Columnistas

Una estrategia minera para el futuro

Joseph Ramos Presidente Comisión Nacional de Productividad

  • T+
  • T-

Compartir

La minería del cobre es vital para el desarrollo de Chile. Representa más del 10% del PIB, más del 50% de las exportaciones y un tercio de la inversión extranjera directa. El impacto indirecto sobre el resto de la economía es aún mayor, y su aporte al fisco ascendió a US$ 96.000 millones entre 2004-2014. Pero desde el 2000, la productividad del sector ha caído del orden de 1% al año. Sin duda influyó en ello el boom de precios que hizo rentable producir a casi cualquier costo, pero ahora que los precios se han ido normalizando se hace imperativo mejorar la productividad.

En vista de lo anterior, la Presidente de la República solicitó a la Comisión Nacional de Productividad (CNP) proponer medidas para revertir la tendencia negativa en la productividad minera, y llevar a Chile al liderazgo mundial no sólo en producción de cobre, sino también en productividad. Nuestro informe, tal vez único en su género en el mundo, comparó la productividad de la mano de obra así como de los equipos de las principales 12 faenas chilenas con 7 operaciones de mejor práctica en Australia, Canadá, EEUU, y Perú. Para ello se entrevistó a más de 500 personas del sector, se presentaron adelantos del informe en audiencias públicas en 7 ciudades mineras, y se procesaron unos 20 millones de datos.

Los hallazgos muestran que hay mucho por mejorar. El Estado debe asumir dos responsabilidades centrales: actualizar la normativa regulatoria y actuar de catalizador y coordinador en el sector. Para ello, la CNP entregó 53 recomendaciones, aprobadas en forma unánime por sus consejeros, insertas en una estrategia centrada en 12 campos de acción.

Un primer ámbito, tal vez el más importante, se refiere a temas controlables por las propias empresas, lo que requiere adecuar su gestión a las mejores prácticas internacionales identificadas en el estudio. Algunas sugerencias son: reducir las capas jerárquicas; modificar la cultura “controlista” de gestión que reduce la iniciativa de los niveles inferiores de la organización, diluye responsabilidades y aumenta costos; instaurar una cultura meritocrática, aumentando la movilidad profesional y generar incentivos a la productividad global de la operación.

Un segundo ámbito es el de la política pública. Es imperativo reducir los plazos de aprobación o rechazo de proyectos de los 5 años actuales a 3 o menos, como en los referentes internacionales; promover la inversión en exploración para mantener nuestra participación en reservas y producción; y actualizar normativas regulatorias. Otro grupo de recomendaciones apunta a facilitar la continuidad operacional por medio de pactos de adaptabilidad laboral entre sindicatos y empresas; a elevar el capital humano; y a seguir avanzando en seguridad laboral.

Un tercer ámbito se refiere a temas de coordinación y colaboración en el sector, donde el gobierno puede jugar un rol articulador y catalizador: por ejemplo, en promover el uso compartido de infraestructura y desaladoras, logrando así economías de escala; en obtener espacios compartidos de prueba para ensayar nuevos equipos y tecnologías; en homologar estándares de seguridad y de inducción a faenas para facilitar el trabajo con contratistas; en promover la movilidad del trabajador entre empresas por medio de un pasaporte minero; y en acelerar el desarrollo de proveedores mineros de clase mundial.

Como se ve, la estrategia requiere del trabajo conjunto del mundo privado, público y sectorial. Ya que se potencian entre sí, se logrará un máximo de beneficio al implementar las 53 recomendaciones en su conjunto y no por separado.

¿Qué pasará ahora? Para evitar que el estudio quede archivado, cuando la Presidente Bachelet creó la CNP se autoimpuso la obligación de explicar las razones de acoger, desechar, o modificar las recomendaciones de la CNP. Ese paso se dará próximamente.

Ciertamente el gobierno sólo podrá dar inicio a esta estrategia. Es nuestra esperanza que el próximo gobierno dé continuidad a este esfuerzo, pues el reto en torno a la productividad es un tema país que trasciende colores políticos. Manos a la obra.

Lo más leído