Cambio Climático

DF Lab Opinión / Banco Central autónomo: un aliado frente al cambio climático

"Pese al amplio consenso en las tendencias de las variables físicas como la concentración de CO2 en la atmósfera (...) aún queda trabajo por avanzar en la determinación exacta y las magnitudes precisas de los impactos climáticos sobre la actividad económica y financiera en el corto, mediano y largo plazo".

Por: Luis E. Gonzales Carrasco. Coordinador Económico de Cambio Climático, Energía y Medio Ambiente de Clapes UC | Publicado: Miércoles 1 de septiembre de 2021 a las 09:38 hrs.
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La urgencia del entendimiento del fenómeno físico del cambio climático y sus consecuencias económicas y sociales, requiere de un amplio conjunto de teorías y datos representados en modelos matemáticos, desde las ciencias exactas como sociales. Es por esto, que una entidad técnica y objetiva como el Banco Central de Chile, encuentra otra razón más para su desempeño autónomo al observar los desafíos que se experimentan hoy y que representan efectos en la economía en su conjunto donde efectos colaterales pueden manifestarse en las variables objetivo del banco, como la evolución de precios y la estabilidad financiera.

Pese al amplio consenso en las tendencias de las variables físicas como la concentración de CO2 en la atmósfera, incremento de la temperatura global y aumento del nivel de los mares, aún queda trabajo por avanzar en la determinación exacta y las magnitudes precisas de los impactos climáticos sobre la actividad económica y financiera en el corto, mediano y largo plazo.

Muchos de los efectos ocurren a través de una función de daño climático, que refleja el deterioro de la salud, la productividad laboral, los rendimientos agrícolas, la infraestructura y el aumento de las tasas de mortalidad entre otros que pueden ser vistos como efectos de largo plazo, pero que crecientemente son considerados en decisiones de corto plazo donde pueden tener consecuencias en el área de acción de los bancos centrales.

Además, dichos efectos adversos pueden resultar en riesgos financieros directos provocando una fluctuación en precios de los activos, cambiando el costo o la disponibilidad de crédito, o afectando la oportunidad o confiabilidad de los flujos de efectivo. También pueden crear riesgos para la actividad económica por sí mismos y amplificar los riesgos financieros. Estos riesgos también pueden amplificarse entre sí; por ejemplo, la destrucción de propiedades relacionada con el clima puede provocar pérdidas bancarias, lo que lleva a menos préstamos y a una reducción de la inversión.

La amenaza de una ausencia de la independencia y capacidad técnica en la toma de decisiones sobre estos temas, gravita en que estos cambios generarán presiones muy significativas en la economía política cuya principal manifestación se observa en la búsqueda de votos que tendrán diferentes candidatos (hoy y en elecciones futuras) y que pueden nublar sus decisiones por conseguir la preferencia del electorado tendiendo a omitir el criterio técnico y dejarse llevar por la popularidad.

Aprendimos en base a una costosa y larga historia de procesos inflacionarios que para el cumplimiento de los objetivos y metas del banco central uno de sus principales activos es su reputación y credibilidad. En este marco, los riesgos derivados del cambio climático ya son inherentes a los objetivos del banco central. Su ley orgánica seguirá dotándole de las herramientas para cumplir su mandato. Su participación en iniciativas como la red de bancos centrales y reguladores para finanzas verdes (NGFS en inglés) y otras, muestran su proactividad y dan cuenta de su interés y preparación para el mayor desafío de esta era.

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