Transformación Digital en Tiempos de Coronavirus

Mucho se ha dicho sobre la estrecha relación entre crisis y oportunidad. Dos caras de un mismo fenómeno. Hoy se nos pide aislarnos responsablemente para evitar expandir el Covid-19 y que con ello exploten los sistemas de salud. Frente a esta realidad crítica, aparece la oportunidad de acelerar la transformación digital en las empresas. Y ¿por qué no? en los colegios también.

Como sabemos la transformación es un proceso de conservación. En los negocios implica adaptarse para mantenerse relevante en la economía digital. Lo primero es no paralizarse. Todo movimiento sistémico comienza por tomar algunas acciones, igual como lo estamos haciendo a nivel país y el mundo frente al coronavirus.

Aparecen nuevas exigencias. Equipos ágiles con capacidad de decisión. Trabajo multifuncional para ser efectivos a la hora de reaccionar. Se nos empuja a innovar, echando mano a la tecnología como soporte para resolver problemas. Así lo estamos viendo con el uso de plataformas de tele-trabajo o sistemas de educación a distancia.

Empieza a resetearse nuestra mentalidad. Transformamos la forma de hacer las cosas. Incluso, estamos dispuestos a renunciar a comportamientos anteriores para volvernos más eficientes y competitivos. En el caso del Covid-19 coordinarnos a distancia con nuestros equipos para continuar produciendo. Pues el país no se puede detener.

Frente a la crisis inevitable, flexibilizamos creencias. Probamos caminos y desechamos de manera lo más expedita posible para estar a la altura de las circunstancias. Empieza a filtrarse una cultura colaborativa, que gestiona desde la flexibilidad. Suena parecido a los que pasa con esta pandemia.

Ante la revolución digital, los modelos de negocios tradicionales suelen quedarse estáticos, partir tarde, siendo más lentos. Las jerarquías en la toma de decisiones y el funcionamiento rígido en silos, con un fuerte foco en optimizaciones de corto plazo, aparecen inoperantes. Imaginar enfrentar la Fase 4 del virus de esa manera sería pésimo timming. Lo mismo ocurre en los negocios que no se transforman y quedan en el camino.

No nos olvidemos del rol de la data. Cada decisión tomada por las autoridades nacionales e internacionales frente a la expansión del Covid-19 se basa en registros arrojados por laboratorios y la trazabilidad de casos infectados.

La cultura de una empresa es el comportamiento colectivo de una organización a escala. La era digital exige agilidad, funciones cruzadas, innovación, simplificar procesos y mucha colaboración. Todo lo que facilite la velocidad para tomar decisiones, entender y actuar suma. Desde arriba aparece una orquestación coordinada. Donde todo tiene que ver con todo. Y esto porque estar conectados es la manera de estar en la realidad y en los negocios, gracias a la digitalización.

Tenemos la oportunidad de incrustar velocidad, multifuncionalidad, agilidad y una mentalidad de ensayo-error en todas las empresas usando tecnología y la ayuda de data analítica para tomar decisiones. Desde la coyuntura podemos volvernos creativos en medio de un aislamiento físico, aunque seguimos estando conectados para cumplir nuestras tareas, sea trabajar o estudiar. Basta transformar nuestra mentalidad y aprovechar las innovaciones digitales.