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Brasil: Entre el optimismo y el realismo

A pesar de que la crisis política que vive el mayor país de la región tuvo un impacto inmediato en sus perspectivas económicas, en el último tiempo sus tasas y sus mercados de acciones, deuda y divisas han tendido a estabilizarse. Considerando que el escenario es complejo y cruzado por factores de incertidumbre en desarrollo, la recomendación es tener cautela.

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Durante las últimas dos semanas han entrado US$980 MM de dólares al mercado accionario brasileño, pese a que este país está viviendo una crisis política de grandes proporciones. Todo parece indicar que son los inversionistas locales los que están vendiendo y los extranjeros los que han visto espacio para seguir aumentando sus posiciones. Prueba de ello, es que la creación de cuotas del ETF de Brasil EWZ alcanzó niveles no observados desde inicios del 2013 y está cercano a batir el máximo histórico de exposición que se alcanzó en el 2011.

La noticia alentadora es que, al menos hasta el momento, la última turbulencia política no parece haber desencadenado un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras, lo que significa que la economía de Brasil todavía puede emerger relativamente indemne de esta situación. Ejemplo de lo anterior es que la última encuesta de expectativas del Banco Central de Brasil del 2 junio, no muestra un deterioro en el crecimiento esperado para el 2017 (0,5%), y para el 2018 hay una ajuste moderado a la baja, desde un 2,5% a un 2,4%.

Sin embargo, los economistas han sido más drásticos y estiman que la economía terminaría con un crecimiento nulo este año y que el próximo podría estar entre un 1%-1,8%, dependiendo de la resolución y las consecuencias que tenga este episodio político en las expectativas de los agentes económicos.

Al mismo tiempo, el mercado accionario, las tasas y la moneda han tendido a estabilizarse. Y a la luz de los movimientos de las distintas clases de activos, los daños han sido menores a los previstos inicialmente y a los vistos en crisis anteriores. Un déficit de cuenta corriente más pequeño ha ayudado a proteger a la nación de la fuga de capitales y, si aislamos el tema político de lo fundamental, los últimos datos de actividad están mostrando mejoras que hacen pensar que la economía brasileña podría ganar algo más de inercia si esta crisis no arrastra las expectativas a niveles contractivos nuevamente.

¿Por qué hay quienes ven en esta crisis una oportunidad de compra? El optimismo parece provenir de:

  1. La expectativa de que la reforma de las pensiones será aprobada –aunque de una manera más light– lo que permitiría asegurar la sostenibilidad fiscal del país.
  2. La crisis política tendrá una resolución institucional.
  3. Las instituciones están ejerciendo sus distintos roles.
  4. En el mediano plazo, se está barriendo con el entramado de corrupción que se ha cernido históricamente sobre la economía.


Por otra parte, el realismo y el pragmatismo nos llevan a pensar que el polvorín político que vive la nación ha puesto en jaque la agenda de reformas del actual gobierno y, la probabilidad de que estas sean promulgadas con éxito es menor que al inicio de esta crisis. En la medida que el presidente Michel Temer se aferra al poder y no da un paso al costado, la promulgación de las reformas queda más comprometida, y una caída en las expectativas y confianza puede poner en riesgo la aún incipiente recuperación de la economía.

Lo anterior nos hace mirar con cautela el mercado brasileño. Esta caída no ha abierto una oportunidad para comprar "barato"...hasta ahora. La bolsa brasileña está transando a una razón P/U en 12 meses cercana a las 10x, lo que ha sido su promedio histórico de los últimos diez años.

Por ahora, no hemos reducido nuestra exposición en este mercado, pero tampoco estamos viendo una oportunidad de entrada generalizada. Hemos decidido mantener un posicionamiento Neutral.

 

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