Competitividad 4.0 para un mundo 4.0

l Índice de Competitividad Global dado a conocer esta semana —y que para Chile elaboran en conjunto el World Economic Forum (WEF) y la Universidad Adolfo Ibáñez— tuvo una lectura generalmente positiva debido a la mejor posición relativa del país. De las 140 economías evaluadas, Chile es la 33ª y la más competitiva de nuestra región. La estabilidad macroeconómica fue una importante fortaleza, al igual que factores como el mercado de productos y el sistema financiero, entre otros.

En contraste, hubo un marcado retroceso en el ámbito del mercado del trabajo, específicamente en facetas como movilidad laboral, costos de despido y rigidez para contrataciones y despidos. También hay una señal de alerta en materia de innovación, ya que el informe recoge una baja receptividad para las ideas disruptivas.

Este último aspecto sirve para ilustrar que la verdadera —y más relevante— novedad es que, a partir de ahora, el WEF elaborará un Índice de Competitividad versión 4.0, adaptado al mundo de la Cuarta Revolución Industrial que estamos viviendo. “La humanidad ha entrado a una nueva fase”, dicen los autores en la primera línea. En efecto, se están creando nuevas oportunidades con nuevas amenazas “para los negocios, los gobiernos y los individuos”, que se suman a los efectos aún vigentes de la gran crisis financiera de 2008, como destaca el documento.

En este contexto cobra nueva urgencia el impulso de una cultura —institucional, empresarial, social— más abierta a la innovación en una acepción amplia. El aporte de iniciativas como Corfo y Start-Up Chile debe extenderse a más áreas y enriquecerse con nuevos actores e ideas, pero desde el sector privado debe provenir el verdadero empuje transformador. Se trata de asumir, como expresó el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, que “el Índice de Competitvidad nos plantea que el desafío de la Cuarta Revolución Industrial es hoy. Por eso, más que analizar números o reflexionar, debemos actuar ya”.