Cambio Climático

Tres viñas cuentan sus planes para enfrentar el cambio climático

Por: V. Mora y A. Rivera | Publicado: Martes 10 de noviembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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La agricultura es uno de los sectores que mira con mayor atención el cambio climático. Francisco Meza, experto del centro Cambio Global de la UC, destaca la importancia de este fenómeno, sobre todo en relación a cambios en las precipitaciones y temperaturas. La problemática es multifactorial y las soluciones son variadas, pero según Meza es muy importante mirar a largo plazo: “Ver cuáles serán las variedades que respondan mejor a las condiciones futuras”, afirma.

Tres viñas nacionales comentan aquí cómo enfrentan el futuro, para ser un aporte mitigando el cambio climático y también para lograr mantener la calidad de sus viñedos en escenarios más críticos.

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CONCHA Y TORO

Terrenos sustentables y trabajo con la ciencia

Concha y Toro está alineada a un plan de metas, basadas en la ciencia. Así se han unido a acuerdos globales como el Business Ambition de Naciones Unidas y con metas nacionales como el NCD. Todo esto, enmarcado en su propia estrategia de sustentabilidad que comenzó en 2012, según explica Valentina Lira, subgerente de Desarrollo Sustentable.
La compañía estableció metas de reducción de emisiones: para fines de 2020, esperan haber reducido en 30% las emisiones, en 55% para 2030 y finalmente llegar a cero en 2050.
Para ello, cuentan con proyectos como el cambio de la energía fósil para el abastecimientos de red hacia energías renovables, con contratos de compra y generación propia con plantas solares. La viña ya alcanza 80% de abastecimiento con energía renovable y la meta es llegar al 100% a fin de año.
Lo mismo para fuentes móviles y equipamientos. "Recientemente firmamos una alianza con Fraunhofer, centro de innovación tecnológica, para realizar pruebas con combustibles alternativos, por ejemplo, hidrógeno verde", dice la ejecutiva.
Respecto a los trabajos en adaptación, el foco es hídrico. La subgerenta detalló que Concha y Toro fue pionera en usar la metodología de huella de agua para medir el impacto. Así han logrado tener un 46% menos de impacto hídrico que el promedio de la industria. Aunque la empresa posee riego por goteo en un 100%, también utilizan softwares y tecnologías para programar los riegos según las necesidades del viñedo, con el fin de asegurar la disponibilidad de agua.
También están trabajando en proyectos para definir el potencial de mitigación de los viñedos y las 4.200 hectáreas de bosque nativo que posee Concha y Toro. Según un estudio con la UC, contienen alrededor de 100 toneladas de carbono en stock.

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SANTA RITA

Innovación y producciones limpias

Desde hace una década, Viña Santa Rita, que posee 12 mil hectáreas de viñedos, se prepara para la situación climática, a través de un plan de sustentabilidad en el que ha invertido cerca de US$ 34 millones, y que tiene lo ambiental como uno de sus pilares. Sus medidas van desde pequeñas iniciativas hasta grandes proyectos, los que sobre todo apuntan a la mitigación.
Elena Carretero, gerenta de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad, destaca el uso de energías limpias desde iniciativas con los proveedores hasta el proceso de comercialización, usando packagings más livianos para exportar, y desde las bodegas, donde existe un sistema de luminaria con sensores fotovoltaicos y de movimiento para lograr mayor eficiencia energética, hasta tareas como en el embotellamiento, con sistemas de generación de vapor eléctrico.
Según la gerenta, uno de sus proyectos más ambiciosos es el "Proyecto Wise", que abarca 800 de las 3.000 hectáreas de Santa Rita. "Es un gran aporte en cuanto a medidas de mitigación, pues apunta a incorporar plantaciones y replantaciones adaptadas al terroir, que permiten optimizar operaciones agrícolas", dice.
Para la compañía uno de los retos más grandes ha sido la sequía. En esa línea, Wise permite implementar viñedos mejor adaptados. De todas formas, se encuentran explorando nuevos terroirs de calidad y que cuenten con mayor seguridad en el suministro hídrico, por ejemplo, en la zona de Cauquenes.
Su trabajo va en línea con tecnologías de medición para el riego eficiente, además de inversión en infraestructura hidráulica como pozos y tranques. En las bodegas de Buin también se está desarrollando un proyecto que permite reutilizar las aguas industriales para riego.

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VERAMONTE

El cultivo como centro de atención

Las metas de Veramonte, que produce 200 mil cajas de vino anuales, son a largo plazo. Según comenta José Aguirre, gerente agrícola de la viña, aunque es prioridad tener un menor impacto en cuanto al cambio climático, por ahora trabajan con más potencia en adaptar su sistema productivo a las nuevas condiciones.
El foco son las nuevas plantaciones: más resistentes y tolerantes a la sequía. Hace seis años hacen uso de portainjertos, variedades y clones más resistentes, explica.
Otro pilar es la gestión local de uso y consumo de agua: "Estamos monitorizando la evapotranspiración y también utilizamos el potencial de humedad en la planta, además de las condiciones climáticas de cada predio", explica Aguirre.
Esto les permite integrar los datos en un software para determinar cuánto regar. Además, para determinar cuándo es más conveniente el riego, se hacen estudios específicos de suelo. Todo con el fin de ser eficientes en el uso del agua.
La empresa también ha concentrado sus esfuerzos en una forma de trabajo que impacta mucho menos al entorno: la agricultura orgánica. Según comenta Aguirre, este método busca un equilibrio en el ecosistema, logrando plantas resilientes a condiciones extremas. "Entras en un equilibrio productivo en el cual no sobreexiges al cultivo, entonces la demanda hídrica es la justa y necesaria", señala.
Para Veramonte, este tipo de agricultura ha sido exitosa y tiene un costo mayor únicamente en torno al recurso humano, ya que requiere mayor conocimiento. Actualmente el 100% de los predios tienen este tipo de agricultura, y desde el año 2018 cuentan con certificación orgánica.

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