La Cámara Chilena de la Construcción proyecta terminar 2018 con un crecimiento de 4% en la inversión en el sector respecto a 2017, cifra que se debe, en gran parte, al efecto de la baja base de comparación de la primera mitad del año.

Para Andrés Villaseca, director ejecutivo y fundador de Urbano Proyectos, "el mercado inmobiliario en 2018 estuvo mucho más lento de lo que todo el sector esperaba". Esto se explica, a su juicio, tanto por el sobre stock de unidades, que impidió a los desarrolladores abordar nuevos proyectos, así como por las dificultades que están teniendo los proyectos para lograr la aprobación de los permisos.

En esto último ha sido clave, a juicio de Iván Muñoz, CEO fundador de la compañía, el anuncio de la Ley de Aportes al Espacio Público, que busca modificar la manera en que se desarrollan las obras de mitigación de un proyecto. "Ese cambio discreto de cómo iba a funcionar esto, hizo especular a mucha gente y generó incertidumbre. Recién hemos visto, en este último trimestre, una decisión de los inmobiliarios para no esperar y seguir adelante con sus iniciativas".

A esto se suma la llegada de la participación ciudadana a la evaluación de los proyectos en desarrollo, tema que se incorpora demasiado tarde en el proceso de aprobación, pudiendo incluso aparecer cuando la obra ya tiene el permiso de edificación, dice Muñoz.

Con todo, la visión del mercado en Urbano Proyectos, empresa que está cumpliendo 10 años y que se enfoca en todo el proceso que acompaña a la construcción -estudios de prefactibilidad, factibilidad, gestión de permisos, y seguimiento y recepción de obras de mitigación-, mejoró en la última parte del año.

Para la compañía, 2018 fue un buen año, con un Ebitda que mejoró en un 30% y ventas que estuvieron por sobre las de 2017.

Además, por el movimiento del mercado y la menor inversión del retail, la firma dio un giro hacia otras áreas, que incluyen proyectos de todos los tamaños en los sectores inmobiliario, de servicios, hotelero, universitario, de casinos y hospitalario, entre otros.

"Apuntamos a todo proyecto que genere impactos ambientales producto del flujo vehicular", explica Villaseca. "Los impactos viales requieren de mitigaciones y ahí parte toda la cadena de servicio".

La empresa ha construido un modelo capaz de gestionar todo el proceso, concentrando a nivel de permisología, por ejemplo, la capacidad de interactuar con una multiplicidad de interlocutores, tanto públicos como privados, lo que facilita el desarrollo a los dueños de los proyectos.

En esa línea, uno de los hitos del año fue un megaproyecto inmobiliario que unió los requerimientos de mitigación de cuatro constructoras -FFV, Moller, Inmobiliaria Atacama y Neohaus- en el sector de Cantagallo, que implicó coordinar a cuatro municipios y a competidores cuyos costos por las obras de mitigación eran demasiado altos. El trabajo de la consultora logró que finalmente ese costo conjunto fuera más razonable para todos.

"La ley nueva de Aportes tiene complicaciones notables de aplicación. Aquí logramos una forma de emular esa ley, evitando esos problemas", enfatiza Villaseca.

Centro de inteligencia

Pensando en completar el proceso inmobiliario, la empresa está trabajando ahora en el desarrollo de una solución única en el mundo que concentre toda la información disponible y de interés para la evaluación de proyectos.

Se trata de un centro de inteligencia que, a partir de Big Data, incorporará y procesará información de flujos vehiculares, programación de semáforos, otros proyectos en la zona, niveles de congestión vehicular, proyectos del Estado que vienen o que no se ejecutarán, entre otros datos. La idea, dice Villaseca, es ayudar a los desarrolladores a decidir qué terreno comprar. Pero no sólo eso.

"Hoy día el e-commerce está haciendo pensar en cerrar muchos lugares. De 100 supermercados, las empresas van a quedarse con 80, entonces ¿cuáles cierran? Porque puede que un supermercado que hoy está vendiendo poco, en el futuro vaya a vender más que los otros porque está al lado de un proyecto inmobiliario que está en camino. El centro de inteligencia va a dar todos esos datos para que puedan decidir bien las cosas", precisa.

Además, la compañía está desarrollando un área de tráfico que busca optimizar la red de semáforos de Santiago y Lima. Precisamente en esa ciudad, Urbano ya tiene más de 30 clientes y entrega los mismos servicios que en Chile, creciendo a un ritmo acelerado que llevará a que las ventas allá representen el 30% del total de la compañía en cinco años.