Inversiones en 2026: la necesidad de decidir de manera inteligente
Axel Christensen Director de Estrategia de Inversiones para America Latina de BlackRock
El 2026 se acerca con una fuerza transformadora que ningún inversionista puede ignorar: la inteligencia artificial (IA), que está en el centro del debate global y redefine las reglas del juego financiero.
El reciente Foro de Perspectivas 2026 del BlackRock Investment Institute dejó claro que la construcción y expansión de la IA será el motor de los mercados, pero también el origen de nuevos desafíos y oportunidades que los inversionistas deben toma en cuenta.
“Las proyecciones sobre la demanda futura de electricidad para centros de datos y chips de IA son enormes y llenas de incertidumbre. ¿Cómo se cubrirá esa necesidad? La respuesta está lejos de ser obvia”.
La IA ha impulsado a las bolsas a máximos históricos, pero su desarrollo enfrenta límites concretos, especialmente en energía. Las proyecciones sobre la demanda futura de electricidad para centros de datos y chips de IA son enormes y llenas de incertidumbre. ¿Cómo se cubrirá esa necesidad? La respuesta está lejos de ser obvia y se conecta con la competencia estratégica entre Estados Unidos y China, ambos luchando por liderar la revolución tecnológica y asegurar recursos críticos como tierras raras.
Para América Latina, este escenario global abre oportunidades únicas. La región posee abundantes recursos minerales esenciales para la infraestructura de IA y la transición energética, como litio y cobre. Chile, líder mundial en cobre y con un sector de litio en expansión, puede capitalizar la demanda internacional si logra atraer inversiones, reduciendo obstáculos burocráticos y fortaleciendo su marco regulatorio. Pero la competencia geopolítica y restricciones comerciales pueden afectar el acceso a mercados y tecnologías, exigiendo una estrategia nacional clara para insertarse en estas cadenas de valor.
El Foro también puso sobre la mesa las “mega fuerzas” que están redefiniendo el entorno macroeconómico: divergencia demográfica, disrupción digital (IA incluida), fragmentación geopolítica, evolución financiera y transición energética. Estas fuerzas generan volatilidad y cambian las perspectivas de crecimiento e inflación, creando tanto oportunidades como riesgos para los inversionistas.
En el plano financiero, las stablecoins –en su mayoría tokens digitales respaldados por monedas tradicionales– han visto una adopción explosiva desde 2020, con un potencial disruptivo en mercados emergentes como los latinoamericanos. Su avance podría transformar la demanda de activos tradicionales y el rol de los bancos, mientras la frontera entre mercados públicos y privados se difumina, especialmente en el crédito privado.
La recomendación para los inversionistas es clara: el entorno actual exige un enfoque inteligente, que implica ser selectivo y mucho más granular. Hay que mirar más allá de los promedios y buscar oportunidades específicas en infraestructura, crédito privado y mercados emergentes que se benefician de estas mega fuerzas. En Chile, esto implica potenciar sectores ligados a la transición energética y la digitalización, y prepararse para una mayor volatilidad global.
En síntesis, la IA y las mega fuerzas están redefiniendo el tablero económico y financiero mundial. Chile y América Latina tienen la oportunidad de ser protagonistas, pero deben actuar con visión estratégica, adaptabilidad y foco en la innovación para no quedar rezagados en esta nueva era.
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