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La acertada apuesta de Jacinda Ardern

El epidemiólogo Michael Baker asegura que el liderazgo de la Primera Ministra Jacinda Ardern fue un factor fundamental para implementar la estrategia que resultó exitosa en Nueva Zelanda.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Sábado 1 de agosto de 2020 a las 21:00 hrs.
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Cuando a fines de marzo Nueva Zelanda anunció el cierre de sus fronteras y un estricto confinamiento, algunas voces consideraron que se trataba de una sobreacción. Cada país se vio enfrentado al dilema de qué medidas tomar para frenar el avance del coronavirus y esas decisiones determinaron el rumbo de los meses posteriores.

Si se tratara de una prueba, la nación gobernada por Jacinda Ardern saca la nota máxima. El 23 de julio Nueva Zelanda anunció que cumplía más de 80 días sin registrar ningún nuevo caso de transmisión local del Covid-19. Y todo indica que el éxito de su experiencia radica en la premura de sus decisiones.

El responsable de impulsar esta estrategia es el epidemiólogo y asesor del gobierno neozelandés, Michael Baker. "A principios de marzo, me convencí de que la pandemia era contagiosa y podría detenerse con medidas de salud pública. Una característica clave de esta estrategia fue la necesidad de una respuesta vigorosa de manera que la incidencia de infección fuese baja", explica el académico de la Universidad de Otago, Wellington.

Entonces Baker propuso un bloqueo intenso temprano para la isla, que fue implementado el 26 de marzo. No fue una decisión fácil, cuenta el experto, porque tampoco existía garantía de que funcionara."Curiosamente, los líderes empresariales en este país también apoyaron la respuesta vigorosa, ya que pudieron ver los beneficios económicos de eliminar rápidamente el virus", señala.

Agrega que el liderazgo de la Primera Ministra, cuya popularidad mundial resulta indiscutible, fue un factor fundamental para implementar la estrategia que resultó exitosa. "Su gobierno tuvo que tomar la difícil decisión de cerrar rápidamente y luego involucrar a toda la ciudadanía en el seguimiento de esta respuesta, lo que lograron de manera muy efectiva", apunta el epidemiólogo. El 8 de junio Ardern comunicó en un punto de prensa que no había casos activos en su país, y reconoció entre risas que había hecho un pequeño baile de triunfo cuando su equipo le dio la noticia.

Tras el éxito de su estrategia, los ojos del mundo se posaron sobre Nueva Zelanda y Michael Baker ha tenido que atender a epidemiólogos, funcionarios gubernamentales y medios de comunicación de diferentes países que ante los nuevos brotes de Covid-19 están considerando imitar las medidas de bloqueo que funcionaron en el país oceánico. "En mis 30 años trabajando en salud pública, me ha impresionado el poder de la ciencia y el buen liderazgo político para salvar vidas", dice el especialista refiriéndose a la relevancia de contar con autoridades que atiendan las recomendaciones de los expertos al momento de tomar decisiones país.

Si pudiera volver el tiempo atrás, Baker incluso recomendaría comenzar antes con medidas preventivas para cerrar las posibilidades de que el virus entrara en Nueva Zelanda. También aconsejaría el uso de máscaras faciales en una etapa temprana, lo que podría haber evitado llegar al bloqueo absoluto, afirma citando el caso de Taiwán.

Sobre la posibilidad de enfrentar una nueva oleada de contagios, insiste en la importancia de no relajar las medidas de control y afirma que el uso generalizado de máscaras faciales y el seguimiento efectivo de contactos es fundamental, además de mantener o aumentar medidas de distanciamiento físico, según sea el escenario. "Hay vacunas prometedoras en desarrollo, y varias de ellas se están sometiendo a ensayos para evaluar su efectividad. Sin embargo, existe gran incertidumbre sobre la duración de la inmunidad, y no se sabe si funcionará en adultos mayores", advierte el experto.

Calcula que a comienzos de 2021 debería existir una vacuna de uso generalizado. Hasta entonces, mejor no cantar victoria.

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