Cambio Climático

Fundación para la Innovación Agraria: “La sequía ya partió y es la nueva forma de la agricultura chilena”

Afirma que el cambio climático y la gestión hídrica fueron parte de las prioridades de la agenda agraria y que presentan tanto desafíos como oportunidades para la innovación a futuro.

Por: Amanda Santillán R. | Publicado: Jueves 13 de enero de 2022 a las 04:00 hrs.
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La Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en los próximos meses completa una gestión de cuatro años, desde 2018, a cargo de su director ejecutivo Álvaro Eyzaguirre.

La pandemia y la modernización del servicio son algunos de los desafíos que enfrentó su administración, cuenta el ejecutivo. Por este motivo, añade, se reestructuró la fundación con la incorporación de tres nuevos elementos a su oferta: capacitación, información de calidad, y creación de redes y vinculación.

“Hicimos cambios bien potentes: de haber sido una fundación que en los últimos 25 años básicamente apoyaba y promocionaba la innovación a través de fondos concursables, tuvimos esta gran transformación a una estructura distinta con un nuevo portafolio de productos”, señala Eyzaguirre.

De esta manera, entre 2018 y 2021, la FIA -entidad a cargo del ministerio de Agricultura (Minagri)- financió con más de $ 5.200 millones a 352 proyectos e iniciativas de innovación en todas las regiones del país. Además, capacitó a 2.886 personas en temas de innovación agraria.

También durante este periodo se implementaron encargados macro zonales en todo el territorio nacional, lo que aumentó las postulaciones de proyectos de innovación en todas las regiones del país, cuenta Eyzaguirre, quien punta al cambio climático, la gestión hídrica y seguir potenciando las redes como los desafíos que quedan para el próximo periodo “Tenemos muchas oportunidades; hay un futuro muy alentador, pero hay que verlo con una actitud proactiva y positiva, aprovechando todo lo que está disponible”, señala.

-¿Cómo fue enfrentar el cambio climático a través de la innovación?

-Estamos absolutamente claros y conscientes que el cambio climático es una realidad, que del punto de vista de la falta de agua, falta de lluvia y falta de reserva, es algo que no es circunstancial. La sequía ya partió y es la nueva forma de la agricultura chilena y eso nos obliga, y obliga a todo el país, a enfrentar esta falta de recursos. La realidad es que no vamos a disponer de los flujos de lluvia que hemos tenido históricamente y eso obliga a la agricultura a cambiar, a innovar, a buscar y recurrir a las tecnologías.

Por un lado, es un desafío, pero por el otro se presentan tremendas oportunidades del punto de vista tecnológico: tenemos que gestionar mejor el agua y tenemos que aprovechar la tecnología que está disponible; es tecnología que está cada día más barata, más asequible y más amigable en su uso.

También implica que zonas que históricamente tenían humedad y lluvia, hoy día están secos. Los cultivos de esos territorios cambian y eso significa la aparición de nuevas enfermedades, la aparición de nuevos insectos y eso también es un desafío que hay que anticiparlo. Hay que estar muy consciente de estos cambios y, a través de la tecnología y la innovación, buscar cómo remediarlos.

- ¿Qué oportunidades de innovación se presentan con el cambio climático?

-Como fundación hemos podido aprovechar este cambio de una forma proactiva. Por ejemplo, tenemos proyectos que a través del mejoramiento genético y buscando muy bien en el mercado internacional, nos hemos dado cuenta que hay almendros que se comportan muy bien y hemos estado poniendo almendros en la zona de La Araucanía. La gente pensaría que estamos locos pero no, gracias al cambio climático las condiciones han cambiado y la genética permite que hayan variedades que se adapten a estas condiciones.

A partir de algo que podría ser visto como trágico o tremendo, hay que darle la vuelta y buscar la parte positiva y proactiva y, a través de la innovación, ampliar el portafolio de cultivos y oportunidades que tienen los agricultores en esa zona en particular.

-¿Incluyeron en sus ejes de modernización esto del recambio de cultivos?

-Justamente, dentro de los cambios que también hicimos dentro de esta gestión fue tomar consciencia de cuáles eran las prioridades y decidimos financiar y apoyar aquellas innovaciones que fuesen urgentes para el país y para la agricultura.

Fue por eso que definimos tres ejes estratégicos de las prioridades de la agricultura nacional.

Uno es cambio climático y gestión hídrica y básicamente tiene que ver con todos aquellos proyectos que nos permitan enfrentar el cambio climático y muy particularmente el tema de la falta de agua, donde están las tecnologías, la telemetría, el uso de imágenes satelitales, drones, entre otros. Todo esto es muy importantes para esta gestión eficiente del agua.

Por otro lado, también el cambio climático nos permite el cambio de genética, por ejemplo, cambiar variedades y llegar con cultivos que antes no producíamos en zonas donde habían ciertos cultivos dado que han cambiado las características.

- ¿Qué otros ejes son prioritarios?

- El segundo eje son los mercados innovadores, en donde tenemos que buscar nuevas oportunidades.

Chile es un gran productor agrícola, pero tenemos todavía la posibilidad de ampliar ese portafolio exportador. Hay muchos cultivos, hemos experimentado de forma exitosa con la producción de azafrán, de wasabi, de trufas, una serie de productos que son de muy alto valor y tienen muy buen retorno, sobre todo si pensamos en agricultura familiar campesina.

El tercer desafío estratégico que definimos es lo que llamamos procesos innovadores. Aquí el foco está en todo lo que sea procesos en los cuales podamos meter tecnología, digitalización, inteligencia artificial y una serie de cosas que están en este Agro 4.0.

-¿Qué desafíos quedan pendientes para el próximo periodo?

-Nosotros pensamos que hay que seguir ampliando estos conceptos; la información hay que disponibilizarla a más personas.

En el tema del financiamiento, con recursos escasos, tenemos que ser súper eficientes.

Hay que poner mucho foco a estos tres desafíos, porque si pensamos en cambio climático, Chile es uno de los países más vulnerables a nivel mundial, y nos va a pegar y nos está pegando muy fuerte.

Sobre el uso del agua, olvidémonos de seguir regando en los campos como lo hemos hecho históricamente, echémosle mano a una serie de elementos que nos permiten de forma muy potente y revolucionaria, cambiar esa forma en que hemos hecho las cosas.

Tenemos que aprovechar un mercado enorme, cada vez más exigente, que busca la calidad, que busca la trazabilidad de los productos agrícolas chilenos.

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