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Faltan manos para la cosecha de cerezas en un año récord

Las restricciones impuestas por la alerta sanitaria y la competencia de otras frutas, cuyos precios van al alza en el extranjero, tiene a los productores de este fruto estrella enfrentando una inédita escasez de personal.

Por: Martín Ayala Vasallo | Publicado: Domingo 17 de enero de 2021 a las 04:00 hrs.
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Son pasadas las 7 de la mañana y Marcelo San Martín (65), agricultor, está con termómetro en mano, midiendo la temperatura de sus trabajadores en la entrada del fundo Santa Laura en San Carlos, Región del Ñuble. El ingreso a la faena es ordenado y con todos los protocolos de seguridad necesarios: medición de temperatura, entrega de alcohol gel y mascarillas. Una vez que cada temporero ha superado el control firma un libro de asistencia y toma una escalera para dirigirse a su respectivo árbol y continuar con la cosecha de cerezas.

Sin embargo, una vez que han pasado todos los trabajadores aún quedan escaleras. "Yo tengo 50 escaleras para cosechar, pero este año apenas conseguí 30 personas", comenta el agricultor oriundo de Chillán. La escasez de mano de obra durante esta temporada de cosecha ha afectado a agricultores como San Martín y también a las grandes exportadoras. En todo el mundo, producto de la pandemia y las restricciones de movimiento, ha existido una merma en la mano de obra para el campo.

En Chile algunos atribuyen la falta de trabajadores a que los bonos estatales de ayuda habrían incidido en que los temporeros prefirieran quedarse en sus casas con ese dinero para resguardarse. Pero San Martín entrega una razón de peso: "Otras frutas han subido su valor y están pagando bien, como el arándano y la frambuesa, poniéndose a la par de la cereza". Paga: desde $ 20 mil diarios.

La jornada de trabajo para un temporero, ligado a las cerezas, comienza alrededor de las 7 de la mañana y finaliza cerca de las 2 de la tarde. El pago, que ha tenido que ir aumentando por la competencia con otras frutas, oscila entre los $ 20 mil y $ 28 mil diarios. Los jefes establecen un mínimo de cajas o kilos, según sea el acuerdo, pero quienes superen ese piso tienen ganancias extras; una caja adicional tiene un valor de $ 2 mil y el kilo se puede pagar a $ 300 pesos. "Un buen temporero puede llegar a recolectar 200 kilos diarios y obtener casi $ 60 mil al día", agrega San Martín.

El agricultor de 65 años también reflexiona acerca del explosivo aumento de cultivos de cerezas: "El negocio está bueno y por eso cada vez hay más y más hectáreas de cultivos en el país. Entonces, la mano de obra no crece tan rápido como la producción de la fruta", explica.

Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), la superficie de cerezos es tercera a nivel nacional con 39.645 hectáreas, solo superada por la uva de mesa (45.489) y el nogal (43.328). Algunas personas ligadas al rubro consideran que el dato se queda corto y que los cerezos ya estarían cerca de las 50 mil hectáreas.

Fruta de la suerte

San Martín inició su cultivo hace unos 15 años atrás, cuando en Chile existían alrededor de 7 mil hectáreas destinadas a los cerezos. "El peak del consumo en China durante la fiesta del año nuevo, más las buenas condiciones presentes en dicho mercado, han hecho posible que los productores y exportadores chilenos inviertan", sostiene Ronald Bown, presidente de la Asociación de exportadores de fruta (Asoex).

Este año tiene la ventaja de que el año nuevo chino comenzará el 12 de febrero, unas semanas más tarde que en 2020, que fue el 25 de enero. Esto permitió extender las cosechas que se inician regularmente entre la quincena de noviembre y los primeros días de diciembre, dándoles un par de días más a los agricultores y exportadores para enviar el tan deseado fruto rojo al gigante asiático.

Pero ¿qué es lo que hace especial a la cereza en China? Los habitantes del gigante asiático las compran para regalarlas en el inicio de su nuevo ciclo anual. A esta fruta le otorgan un valor simbólico de prosperidad, éxito y buen augurio, lo que gatilla en una alta demanda. Allá, la fruta puede llegar a venderse a US$ 20 el kilo.

Las exigencias del mercado asiático son altas y la producción chilena se concentra en ese mercado: el 90% de los envíos nacionales de esa fruta va ese país. Lo demás se reparte entre otros mercados asiáticos, algunas naciones latinoamericanas y Estados Unidos.

Cristián Tagle, presidente del Comité de Cerezas de la Asoex, considera que la clave de este crecimiento, tanto en China como en otros mercados, se sustenta en el patrimonio fitosanitario de nuestro país: "Esto nos permite quedarnos en los mercados y seguir ampliándonos a otros". 

De acuerdo con las estimaciones de Asoex, esta temporada se espera que las exportaciones sobrepasen las 316 mil toneladas, lo que sería una cifra histórica. En lo que va de temporada (2020-21) ya se han exportado 283.767 toneladas, un 30% más que el año anterior, donde se bordeó las 220 mil.

Protocolos

Copefrut, ubicada en Región del Maule, es una de las exportadoras más grandes de cerezas de Chile. En la temporada 2019-2020 fue la segunda firma que realizó más envíos de esta fruta fuera del país, con un total de 12.318 toneladas. Este año, pese a la incertidumbre lograron cosechar 23 mil toneladas, un 39% más que la cosecha anterior, que rondó las 16.500.

Andrés Fuenzalida, gerente general de la firma, comenta que el retraso de la cosecha y la posterior exportación permitió que los mercados estuvieran expectantes: "Lo anterior generó precios altos y buenas ventas. La calidad en los arribos de las primeras variedades es fundamental, debido a que incentivan el consumo en el mercado, lo que está directamente relacionado con buenos precios".

Pero ¿cómo se logró tener números tan positivos durante la pandemia? Para Fuenzalida la clave estuvo en la adaptación a los protocolos que generó el COVID-19 y cómo lo desarrollaron a lo largo del año con la producción de otras frutas. "De marzo a septiembre procesamos manzanas y kiwis, lo que significó una importante preparación para la desafiante campaña de cerezas. Alineamos a nuestros productores bajo protocolos que buscaban garantizar una óptima labor de cosecha y una operación coordinada en nuestras plantas, que permitieron disminuir el riesgo de contagio".

La exportadora, situada en Curicó, comenzó hace tres años a desarrollar una estrategia comercial para Asia. "Consolidamos una oficina en China, la que nos ha permitido desarrollar programas de retail, como también clientes al interior del país. Con eso tenemos una menor dependencia del mercado mayorista y una estrategia comercial más robusta y diversificada, la que nos dará estabilidad frente a un mercado que esperamos siga cambiando hacia una estructura más formal y regulada", argumenta Fuenzalida.

Por su parte, Marcelo San Martín, ya está por terminar la labor con el fruto rojo este año. En unos días más llegarán los camiones a buscar los últimos kilos que extrajo desde su tierra. Confía en que la cantidad que obtuvo esta temporada estará cercana a las 45 toneladas. 

Como él, en el sur del país, hay decenas de pequeños agricultores que se han sumado al boom de la cereza, la nueva fruta de la suerte.

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