Transformación Digital

El salto digital de Macal

La empresa de remates ligada a la familia Calvo, cuyos inicios se remontan a 1982, realiza subastas hace 3 años de manera online y presencial.

Por: Revista Capital | Publicado: Viernes 15 de mayo de 2020 a las 12:33 hrs.
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Hace 35 años, en plena crisis del ´82, Enrique Calvo, al igual que miles de chilenos, buscó cómo reinventarse. Tenía entonces 43 años, de profesión ingeniero comercial, era dueño de un negocio de muebles que quebró, por lo que tenía que encontrar trabajo rápidamente. Así investigó distintos mercados en los que podría emprender. En eso estaba cuando asistió a un remate en el centro de Santiago. Lo analizó un par de días y comprendió en qué consistía ese modelo de negocios: los consumidores eran quienes le ponían el valor a los productos, y no quienes los venden. Pensó que ahí había una oportunidad y se inscribió para ser martillero, oficio que en esa época debía contar la venia del Presidente de la República.

La crisis le mostró que en ese momento en que Chile estaba parado económicamente, muchas personas querían vender todo tipo de cosas, pero los precios estaban distorsionados. Según cuenta Sebastián Calvo, el tercero de los cuatro hijos del fundador, y actual gerente general de la empresa, había que empezar a mover la economía de otra manera. "Cuando hay crisis así de violentas, mi empresa vale 10, pero si el mercado no me quiere pagar 10, no se va a vender. El remate es un canal que pone precios a las cosas", agrega.

En sus inicios, Macal hacía las subastas en una sucursal ubicada en Abate Molina 77 a pasos del Metro Unión Latinoamericana, espacio que se vendió a principios del año pasado. Ahí remataban de todo, menos arte y animales. Actualmente son tres hijos los que participan del directorio y tienen cargos en Macal: Sebastián, como gerente general; Francisca, gerenta de recursos humanos y Matías, el actual martillero, quien tiene el rol de mantener la visión y el cuidado de los remates. "Mi papá dejó esto porque el siguiente paso era ir por lo digital, lo que implica una cultura distinta. El creó una empresa de remates y nosotros la digitalizamos", dice Sebastián.

En 2008 comenzaron a explorar la idea transitar a la digitalización, pues consideraron que era una herramienta clave en su negocio. "Macal no vende ni compra, sino que convoca gente. A través de internet ampliamos la convocatoria y eliminamos la limitante de estar en un lugar específico", dice el gerente general. En un principio lo hicieron a través de plataformas desarrolladas por ellos mismos, y tardaban poco más de un año en organizar ese sitio virtual.

"Esto era ensayo y error, ir probando cosas nuevas e ir perfeccionándose con el tiempo", agrega.
Ese mismo año comenzaron a experimentar con remates online. El primero que organizaron fue a modo de prueba con los trabajadores de la empresa: sortearon unos días de vacaciones y televisiones de pantalla plana que en esa época eran novedad. Por último, probaron con vehículos y ahí fue donde se dieron cuenta del primer error: la gente que digitalizaba su oferta no lo podía corregir. "No sé cómo no nos dimos cuenta antes: alguien puso 5 millones porque se le escapó un cero y en verdad quería poner 500 mil pesos. Eso hizo que todo se distorsione", agrega.

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