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“Estamos siempre dispuestos a seguir invirtiendo en Chile”

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Gador opera desde hace una década en el país, con una amplia gama de productos de marca propia. Entre sus planes está incorporar terapias y la llegada de una posible planta en suelo local.

"Algunos de nuestros productos están presentes en el centro de lo que se usa para el tratamiento del paciente Covid, como anestésicos o productos para las unidades de cuidados intensivos", dice el gerente general de Gador en Chile.

En 2011, una de las empresas farmacéuticas más tradicionales y reconocidas de Argentina concretó su aterrizaje en Chile. En aquella época, la plana mayor de Gador veía en el país un mercado atractivo para desplegar sus productos y atender, sobre todo, necesidades específicas con terapias para el VIH, transplantes y oncohematología. Iniciaron sus operaciones en una pequeña bodega en Santiago y posteriormente extendieron su operación a todo el territorio nacional.
Diez años después, la empresa sigue teniendo esa visión y sus apuestas por el país son promisorias. Hoy están entre los principales proveedores de la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast) y abastecen el programa VIH del Ministerio de Salud, el que entrega terapias de última generación a miles de pacientes.
"Hablamos de una patología crónica donde las personas que la padecen hoy tienen tratamientos disponibles que se traducen en mucha vida por delante, no diferenciándose mayormente de otras patologías de tipo crónico", sostiene Roberto Leiva, gerente general de la compañía en el país.
Esa es una de las razones que marcan el balance que hace el ejecutivo a partir de su primera década en Chile, con un desarrollo que describe como "explosivo", pues pasaron de vender US$ 4 millones durante el primer año a superar los US$ 60 millones anuales. La base de todo, asegura, está sobre cuatro pilares definidos por la Organización Mundial de la Salud, garantizando "el uso adecuado de los medicamentos, que tengan precios justos, que se comercialicen mediante una red de distribución que permita que el paciente efectivamente pueda tener acceso, y bajo esquemas de financiación sustentable".
Repasando la trayectoria, Leiva también destaca como hito el hecho de haber introducido nuevas terapias para solucionar problemas relevantes para el sector salud y para la población. Por ejemplo, el tratamiento para la hepatitis C, enfermedad que hace unos años atrás no contaba con un abordaje eficaz y hoy puede tratarse con un medicamento desarrollado por el laboratorio estadounidense Gilead, que es comercializado en suelo local por Gador.
"Hasta que no llegó ese producto, lo que había acá era un tratamiento más bien paliativo para el paciente. Ahora sólo se requieren tres meses de tratamiento de un comprimido diario y con eso se cura la infección", señala Leiva.
-¿Cuáles son los próximos planes en el país?
-Estamos siempre dispuestos a seguir invirtiendo en Chile. Hemos hecho varios intentos de adquisiciones que todavía no han resultado, pero estamos abiertos a todas las oportunidades o asociaciones. En Chile no contamos con una planta de fabricación propia, y quizás ahí tengamos una deuda pendiente, pues sería un gran desafío establecer desarrollos locales que nos permitan insertar la cultura de innovación de Gador Internacional. Buscamos mejorar el rendimiento de la compañía incrementando la oferta de productos disponibles, potenciando el desarrollo de nuevos negocios que incluyan la llegada de nuevas y mejores opciones terapéuticas. Concretamente, estamos evaluando al menos dos negocios nuevos para el país, con áreas complementarias que van a requerir de una inversión interesante y no menor a US$ 10 millones.
-¿Qué tipo de desafíos vislumbra para la industria en un escenario pospandemia?
-Una parte de la industria se ha visto muy afectada y la otra no. Por ejemplo, quienes desarrollaron las vacunas en este momento tienen un panorama bastante más propicio que otros actores que se movían de una manera distinta, con modelos de negocio distinto y que fueron afectados fuertemente por la pandemia por el hecho de no poder desarrollar su actividad de forma normal. Aquí es donde creo que estarán los mayores cambios, en el sentido de que lo que antes se hacía de forma presencial muy probablemente ya no se haga de esa manera o disminuya mucho el tema de la presencialidad, para estar en lo que nosotros estamos llamando ahora una omnicanalidad. Ya aprendimos que para contactarnos con el Ministerio o con una isapre o un hospital, las vías de comunicación son otras y eso va a influir en los modelos de negocios. Por otro lado está el tema de la receta digital, que vino a cambiar completamente el panorama, con farmacias que hoy pueden ir a
dejar el medicamento a la casa del paciente. Todo eso impactará en los modelos de funcionamiento del mercado farmacéutico y nos obligará a todos a migrar hacia ese nuevo entorno.
-¿De qué manera impactó la pandemia a Gador?
-Desde el punto de vista del negocio no nos perjudicó, sino todo lo contrario. Algunos de nuestros productos están presentes exactamente en el centro de lo que se usa para el tratamiento del paciente Covid, como anestésicos o productos que se usan en las unidades de cuidados intensivos, específicamente al momento de intubar. Las ventas de ese tipo de productos crecieron mucho, como era de esperarse en una situación así, mientras que otros han ido a la baja. Por otro lado, desde el punto de vista de las personas, de nuestros colaboradores, ha sido todo un reto como en todos los sectores, pero afortunadamente no hemos tocado ni un solo puesto de trabajo y hemos podido garantizar la continuidad operacional.

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