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Telemedicina los retos para su consolidación en Chile tras el covid

Si bien este año marcó la validación de las atenciones a distancia entre los pacientes, los centros prestadores, Fonasa e isapres, el pleno despliegue de esta tecnología en el país todavía requiere una profunda modernización de la estrategia digital en salud.

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Por: Jorge Isla | Publicado: Lunes 23 de noviembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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La medición al detalle de los niveles de glucosa y la administración exacta de las dosis de insulina a pacientes diabéticos a distancia vía dispositivos portables, o la alerta temprana de un riesgo de paro cardiaco a una persona que aún no ha advertido ningún síntoma a su smartwatch o celular desde una central de monitoreo que también informa a su médico tratante. Estos son ejemplos existentes o por venir en un futuro cada vez más cercano de las posibilidades que ofrece la revolución de la telemedicina a partir de tecnologías como el Internet de las Cosas, interfaz de programación de aplicaciones (API), servicios de Cloud y, sobre todo, la Inteligencia Artificial y áreas específicas como el Matching Learning.

Los beneficios esperados son enormes para los desafíos que cruzan los sistemas de salud en el mundo, como la reducción de las brechas de atención y de las listas de espera, el acceso a los especialistas, la reducción de costos o la operación de "hospitales inteligentes" que optimicen la gestión de la infraestructura y mejoren la experiencia de los pacientes.

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La salud chilena no ha estado ajena a estos progresos, como lo evidencia el sistema de monitoreo continuo a pacientes diabéticos desarrollado por el Hospital Salvador, como un aporte para contener esta enfermedad crónica que afecta al 12% de su población. "Esta tecnología ofrece una gran ventaja, ya que brinda al médico una recopilación de datos sobre cómo cambian los niveles de glucosa en el tiempo, permite tomar decisiones mucho más rápidas, y facilita el intercambio con los profesionales sanitarios en tiempo real", indica la dra. Carmen Gloria Bezanilla, jefa de la Unidad de Nutrición y Diabetes del establecimiento sobre el proyecto que opera a través de informes almacenados en la nube y otras herramientas digitales.

Junto con los desarrollos de punta en los sectores público y privado, la trayectoria de la telemedicina en Chile ha estado centrada en el área de la teleconsulta, que de acuerdo con la Asociación Americana de Medicina permite canalizar el 75% de las visitas al médico de manera segura y eficaz. Atributos que tuvieron su prueba de fuego este año con la irrupción del Covid-19 y sus exigencias de confinamiento y distancia física, escenario que provocó el despegue de esta herramienta en Chile.

1 El factor pandemia

"La gran lección que nos ha dejado esta pandemia fue la de todos los años que logramos avanzar producto de que nos vimos forzados a desarrollar esta tecnología. Esto es un gran cambio que vino para quedarse", señala Cristián Piera, gerente general de Clínica Alemana, institución privada en la cual la telemedicina llegó a representar del orden de un 40% de las consultas en los meses más estrictos de la cuarentena, porcentaje que espera estabilizar a niveles de 30% con la plena vuelta del país a la normalidad. Esa institución es una de las que ha llevado más lejos el desarrollo en eHealth en el ámbito privado con la creación de un Departamento de Informática Médica. "Por lejos, lo mejor que ha tenido esta crisis es el cambio brusco que han tomado todos los sistemas de salud en pro de la telemedicina", dice el dr. Alejandro Mauro, jefe de esa unidad.

Una visión en la que coincide el subdirector de Interoperabilidad del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (Cens), Sergio Guíñez, quien afirma que la pandemia aceleró muchos procesos aletargados por "un statu quo más que nada cultural, ya que Chile, en general, es un país bastante tradicional y nos habíamos resistido un poco a este modelo de atención a distancia".

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2 El despegue en las coberturas de salud

Una de las principales evidencias de la irrupción de las teleconsultas este año fue su incorporación a una escala inédita en los sistemas de pagos de los aseguradores de salud público y privado. En este último frente, todas las isapres desplegaron coberturas en telemedicina, lo cual llevó a un alza exponencial desde 133 operaciones durante marzo a 28.504 procedimientos en junio, totalizando así 48.636 atenciones entre esos meses en las seis instituciones abiertas del sistema.

"Desde el inicio de la crisis sanitaria implementamos diversos beneficios para que nuestros afiliados accedieran más fácilmente a esta herramienta, y así permitirles continuar con sus tratamientos y consultas", indicó Paul Uriarte, gerente general de CruzBlanca, entidad que en cinco meses sumó 30 mil videoconsultas a costo cero.

El punto de partida provino del sector público cuando Fonasa -a un año de haber establecido un código arancel para estos procedimientos-, dio el salto en marzo al autorizar su utilización para una amplia gama de especialidades en la modalidad de libre elección.

"Con la pandemia, la caída de las consultas presenciales fue de un 70%, lo que obligó a todos a tomar medidas. Es así como Fonasa comenzó a bonificar prestaciones de telemedicina, algo que hubiera demorado más en tiempos normales. Por su parte, las isapres comenzaron a ofrecer convenios y prestaciones con ciertas garantías y reducción de aranceles para promover este modelo. El escenario no solo ha acelerado la telemedicina, sino también las coberturas de estas prestaciones", explica Eugenio Díaz, Digital Consulting Director de ApiService.

