Plumas x plumas

Pauline Kantor y Benjamín Salas: madre e hijo abordan sus pasos por La Moneda

Es la primera entrevista que da el asesor presidencial y una de las personas más cercanas a Sebastián Piñera. Con su madre, precandidata a constituyente por Evópoli, cuentan cómo llegaron a la política, abordan la contingencia y cuentan sus planes futuros.

Por: Por María José Gutiérrez | Publicado: Domingo 6 de diciembre de 2020 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

"Mamá, no digas nada de mi infancia que me pueda avergonzar", dice, riendo, Benjamín Salas (29) a su madre, la exministra del Deporte Pauline Kantor (55). El abogado de la UC experto en derecho internacional es hoy uno de los asesores más cercanos al Presidente Sebastián Piñera. Nunca había dado una entrevista. Decidió hablar esta vez para tener un registro con su progenitora, precandidata a constituyente por Evópoli.

Cada uno con un cuaderno y lápiz con apuntes se sientan en la terraza del departamento de Kantor en Vitacura. Salas pone su celular en silencio, aunque está atento por si lo llaman de La Moneda, lo que ocurrirá durante esta conversación. Es poco el espacio que tiene para desconectarse, reconoce. Su trabajo le exige estar 24/7 -literal- por lo que debe asegurarse de no estar nunca sin batería para responder a Piñera aunque sean los sábados antes de las 7 de la mañana.

Antes de aceptar el cargo en el segundo piso, lo conversó con la familia. "Aquí se discuten todos los temas, hay poco filtro. Es raro que se tome una decisión laboral o académica sin someterla al escrutinio de la mesa familiar", asegura Benjamín.

-Pauline ya había sido nombrada ministra de Deporte, ¿evaluaron las críticas de nepotismo que pudieran venir?

-PK: Es que fue bien claro el análisis: Benjamín trabajaba en el gobierno de la Presidenta Bachelet en los casos chilenos que se estaban viendo en La Haya, por lo tanto, si él quería postular para seguir trabajando en el gobierno, era un camino bastante lógico cuando tienes una vocación pública.

-¿Votaste por Bachelet?

-BS: El voto es secreto. (Ríen).

-¿Y por Piñera?

-BS: Por supuesto. (Ríe de nuevo). Al Presidente Piñera lo conocí cuando era Presidente electo y todavía no había asumido. Tuve la oportunidad de presentarle algunas ideas y posturas que habíamos tomado en materia de derecho internacional y después de eso me invitó a sumarme al segundo piso.

-PK: Me acuerdo cuando estuve en el primer gobierno del Presidente Piñera -trabajé ahí los cuatro años y me tocó desarrollar el programa Elige Vivir Sano-, vives en primera persona lo que es generar políticas públicas que cambian vidas. Yo trabajaba con todo un equipo de jóvenes y siempre pensaba qué oportunidad para ellos poder comprometerse así con el país y que ojalá algún día alguno de mis hijos tuviera la posibilidad de hacerlo.

-BS: Es interesante cómo vivimos esa experiencia de mi mamá desde la casa, porque para nosotros fue una época más difícil -los dos mayores estábamos en la universidad pero los otros estaban más chicos- y hubo un cambio respecto a los roles: mi papá asumió todo lo que hasta ese momento había hecho ella. Fue un tremendo aprendizaje de corresponsabilidad y nos convirtió en una familia muy feminista al decir: "el proyecto familiar va a estar enfocado en que mi mamá pueda hacer bien esta tremenda pega que le encargaron".

-A pesar de eso le mandaste un tuit al Presidente Piñera diciéndole que te devolviera a tu mamá...

-BS: (Ríe) Sí.

-PK: Imagínate cómo lo reté cuando me cuenta en la noche por teléfono de este tuit. En la mañana siguiente me levanto en el hotel en la gira y el Presidente me lo muestra y me dice: "Mire mi respuesta" ("Tienes una madre maravillosa que te quiere mucho y siempre está cerca de ti, incluso cuando trabaja más de la cuenta"). Yo me quería morir.

Imagen foto_00000005

Diversidad

Los Kantor llegaron a Chile en 1938 escapando del nazismo desde Checoslovaquia. Se instalaron en Santiago y en los 50' compraron Dimacofi -donde Pauline acaba de ser nombrada presidenta del directorio-, en ese entonces una importadora de máquinas de escribir. Aunque la familia no participaba en la política partidista, el padre de la periodista apoyaba "desde atrás" a RN. "Yo creo que la diversidad de pensamiento político ha venido más con la generación siguiente. Con mis hermanos tenemos visiones políticas muy distintas", dice Benjamín.

-¿Qué tanta diversidad?

-PK: Desde cercanos al FA hasta la centroderecha.

Pauline se trasladó durante la UP con sus padres y hermanos a Estados Unidos. Fue ahí donde su nombre "María Paulina Milada" cambió por el gringo. Sin embargo, en su carnet sigue figurando el original. "Tengo un tema ahí porque ahora que estoy de posible constituyente no sé si la gente me va a reconocer como 'María Paulina Milada' en el voto, así que vamos a tener que potenciar el Kantor", explica la exministra, que en mayo fichó por Evópoli.

