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¿Víctima de Transbank o nuevo monopolio de datos?

Sebastián Robles Fundador de Kredito y profesor Escuela de negocios U. de Chile

Por: Sebastián Robles | Publicado: Miércoles 14 de agosto de 2019 a las 04:00 hrs.
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Sebastián Robles

En una reciente carta a la directora, el autor señalaba a Banco Santander como “víctima de trabas” que estarían restando oportunidades a miles de chilenos. Respetuosamente, debo discrepar por completo.

No existen esas “trabas” para el dueño del 25% de Transbank, ellos voluntariamente decidieron no financiar la red de prepago. Transbank tiene que apegarse a la regulación y debe afiliar a los comercios uno por uno, pero ahora sin el apoyo de su accionista más grande. Además, toda la industria sabía que la red de prepago no estaría habilitada al 100% a esta altura de 2019. De igual forma, Santander lanzó su tarjeta de prepago cobrando costos de administración a los usuarios.

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Hoy los consumidores chilenos están más empoderados y no toleran un servicio pagado deficiente e inferior al de su competencia, que actualmente es MACH, del Bci, y que además no cobra costos de administración. El banco español debió pedir excusas, pero de pasada acusó a Transbank para justificarse. Incluso hubo quienes salieron a defender a Santander en los medios, como si fuera víctima de un monopolio que ellos mismos habían creado.

Si analizamos en profundidad, el banco no quiere dejar de ser dueño de Transbank para desconcentrar la industria de pagos o para apoyar a los emprendedores, como han señalado algunos. Lo hizo, como toda gran empresa, simplemente para favorecer a sus accionistas. La primera consecuencia del modelo de sistema de pago de cuatro partes es que se está concentrando en una gran empresa española el negocio de emisor de tarjetas, el de adquirente de tarjetas, el de captación de fondos y, además, el negocio de prestamista de los fondos que obtienen con los depósitos de sus clientes.

Lo anterior va a perjudicar la eficiencia del sistema de pagos. Los comercios van a pagar más comisiones y los consumidores van a pagar ese sobreprecio, incluso al pagar en efectivo. Segundo, van a forzar a los comercios a tener cuenta bancaria con ellos para usar su red de adquirencia. Con esto obtienen los datos de sus movimientos bancarios y sus ventas, y pueden cruzarlos con datos de sus clientes para luego venderles créditos a estos comercios, financiados con los depósitos que tienen de sus cuentahabientes. Finalmente, la recaudación de las cuotas del crédito la van a descontar de los fondos que retienen de los pagos con tarjeta en su red de adquirencia.

Negocio redondo para el banco, pero perjudicial para comercios y personas. Además, preocupante por la cantidad de datos privados con los que va a contar y los usos que les podrán dar. Lo anterior es un claro y potencial segundo monopolio creado por el banco español, pero ahora de datos financieros.

¿En qué debería enfocarse el gobierno? En acelerar la entrada de jugadores no bancarios. Por ejemplo, enfocarse en apoyar a los MACH, MercadoPago, Lana y Rappi que están en condiciones de llevar las comisiones de adquirencia a costo cero con nuevos modelos de negocio. También acelerando una ley de open banking transparente que haga a las personas dueñas de sus datos privados.

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