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Reforma a la distribución eléctrica: cuatro cambios que se necesitan

Edoardo Marcenaro Presidente de Enel Distribución

Por: Edoardo Marcenaro | Publicado: Lunes 15 de mayo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Edoardo Marcenaro

La transición energética, proceso de cambio hacia una matriz energética más sostenible en el contexto del cambio climático, que abarca dimensiones sociales, ambientales y económicas, es ineludible. Para lograrla es necesario avanzar de manera urgente en una reforma a la regulación de la distribución eléctrica, que actualice las nuevas demandas energéticas de la población de la mano de la acelerada modernidad. Esto, con la finalidad de contar con las condiciones necesarias para que las redes de distribución cumplan con los objetivos de descarbonización.

El país no está preparado actualmente para los desafíos que supone la transición energética a nivel de distribución. Existe cierto consenso en la industria eléctrica de que, tras casi 40 años sin cambios estructurales en la regulación en materia de distribución eléctrica, se hace difícil habilitar las redes para la transición energética y, por eso, Chile requiere una reforma profunda al sector de la distribución.

“El país actualmente no está preparado para los desafíos que supone la transición energética. Se requiere una reforma profunda al sector de la distribución y si no comenzamos hoy, no tendremos capacidad de reacción en el futuro”.

Como país requerimos incrementar los estándares de calidad de suministro que reciben los hogares, acordes a las exigencias de las familias y a los nuevos estándares que conlleva el progreso. Se requiere aumentar la resiliencia de las redes frente a eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes, y a nuevos fenómenos, como el robo de cables y el crecimiento de los campamentos. Además, es necesario habilitar la red para una mayor electrificación de los consumos y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Es fundamental que esta reforma sea abordada durante 2023, ya que se trata de un tema urgente. Si no comenzamos hoy, no tendremos capacidad de reacción en el futuro. El primer fenómeno de transición energética en distribución que debemos atender es el de la mayor electrificación de los consumos energéticos.

Una reforma a la distribución debería permitir al menos cuatro grandes cambios.En primer lugar, un nuevo modelo de distribución eléctrica que recoja de mejor manera la realidad de la operación de las distribuidoras y genere los incentivos regulatorios correctos, para el beneficio de la sociedad. Ese nuevo modelo debe permitir que el país desarrolle un plan de inversiones de mediano y largo plazo para contar con redes eléctricas más robustas, modernas y resilientes.

Además, este debe asegurar el acceso a una mejor calidad de servicio por parte de las familias chilenas, en un escenario de mayor electrificación de los consumos en los hogares.

También, se deben generar las condiciones para el desarrollo masivo de los recursos distribuidos en la red, viabilizando el crecimiento de la generación distribuida y el almacenamiento.

Por último, habilitar un mecanismo de apoyo estructural y permanente a las familias más vulnerables, a través de un subsidio del Estado.

Implementar estos cambios es la mejor manera de mejorar la calidad de vida de las personas. En los años que vienen, la ciudad seguirá transformándose y la gente percibirá los beneficios de esta transición energética. Para que esto ocurra es indispensable la reforma a la distribución eléctrica.

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