Clínica CK

La expansión del referente en cirugías de columna en Chile y la región

Con la entrada en operaciones de su centro especializado de última generación en Santiago, en el Mall Plaza Los Domínicos, Clínica CK afina su plan de crecimiento que considera ampliar su filial en Sao Paulo (Brasil), e instalar futuros desarrollos tanto en ese país como en otros mercados latinoamericanos, basados en un modelo operativo y de negocios de alta eficiencia que está abierto a la incorporación de inversionistas.

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Dr. Álvaro Dowling, director médico de la Clínica Kennedy

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El 80% de la población mundial tiene dolores de columna, un tercio de ellos de carácter crónico y que, en el caso de nuestro país, afecta a unos cinco millones de personas, ocupando los primeros lugares como causa de incapacidad laboral y licencias médicas. Una demanda que se extiende a toda el área de la traumatología a medida que suben las expectativas de vida y ante lo cual, en la experiencia internacional, destacan los centros especializados basados sobre modelos que combinan una gran capacidad resolutiva en salud, el uso de tecnologías de punta mínimamente invasivas, una alta eficiencia operativa y una vocación por la formación profesional y desarrollo de conocimiento práctico y científico.

Ese es el sello que marca a establecimientos de prestigio en Estados Unidos, Corea del Sur y España, y que en Chile tiene como máximo referente a la Clínica CK, que inició labores en 2007 como sede de Bonati Spine Institute –con base en la ciudad de Tampa– y que cinco años después entró a una nueva etapa como sociedad independiente, consolidando un proyecto médico que suma del orden de cuatro mil cirugías de columna y un nivel de liderazgo en esta especialidad.

A partir de la estructura actual de la firma, con la Clínica Kennedy Santiago y la sociedad CK Internacional desde la cual se creó el centro Clínica Kennedy Sao Paulo en Brasil, la compañía se encuentra en la recta final de su mayor desarrollo en nuestro país: la nueva sede en el Mall Plaza Los Domínicos, en la intersección de las calles Padre Hurtado y Cristóbal Colón. La futura Clínica CK Santiago fue diseñada con una superficie de 1.200 metros cuadrados y demandó una inversión global entre los US$ 7 millones y US$ 10 millones para poner en marcha el principal centro privado de esta especialidad en el país. "El proyecto ya tiene su arquitectura hecha, y ahora estamos abordando la construcción de las áreas de especialidades. De esta forma, estimamos que en unos cinco meses iniciaremos la marcha blanca y hacia diciembre próximo debería estar funcionando todo, cumpliendo así nuestra meta de consolidar el proyecto en 2018", explicó el director médico de la Clínica Kennedy, Dr. Álvaro Dowling.

Si bien su eje son las patologías de la columna vertebral, este centro tiene previsto ofrecer prestaciones en traumatología en general y acoger otro tipo de especialidades, como la cirugía estética y la cirugía vascular periférica, entre otras. "Esta clínica tiene su norte en mejorar la calidad de vida, ese es nuestro objetivo," enfatiza el Dr. Dowling sobre el enfoque multidisciplinario y su posición de avanzada en el uso de técnicas de operación mínimamente invasivas, con cirugía endoscópica. A través de cámaras de alta resolución, los cirujanos pueden trabajar en la zona comprometida con una mayor exactitud desde el exterior y sin necesidad de invadir estructuras no relacionadas a la patología, lo cual posibilita una recuperación más rápida de los pacientes que "son operados por la mañana y que en la misma tarde ya pueden estar de alta en sus hogares", detalló.

La expansión que viene

La próxima entrada en operaciones de la nueva clínica CK Santiago no sólo consolidará la presencia en el principal polo urbano del país, sino que sentará las bases de futuras expansiones en regiones, en un horizonte de mediano plazo. Junto con detallar que las opciones en la mira son las ciudades de Antofagasta, Viña del Mar y Concepción, el Dr. Dowling resaltó que el objetivo es concretar este crecimiento por la vía de franquicias de este modelo.

Una estrategia que también tienen previsto aplicar en su frente internacional, basado en la Clínica Kennedy Sao Paulo, impulsada hace dos años con socios locales.

"Si bien nos tomó unos cinco años desarrollar este proyecto –en atención a las normativas, características culturales y la situación económica–, estamos muy contentos ya que CK Sao Paulo ha funcionado muy bien, tiene números azules y es eficiente desde el punto de vista técnico y médico. Y dado que esperamos que Brasil levante muy fuerte el próximo año, pensamos preparar una inversión en ese centro en 2019 y, en paralelo, desarrollar otros proyectos vía franquicias, pensando en no menos de cinco centros", explicó el directivo, puntualizando que entre las alternativas están las ciudades de Río de Janeiro, Brasilia y Santos.

En una perspectiva de mediano plazo, el Dr. Dowling indicó que el plan de internacionalización también considera a Perú, Paraguay, Bolivia y México, países en los que están llevando a cabo diferentes gestiones y contactos en esta línea.

Las claves del modelo

La clave, tanto de los proyectos en marcha como de los planes de crecimiento futuros de la Clínica CK, es su modelo fundado en altos estándares en atención médica –potenciada por tecnología de última generación, formación médica continua y validación científica gracias a un estrecho trabajo con las universidades– junto con el foco en la eficiencia administrativa y financiera.

"Nosotros funcionamos con una eficiencia financiera muy alta que nos posibilita ser hasta un 50% más baratos que las clínicas tradicionales, posibilitando lo que llamamos 'la tríada': generar el mejor equilibrio entre los objetivos del paciente, del médico y la aseguradora. Con el ahorro ganan estos tres actores y, si se coordinan bien las entidades, estas cosas resultan", señaló el directivo sobre esta industria que cuenta con una experiencia de más de dos décadas en EE.UU., con centros de cirugía altamente especializados. En ellos, el denominador común son las fortalezas aportadas por la conjunción de factores, como su arquitectura compacta desplegada en un piso para optimizar la operatividad y reducir las dotaciones de personal, y con la mirada puesta en obtener los mejores resultados para el paciente a partir de la tecnología médica de avanzada.

"Una vez que se domina su administración, estos modelos son replicables y franquiciables, ya que además de su alta eficiencia financiera, requiere inversiones muy bajas en relación a una clínica normal y su atractivo se sustenta en un retorno rápido y porcentajes de ganancia importantes", indicó el Dr. Dowling.

A partir de estos conceptos y experiencias probadas, la Clínica CK está atrayendo a inversionistas a que se integren a sus proyectos en desarrollo, como también a las futuras iniciativas en carpeta, a través de la compra de acciones en dos ámbitos: en la sociedad inmobiliaria a cargo de la construcción de los centros y en la estructura operadora médica. "Invitamos a los inversionistas a ambas opciones, cada una de las cuales tiene una rentabilidad determinada en estos modelos ya probados en EE.UU., Chile y Brasil. Y en relación a las participaciones, estamos dispuestos a vender hasta el 50%", explicó.

En otro ámbito, el Dr. Dowling destacó el valor de estos modelos de salud más allá del ámbito privado, indicando que tienen plena vigencia para dar soluciones en el campo público para reducir los déficits de atención a la población.

"Lo que necesitamos en la salud en general son proyectos autofinanciables que resuelvan los problemas de la gente. Y estos modelos cumplen con todos los requisitos en términos sociales, a costos mucho más bajos, siendo posible implementarlos a nivel del sistema hospitalario como una solución a las listas de espera", aseguró.

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