Innovación y Startups

Ex primer ministro de Finlandia: “Chile debe aumentar su inversión en I+D a 1% en dos o tres años”

Esko Aho afirma que la mejor vía para fomentar la inversión privada no son los beneficios tributarios, sino “igualar lo que invierte la empresa en un proyecto”.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Jueves 19 de noviembre de 2020 a las 13:17 hrs.
  • T+
  • T-
Esko Aho, ex primer ministro de Finlandia
Esko Aho, ex primer ministro de Finlandia

Compartir

Por primera vez en 16 años, la Fundación Copec-UC, que preside el empresario Roberto Angelini, realizó ayer su encuentro anual de forma virtual. En esta oportunidad, el invitado estrella del seminario Ciencia, Tecnología e Innovación: Motor para impulsar el desarrollo sustentable de Chile post-pandemia", fue el ex primer ministro de Finlandia, Esko Aho, quien habló de la experiencia de innovación de su país y de los desafíos de Chile en la materia.

"Finlandia duplicó la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) y fue fundamental para nuestro futuro. El nivel de inversión de Chile (0,35% del Producto Interno Bruto, PIB), es muy bajo, deberían poder subirlo a 1% en dos o tres años. Esto no puede lograrse de la noche a la mañana, hay que hacer un programa de al menos diez años plazo", advierte.

Para lograrlo, dice que hay dos caminos posibles: establecer incentivos tributarios para que las compañías inviertan o igualar la inversión. "En Finlandia no usamos la estrategia de beneficio tributario, igualamos la inversión privada. Si una compañía invierte $ 100 en ciertos proyectos de I+D, la agencia estatal coloca otros $ 100, reconociendo que la empresa corrió un riesgo considerable en esa área", sostiene el actual presidente ejecutivo de la Junta de East Office of Finnish Industries, una empresa sin fines de lucro de 25 corporaciones finlandesas.

Esko, quien fue primer ministro entre 1991 y 1995, época en que tuvo la responsabilidad de gestionar al país durante la recesión que enfrentó en los noventa, implementando reformas y logrando la incorporación de Finlandia a la Unión Europea.

El caso finlandés

Comenta que en 1980 adoptó un ambiciosa estrategia para convertirse en una sociedad innovadora y de alta tecnología. El plan se enfocó duplicar la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) y en invertir en educación superior de calidad y formación. Pasaron de invertir un 1% del PIB en I+D a 1,8% del PIB en el 2000 y hoy Finlandia invierte 3,2 % sobre la media de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

"Enfrentamos una gran, pero breve, crisis económica en los noventa, pero incluso en ese período, cuando se contrajo la economía en más de 12% en tres años, duplicamos la inversión total en I+D, no solo a nivel estatal. Esto fue fundamental para nuestro futuro", indica.

Añade que junto con aumentar la inversión, el país decidió invertir en educación, transfirieron trabajo académico y de investigación al sector privado, "lo cual dio un nuevo nivel de competitividad a las empresas en el escenario mundial, donde el mejor ejemplo, es el caso de éxito de Nokia en los noventa", señala.

Digitalización y bioeconomía

Plantea que hoy es fundamental mirar dos áreas tecnológicas, la digitalización y la bioeconomía, donde Finlandia y Chile tienen potencial.

"La digitalización necesita varias herramientas tecnológicas, pero al mismo tiempo, se necesita educar a las personas para que las usen de manera eficiente, creando talentos multidisciplinarios, personas capaces de entender no solo los aspectos tecnológicos, sino también los culturales, empresariales y humanos que tiene la tecnología, con el fin de que estén disponibles las soluciones adecuadas", dice.

Explica que pasa lo mismo con el sector bioeconómico. Plantea, por ejemplo, que los recursos forestales que tiene Chile pueden utilizarse en el futuro, no solo en papel y celulosa y productos derivados de la madera, sino también como materia prima en el sector químico y para tecnologías materiales.

El criterio principal para sacar provecho de los bosques y silvicultura tradicional, es contar con talentos multidisciplinarios, con capacidad de integración de conocimientos medio ambiental, tecnológico y también aspectos culturales en estos negocios", comenta.

Añade que el m mayor impacto de la revolución tecnológica se logrará cuando los sectores tradicionales comiencen a utilizar las tecnologías más avanzadas.

Claves para una innovación exitosa

Esko señala que para tener un ecosistema de innovación "exitoso" al estilo finlandés, se requiere poner en marcha seis elementos clave: invertir en infraestructura digital para adoptar nuevas soluciones y un sistema educacional -primario y superior- de calidad.

Un tercer elemento es contar con un entorno regulatorio inteligente, "que no sea muy rígido, pero con reglas para garantizar una misma base para todos, sin regular en exceso, porque destruye la capacidad innovadora", sostiene.

Un cuarto elemento es la colaboración entre los sectores público y privado con "claridad sobre roles de las empresas y el gobierno, donde este último se preocupe de diseñar el sistema y las empresas de la operatividad del negocio".

Y finalmente, liderazgo y paciencia. Afirma que las personas no entienden que para obtener un producto deseado se necesita tiempo. Las empresas deben informar resultados anuales y trimestrales, por lo que es difícil motivar a empresarios a invertir, porque se trata de proyectos que generarán ganancias al cabo de cinco o diez años.

"Es difícil que este tipo de inversiones se adopten y aprueben. Igualmente los políticos no tienen la capacidad suficiente de hacer inversiones que entreguen retribuciones después de que termine su período. Sin embargo, es necesario incurrir en este tipo de inversiones, por ejemplo, en educación, porque no son suficiente los planes a dos años", advierte.

Esko concluyó su presentación, señalando que Chile y Finlandia si bien son países diferentes y lejanos, en el campo de la innovación y la tecnología, enfrentan desafíos bastante parecidos.

"Ambos tenemos una sociedad basada en las materias primas, con economías bastante pobres, pero hemos experimentado que al hacer las inversiones correctas, se pueden lograr resultados, éxito en lo económico, social y cultural. La ciencia, la tecnología y la innovación, es el mejor activo que tenemos", dice Esko.

Lo más leído