"De las cosas que me gustaba de ser independiente era sentir que con cualquiera podías sintonizar en algo", asegura Kantor. "Como familia en términos religiosos, hay creyentes en Dios, hay ateos (como Benjamín). Han crecido con mucha libertad en todo sentido. En el colegio (Santiago College) no entendían por qué los Salas estaban un año en religión católica y otra judía, hasta que finalmente crearon un curso que se llamaba "Crecer y compartir", que al final tenía que ver con los valores universales" agrega.

-En La Moneda se comenta que quieres impulsar una agenda en cuanto a la protección de las minorías, el matrimonio igualitario, etc, ¿es así?

-BS: Primero, yo no tengo ninguna agenda propia, ni guío al gobierno en absolutamente nada. Soy un colaborador del Presidente. Ahora, otra cosa es que hay convicciones naturales, las cuales sí tengo, como el matrimonio igualitario y la adopción homoparental, algo que es absolutamente unánime en nuestra familia. Y eso tiene que ver con dos valores: la diversidad, que no se trata de tolerarla, sino de enriquecerse de ella; y la igualdad ante la ley. Eso lo compartimos los siete miembros de la familia.

PK: Absolutamente. Son temas que tenemos que ir avanzando como sociedad. Incluso puedo ir un poco más allá: estos temas debieran ser plebiscitables. Y ese sentir mayoritario es el que te debiera decir hacia dónde debe ir la sociedad, porque al final los representantes de los distintos estamentos políticos o partidistas tienen a veces posturas más ideológicas. Y la gente no vive de la ideología, las personas viven del sentido común, de lo que les mueve el corazón o el alma.

-¿Sienten que el gobierno está atrasado en estos temas?

-PK: Yo creo que el gobierno ha hecho todos los esfuerzos, lo que pasa es que acá tienes que articular entre muchas posturas. Siempre hay fuerzas que les cuesta el cambio y que no están dispuestas a ceder. Por eso creo que este proceso constituyente que vamos a vivir es súper relevante.

-¿Los dos estaban por el Apruebo?

-PK: Yo sí.

-BS: Yo también.

-¿Le recomendaste al Presidente que se la jugara por esa postura?

-BS: No voy a comentar las cosas que hago en mi trabajo. Hablaría muy mal de mí profesionalmente si lo hiciera.

-PK: Yo le digo que cuando cumpla 50 años que saque sus memorias.

El estallido, las encuestas y la escucha

Kantor recuerda que el 18 de octubre del año pasado estaba en una reunión en el Ministerio que le había costado mucho coordinar con los head coach de varias disciplinas y que alguien le hacía señas mientras hablaba. Hasta que se le acercó y le mostró el Whastapp. "Está quedando la crema, todos se tienen que ir", les dijo. "Nunca pensé que esa iba a ser la última reunión que iba a estar sentada con ese grupo", asegura.

-¿Por qué saliste del gabinete?

-PK: Los cambios de gabinete son decisiones del Presidente y uno sabe que uno es un soldado que está ahí, jugando una posición, y que el día de mañana te pueden cambiar.

Benjamín ese día y las semanas que siguieron prácticamente alojó en La Moneda, relata. "Fueron momentos de mucha angustia, mucha incertidumbre. En mi caso, al menos, abrió un tremendo espacio de reflexión, de poder pensar, por un lado, en la importancia de escuchar, y por otro lado de ver cómo uno podía integrar de la mejor forma los distintos desafíos que estaban ocurriendo en forma simultánea", señala.

-¿Angustia por la desigualdad, la violencia, la presión por sacar a los militares a la calle?

-BS: Todo. Uno de los aprendizajes de lo que ha ocurrido de octubre a la fecha es que es imposible desintegrar, pensar en distintas ramas como si no estuvieran todas interconectadas entre ellas. Algo que rescato profundamente, es la fortaleza con la que el Presidente abordó ese momento, la capacidad de trabajo con la que sacó al país adelante de esta situación y cómo enfrentó, por un lado, el desafío del orden público, que era algo fundamental, pero también cómo vio la oportunidad que se presentaba para poder construir un Chile mejor tomando las demandas sociales.

-¿Pero entonces por qué está tan mal evaluado el gobierno y el Presidente Piñera?

-BS: (Pausa larga). No es una pregunta fácil. Yo creo que es difícil la conciliación entre la responsabilidad y la popularidad al momento de gobernar. Y buscar un justo balance entre ambas es un desafío al que se enfrenta cualquier gobernante.

-PK: Tras el estallido entramos en un proceso de reflexión profunda, como dice el Benja, y de escucha bien activa donde uno tiene que correr ciertas líneas, donde no te puedes quedar pegado en lo que siempre has pensado. Y las conversaciones sobre todo con mis hijos, que son de otras generaciones, te abren los ojos con otras miradas. Puedes tratar de convencer al otro de tu punto de vista, pero hay un punto en el que no lograste hacerlo y hay que decir "hasta acá llega, respetémonos y después seamos capaces de estar todos juntos viendo una película, riéndonos y pasándolo bien".