3 Políticas públicas, la asignatura pendiente

El sistema público tiene casos emblemáticos en telemedicina como la unidad digital del Servicio de Salud Metropolitano sur oriente, que este año creó una plataforma web de seguimiento de personas con Covid-19, y en la actualidad trabaja en la integración de los registros clínicos electrónicos existentes a través de un Visor de Información Abreviada del Usuario y en la habilitación de canales digitales para que los pacientes reporten su estado de salud oportunamente. "Esta plataforma permite hacer el proceso de documentación de las personas y logra una interrelación con la ficha clínica del paciente", detalla el jefe de esa unidad, dr. Juan Cristóbal Morales.

Para asegurar el despegue de la telemedicina en Chile, los expertos coinciden en la importancia de contar con una estrategia digital en salud coherente y de largo plazo, enfatizando que los avances en este campo hasta ahora han sido "más que nada iniciativas de servicios innovadores, en circunstancias que esto no debería descansar tanto en las personas sino más bien en políticas de Estado", afirma Sergio Guíñez.

Los proyectos en este campo datan de hace dos décadas, con la partida de la primera fase del proyecto Sidra, que situó al país en una posición de liderazgo en sistemas de información clínicos a nivel latinoamericano, subraya. Pero tras esos primeros esfuerzos, que a la postre han llevado a que el 80% de la atención primaria está informatizada, el impulso perdió fuerza en los años posteriores.

Así quedó de manifiesto con el fracaso del proyecto Sidra 2.0 –que el Minsal revocó en 2016 con más de 30 empresas postulantes -, la parálisis de iniciativas como el software de validación de pacientes integrado con el Registro Civil –cuyo costo bordeó los US$ 5 millones y estuvo detenido por años- y más recientemente con el freno que sufrió en 2019 el proyecto del Hospital Digital.

"El proyecto del Hospital Digital contaba con un buen nombre, pero lamentablemente no tenía profundidad, después se desarmó, ya que distintos ministros dentro de un mismo gobierno tuvieron visiones completamente opuestas. Avanzamos cuatro pasos y retrocedimos seis, lo que nos lleva a estar bastante atrasados por la falta de continuidad de una política estatal orientada a mantener este tipo de innovaciones", asevera Guíñez.

4 Interopertabilidad, la clave del futuro

Los expertos coinciden en que la falta de un marco sólido para la salud digital que asegure el despegue de las tecnologías como la telemedicina, pasa por generar un sistema estructurado que genere información rápida y confiable para la toma de decisiones. "Implementar soluciones de telemedicina en un sistema sanitario integrado, que incluya hospitales y clínicas, ofrece diversas ventajas que pueden resultar determinantes al evaluar el éxito de una estrategia", señala Alejandro Girardotti, director de conectividad, medios & IP de CenturyLink en América Latina.

Pero la meta todavía está lejos. Si bien los esfuerzos hasta ahora en sistemas de información de salud, especialmente en el sector público, han generado una masa crítica de registros clínicos de distintas especialidades y de datos en imágenes y laboratorios, estas fuentes siguen sin comunicarse entre sí.

Por ello, es que la realidad para la enorme mayoría de los pacientes todavía sea andar con sus "exámenes bajo el brazo" y con una alta probabilidad de que deban repetirlos si cambian de especialista, de institución de salud o de zona geográfica. "En Chile hay miles de sistemas dando vueltas que funcionan como islas, en circunstancias de que todos los conceptos de telemedicina requieren que tengamos un flujo de información. No sirve que los datos queden capturados en un centro hospitalario o en la consulta de un médico", enfatiza Guíñez.

El directivo, así como el conjunto de expertos del sector, subraya que el paso que falta es la interoperabilidad, con soluciones que permitan la comunicación de datos entre sistemas hospitalarios y sistemas de información de salud. "Necesitamos tener una base que nos permita construir a futuro que debe ser la interoperabilidad. Tenemos que avanzar en políticas de Estado que cubran a las instituciones privadas y públicas", indica.

5 La brecha en capital humano

Otro desafío pendiente es el déficit en capital humano, ya sea en tecnologías de la información en general como en gente formada en salud. "Superar esta pandemia, y las próximas que vendrán, dependerá de qué tan rápido el área de la salud adopte soluciones tecnológicas que permitan salvaguardar el bienestar y seguridad de los pacientes, lo que significará un cambio de paradigma en la praxis médica y en la forma de cómo comprendemos el sistema sanitario", dice Girardotti.

Superar estas brechas de capacidad es indispensable para lograr un pleno despliegue de las posibilidades que posibilitan tecnologías como el IoT, la Inteligencia Artificial, o herramientas como el reconocimiento de voz. Es así que la consultora de negocios Frost & Sullivan estableció que la aplicación de IA a los datos de atención médica puede mejorar los resultados para los pacientes entre un 30% y un 40%, y reducir el costo de un tratamiento en niveles de 50%.