Editorial

Ante la inflación, prudencia y responsabilidad

  • T+
  • T-

Compartir

Con un Índice de Precios al Consumidor que tuvo en marzo el mayor aumento en prácticamente tres décadas (1,9%), es casi seguro que la inflación de este año alcance o incluso supere la tasa de 10%. Peor aun, el consenso entre los analistas y organismos como el FMI es que los precios altos se mantendrán durante 2023 y tal vez más allá. Para una economía con bajas perspectivas de crecimiento en los próximos dos años e inversión debilitada como la nuestra, la inflación se cierne como gran amenaza para el bienestar de las persones y la prosperidad del país.

En un complejo contexto inflacionario, lo que las autoridades no hagan puede ser tanto o más importante que lo que hagan.

Es cierto que en ello inciden factores domésticos como la importante liquidez generada por las ayudas fiscales (necesarias en pandemia) y por los hasta ahora tres retiros previsionales adelantados (innecesarios y en general políticamente motivados). Pero hay también causales externas que están fuera del control de las autoridades políticas o económicas, como la propia pandemia y la actual guerra en Ucrania, que presionan las cadenas globales de suministros e inevitablemente impulsan un alza en los precios, algo especialmente notorio en bienes clave como la energía y los alimentos.

Se trata, por ende, de un contexto en que el espacio para ser proactivos es restringido, y donde lo que las autoridades no hagan puede ser tanto o más importante que lo que hagan. Así, evitar medidas que inyecten liquidez artificialmente a la economía -como impulsar nuevos retiros o ayudas estatales- será clave, al igual que no ceder a tentaciones probadamente dañinas como el control o fijación de precios, que algunas voces ya han esbozado como posibilidad.

Lo anterior será políticamente complejo, como siempre son los llamados a la prudencia en escenarios económicos difíciles, en que muchos actores claman por un activismo del Estado más perjudicial que eficaz. En este sentido, el desafío de ser responsables deberá primar por sobre la tentación de ser (temporalmente) populares. En la experiencia chilena reciente, esto ha sido la excepción, por desgracia, pero no tiene por qué seguir siéndolo.

Lo más leído