Cultura

Marcelo Piñeyro, creador de El Reino: “El fundamentalismo religioso lleva a totalitarismos”

Política y religión puede ser una combinación peligrosa. Eso queda de manifiesto en la serie argentina El reino (Netflix) que se ha transformado en fenómeno de audiencia y encendió la polémica al otro lado de la cordillera.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 27 de agosto de 2021 a las 16:00 hrs.
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Reclamos públicos y el llamado a sus feligreses a cortar la suscripción a Netflix, han sido algunas de las reacciones de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina a propósito de la serie El reino, que se estrenó en la plataforma de streaming el 13 de agosto.

Creada por Marcelo Piñeyro y la escritora Claudia Piñeiro, sus ocho capítulos cuentan la historia de un carismático pastor evangélico que entra en la arena política, con un gran elenco que incluye a Diego Peretti, Chino Darín, Nancy Dupláa y Mercedes Morán, entre otros.

Piñeyro (68) además de ser coguionista es el director y productor de El reino. Tiene una larga y reconocida trayectoria, pero este es su debut a cargo de una serie para el streaming. “Es una forma de narrar totalmente diferente. Donde noté la mayor diferencia de estar metiéndome en otro terreno, fue en la escritura de los guiones y luego en la edición. En vez de ser un tipo haciendo malabares con dos manzanas, estás con 16”, comenta el realizador risueño.

Está contento con el inmenso éxito de audiencia que ha tenido la serie y también con la discusión que se ha generado en torno a ella. “Todavía estoy acomodándome la cabeza. Te dicen que se va a estrenar en 190 países en simultáneo y doblada a ocho idiomas. Claudia (Piñeiro) es de las autoras argentinas más traducidas y mis películas también se han estrenado en muchos territorios, entonces uno creía que eso lo conocía, pero no”, ríe nuevamente el director de Tango feroz (1993), Cenizas del paraíso (1997) y Plata quemada (2000).

La dupla Piñeyro/Piñeiro

En 2009 el  guionista adaptó al cine la novela Las viudas de los jueves de Claudia Piñeiro, pero es primera vez que trabaja con ella coescribiendo una historia. La mecánica, cuenta, era reunirse todas las mañanas para realizar lluvias de ideas en conjunto, se repartían el guion y por la tarde se dedicaban a escribir por separado. En la noche se enviaban por correo lo que habían escrito y al día siguiente lo revisaban, para borrar o avanzar.

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La escritora Claudia Piñeiro y el director Marcelo Piñeyro en el set.

Comenzaron a bosquejar la trama en 2017, dice, inspirados en películas y series que les gustaban, pero sobre todo interesados en lo que Marcelo define como “una especificidad contemporánea”: la manipulación expresada en la post verdad.

“Se vacían de contenido ciertos conceptos. La palabra libertad, que ha sido clave para acompañar los progresos de la humanidad durante los últimos siglos, ya está tan vacía que pareciera se trata de libertad para comprar chicle. Con Claudia tratamos de reflexionar sobre el poder y las manipulaciones en las que se cae para obtenerlo. En la serie no es solo la iglesia evangélica, es también el poder judicial, los servicios de inteligencia, el poder económico”, dice Piñeyro.

El reino, apunta, habla también sobre el regreso de las religiones como herramienta de política: “Observamos cómo en distintas partes de América estas nuevas iglesias evangélicas son el ariete de una derecha que tiene un objetivo de restauración conservadora que nos resta derechos y nos deja un siglo atrás”.

Ya había sucedido el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, y pronto vendría el de Jair Bolsonaro en Brasil. Lo que comenzó a escribirse como una trama distópica, fue asemejándose a una realidad cada vez más posible, dice.

“Tengo muchos amigos brasileños y una noche cenando con ellos les conté de este proyecto que entonces les sonó una fantasía total. Bolsonaro era alguien que todavía nadie se tomaba en serio, pero cuatro meses después salió electo presidente. Atención con estos personajes que parecen caricaturas, pero llegan al poder”, advierte el director. 

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Las críticas

“Lo primero que tuvimos fue el arranque -un atentado en un acto de cierre de campaña- y los personajes. Eso le presentamos a Netflix y ellos dijeron adelante. Fuimos muy francos: no sabíamos cómo terminaba. Y aunque parezca cliché, la historia fue llevada por los personajes. Ellos fueron marcando el camino y nosotros nos preocupamos de quitarnos los prejuicios que pudiésemos tener y crear caracteres con varias capas”, señala el director.

Elogia además el trabajo de los actores: “Ellos ya tenían su talento más que demostrado, pero acá se volcaron con un apasionamiento que la verdad les han sacado punta fina a los personajes”.

Piñeyro responde categóricamente a los descargos de distintas autoridades evangélicas: “No es una serie en contra de la religión. El sentimiento religioso ha acompañado al hombre desde siempre y es algo totalmente legítimo. El problema es la manipulación de ese sentimiento. El fundamentalismo religioso lleva a totalitarismos.

Hay algo, también muy característico del hoy, que es quitar toda racionalidad del debate y ponerlo en términos puramente emocionales, de maneras a veces perversas”.

Explica además que las críticas se han volcado principalmente en contra de Claudia Piñeiro por ser mujer, feminista y activista. Pero destaca que una fracción importante de la sociedad salió a defenderla de los ataques: “Entonces pienso que no está todo perdido. Hay un límite que no les podemos dejar pasar y que es meterse en nuestras vidas y cómo decidimos vivirlas. Yo vivo como puedo y como quiero, y no le impongo eso a nadie”.

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¿Continuará?

“Uno hace cine y cuenta historias tratando de llegar a alguien. Cuando pasa lo que está pasando con El reino, que me pasó también con mi primera película, Tango feroz, y la discusión que genera excede a la obra, la verdad es que es muy fuerte. No sé si uno lo busca, pero cuando sucede es muy gratificante. Ahí recuerdas claramente por qué haces lo que haces”.

El final de la serie queda abierto. Cuenta el cineasta que adónde sea que vaya le preguntan si habrá segunda temporada. La respuesta final la tiene Netflix. “Estos personajes tienen un tirón bárbaro, entonces se puede hacer otra temporada. En un momento dudé, como espectador detesto cuando alargan una serie porque sí, y no quiero pasar dos años dedicado a algo que no me entusiasme. Pero con Claudia se nos han empezado a ocurrir ideas que nos emocionan”.

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