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DF Lab Opinión/ Por qué fracasan los centros de I+D

"Aunque es una mala noticia la posible continuidad de seis centros internacionales de I+D en Chile, tampoco es sorprendente. Los centros de I+D en los últimos 50 años han sorteado aperturas y cierres, constantemente en todo el mundo".

Por: Por Patricio Jarpa, Gerente General de Nanotec Chile | Publicado: Lunes 6 de septiembre de 2021 a las 09:22 hrs.
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Aunque es una mala noticia la posible continuidad de seis centros internacionales de I+D en Chile, tampoco es sorprendente. Los centros de I+D en los últimos 50 años han sorteado aperturas y cierres, constantemente en todo el mundo. Esto ha ocurrido, principalmente, por problemas de financiamiento, es decir, quién paga su funcionamiento.

Existen varios modelos para subvencionar estos centros, ya sean públicos, privados o compuestos, pero siempre pareciera que los recursos son escasos. A su vez, el éxito o no de sus proyectos, generalmente, es un requisito clave para los centros de investigación. Sin embargo, deben pasar al menos cinco años para que estos proyectos tomen consistencia, y sean validados. En este punto, los equipos de trabajo y el management asociado al liderazgo son el factor crítico de éxito.

Normalmente, estos centros fracasan por la administración de los equipos más que por los equipos mismos formados por los científicos. Es posible que fracasen también por su capacidad de atracción con el sector privado para los traspasos tecnológicos: muchos de los proyectos terminan archivados en un escritorio y no en la industria o no tienen factibilidad económica, o no son valorados por el sector privado o son mal presentados por los centros. Y todo lo anterior es totalmente predecible en etapas más tempranas de cada iniciativa.

A pesar de haber muchos casos exitosos, pareciera ser que en Chile el futuro de estos centros internacionales, como Fraunhofer de Alemania o Leitat de España, será el cierre de sus operaciones. Parece prudente que luego de 10 años bajo el modelo establecido por Corfo, disminuya el financiamiento público y se reemplace por autonomía financiera, pero deben existir múltiples razones del por qué no sucedió así.

El gran problema en estos momentos, y que agrava la situación, es la coyuntura económica. Existe escasez de financiamiento que podría perdurar por varios años, al menos en el país, por lo que debemos comprender que las prioridades en naciones en desarrollo como el nuestro tienen que estar en los nuevos indicadores de pobreza que estamos teniendo, además, de otros en materia de salud y educación.

La decisión no es fácil para las autoridades, ya que el paradigma es que precisamente se debe incentivar el desarrollo de tecnología y el estudio de la ciencia para combatir las crisis. Pero, tras analizar el escenario chileno, es difícil comprometer fondos a centros que no son capaces de autofinanciarse, y la decisión se debe basar en las prioridades lógicas.

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