-Benjamín, te debe haber tocado defender al Presidente, por ejemplo, en la noche del estallido que se fue a la pizzería, o cuando se tomó la foto en la Plaza Baquedano...

-BS: Sí, por supuesto.

-¿Cómo lo haces cuando el Presidente tiene chascarros?

-BS: Esas son conversaciones privadas con el Presidente.

-PK: Hay una cosa que le enseñamos a los niños desde muy chicos es que cuando te comprometes con algo, es importante que seas leal, aunque muchas veces no va a coincidir con lo que piensas o dices.

-BS: Todos quienes somos parte de ese equipo tenemos total lealtad y compromiso con el proyecto que está impulsando el Presidente Piñera para el país. Obvio que hay momentos más difíciles...

-¿Momentos en los que has pensado renunciar?

-BS: No, nunca. En la medida que pueda seguir colaborando con este gobierno, voy a estar muy feliz de hacerlo porque para mí es un tremendo privilegio.

-¿Qué ha sido lo más duro de estos tres años?

-BS: La época del estallido social de octubre y noviembre del año pasado y también los primeros meses de este año cuando subieron mucho los contagios de Covid fueron muy difíciles para el gobierno. De lo que sí tengo recuerdo son momentos muy emocionantes que han ocurrido. Uno de ellos, cuando se promulgó la Ley de Identidad de Género. El Presidente, pese a que existía mucha oposición, la empujó y promulgó con mucha convicción. Y otro, cuando estábamos en el G20 en Japón y se lanzó la estrategia del gobierno para poder impulsar a otros países para que se sumaran a la carbononeutralidad antes del año 2050, y fue algo que después se continuó en la Asamblea General de la ONU.

Imagen foto_00000006

"Asesor izquierdista"

-Hoy eres uno de los asesores más cercanos de Piñera, ¿cómo te ganaste su confianza?

-BS: No soy el indicado para responder si tengo o no su confianza, pero hago lo mejor posible por hacer un trabajo profesional, por dedicarle 24/7 a la pega y tener mucha pasión por los temas en los que trabajo.

-Tu cercanía con Piñera se gestó con Roberto Ampuero en la Cancillería, cuando tomaste más protagonismo y empezaste a acompañar al Presidente a las reuniones y giras, ¿es así?

-BS: No voy a comentar nada de eso, pero como es natural, las relaciones humanas y profesionales se van construyendo con el tiempo.

-¿Qué te pasa cuando te tildan del "asesor izquierdista" de Piñera?

-BS: No me gustan los eslóganes, creo que vacían de contenido las ideas. El Presidente siempre se ha rodeado de gente muy joven para trabajar. Y dentro del equipo existe una gran diversidad. El rol de los asesores es presentar la mayor cantidad de puntos de vista al Presidente.

-¿Y que te llamen "Niño Maravilla"?

-BS: No me gustan los eslóganes... (Ríe).

-¿Quién va a hacer el eslogan de la candidata a constituyente?

-BS: Yo no (ríe de nuevo).

-PK: Los voy a poner a todos a trabajar, no se va a salvar ni uno.

-¿Cómo se ven en el futuro?

-PK: Hoy estoy concentrada en estar oficialmente en la carrera, después vienen tres meses de campaña y luego el desafío de llevar adelante un buen proceso constituyente. Una de las cosas donde puedo aportar es justamente en el diálogo, los consensos, lograr unir posturas. Y no dejo de lado una etapa que será para la tercera o cuarta edad -acá mis niños siempre me hacen bulling- para estudiar algo afuera. Me encantaría volver a tener esa vida universitaria de cuando recién partimos con Agustín (Salas) nuestra vida en conjunto y empezamos a armar familia. Es como volver a cerrar el ciclo.

-¿Y tú, Benjamín, has pensado tener una carrera política?

-(Se levanta a contestar el celular)

-PK: Benja te va a decir que no...

-BS: (Vuelve a la mesa). ¿Respondiste por mí? (Toma una pausa). No. Pero me gustaría seguir colaborando con el Estado y estando en el servicio público. Cuando termine el gobierno quiero estudiar un postgrado para seguir especializándome en Derecho internacional. Nunca me ha gustado la política partidista y no es algo que me interese por el momento.

-PK: Me quedé pensando. El discurso que el Presidente dio el 12 de noviembre cuando habla del acuerdo por la paz, la justicia y una nueva Constitución son de un peso profundo que creo que acá hay que hacerle justicia. Ha recibido mucha crítica. Y hoy soy precandidata producto de ese discurso. Eso marca un rumbo que la historia después va a reconocer.

-Y tú Benjamín estabas ahí esa noche...

-BS: Sí... (Se para del asiento y toma su cuaderno y lápiz). Nos tenemos que ir. Me esperan en La Moneda.

Lo más leído