es costosa. Sin embargo, el Ministerio de Hacienda, a través de emisiones recientes de bonos verdes, ha demostrado lo contrario: que es posible avanzar con medidas concretas ante el cambio climático y, al mismo tiempo, obtener resultados financieros sobresalientes.

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Pero, qué son exactamente los bonos verdes es algo en lo que resulta necesario detenerse. Se trata de instrumentos de deuda similares a los bonos normales en sus características financieras, pero que se diferencian principalmente en su preparación y el uso de los recursos obtenidos. Además de los procesos administrativos requeridos para realizar cualquier tipo de emisión de deuda en mercados internacionales, la emisión de bonos verdes requiere el desarrollo de un documento “Marco” que guía las emisiones verdes.

El Marco de Chile fue evaluado favorablemente por Vigeo Eiris, la principal agencia internacional especializada en la materia. Además, el portafolio de proyectos asociados a las emisiones fue certificado por Climate Bonds Initiative, con lo que Chile se convirtió en el tercer país en recibir esta exigente certificación, y en el primero en el continente americano en emitir este tipo de instrumentos, reforzando su liderazgo regional.

Los recursos obtenidos de la emisión de los bonos verdes se destinarán a financiar o refinanciar proyectos que protejan el medioambiente, y de paso, que vayan en directo beneficio de los chilenos, como el transporte limpio —Metro y buses eléctricos—, proyectos de energías renovables, gestión de recursos hídricos y edificios verdes, entre otros.

Las emisiones por un total de USD 2.400 millones lograron varios records históricos para el país en materia financiera. Destacan niveles récord de demanda (12,8 veces lo ofertado en la emisión en USD) y tasas mínimas históricas (0.83% en emisión en euros), siendo incluso la primera vez que Chile logra tasas en colocaciones en moneda extranjera por debajo de aquellas estimadas con información del mercado secundario. Por lo demás, las operaciones cumplieron con el importante objetivo de ampliar significativamente la base de inversionistas de bonos soberanos chilenos, al incorporar a inversionistas institucionales con mandatos especializados en bonos verdes. Estos resultados fueron apoyados por el creciente interés mundial de inversionistas institucionales por este tipo de instrumentos, la robustez del perfil macro-financiero de la economía chilena, y condiciones financieras internacionales particularmente favorables.

Chile fue el primer país en el mundo en estructurar secuencialmente una emisión de bonos verdes en dos monedas, logrando así cautivar el interés de inversionistas globales. Además, ha sido el único en incorporar una operación de manejo de pasivos en la emisión de un bono verde, contribuyendo así al desarrollo de estándares en este mercado.

Definitivamente podemos afirmar que los bonos verdes lograron romper paradigmas: la acción climática puede ir de la mano con mejores resultados financieros.

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