Punto de partida

La startup que busca terminar con los tacos

Hace justo un año Francisco Torrealba (38) viajaba por Los Angeles cuando el tráfico de la ciudad lo impulsó a desarrollar un proyecto que ponga fin a los tacos en el mundo.

Por: María José López | Publicado: Sábado 1 de agosto de 2020 a las 21:00 hrs.
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Francisco Torrealba quería ir a la NASA a comprobar si lo que él planteaba era cierto. En junio del año pasado el ingeniero comercial de la Universidad de Chile, tras salir de un emprendimiento de energía (ver recuadro), escribió un libro de ciencia ficción –"Oceanworlds"– que hablaba sobre una expedición a Enceladus, la luna de Saturno. El capítulo final del texto consistía en el fact checking de la excursión que planteaba, así es que organizó un viaje a Los Angeles, California, donde está el Jet Propulsion Laboratory (JPL), "el departamento más cool de la NASA" -dice- y desde donde se han impulsado, entre otras cosas, misiones a Marte y Júpiter.

El periplo se extendería durante un par de semanas, pero terminó siendo uno sin retorno.

Su rutina era más o menos la misma todos los días: fluctuaba entre ese centro ubicado en la ciudad de Pasadena, y el Aeropuerto Internacional de Los Angeles. Eso implicaba desplazarse por la I-405, la carretera que atraviesa la localidad y que es conocida por ser una de las avenidas más congestionadas del mundo y, sin dudas, la con mayor taco de EEUU. En uno de esos traslados pensó que lo que ahí sucedía era "absurdo".

"Yo puedo entender que en Chile no estén los recursos para tener pistas más expeditas. Pero nada justifica la congestión ahí: es el corredor con mayor valor económico del mundo, donde está la industria del cine, la aeroespacial, el puerto más grande de EEUU y el segundo aeropuerto con mayor actividad. Tiene 5 pistas por lado. Está elevada, flotando arriba de la ciudad... Esta podría ser la localidad más linda del mundo. Sin embargo, es insoportable", indica.

El tráfico es un problema serio que no hemos logrado solucionar como sociedad, pensó entonces. Y en el asiento trasero del Uber donde viajaba comenzó a sacar cálculos con su celular: la máxima capacidad de una pista es de unos 2 mil vehículos por hora. Cuando hay taco, se reduce a 600 unidades. "Tendemos a creer que cuando hay congestión, muchos autos viajan por la carretera. Y no es así. Mientras más expedita, más vehículos transitan", asegura.

Empezó a leer papers académicos sobre soluciones de congestión. Así llegó al concepto "diagrama fundamental del flujo de tráfico", "algo así como las Leyes de Newton de este sector", compara. Esa teoría dice que si se previene cierto umbral de densidad, se puede evitar el taco y se logra tener flujo continuo de 80 km/h, las 24 horas del día, incluso a la horas "punta". "Desde lo teórico existe la solución (el economista Sam Schwartz es uno de los "gurús"), pero en la práctica, no lo hemos logrado", reflexionó. Y se puso a trabajar en concreto en este desafío: anticipar el tráfico y así evitar congestión. "Es algo muy difícil de modelar matemáticamente. Por eso llamé a Felipe Kettlun, quien es experto en aquello", relata.

Con él había trabajado en la central Valhalla y le contó el plan. Pero al principio no lo creyó posible. "Me dijo que sonaba demasiado bueno para ser cierto", recuerda. Kettlun hizo su propia investigación en Stanford, donde entonces terminaba sus estudios de Ciencia de Computación, y en octubre se sumó. Así nació Blissway. "Bliss alude a un estado de relajo, o zen. Es lo que queremos lograr cuando viajes por las carreteras del mundo y, de paso, mejorar la calidad del aire", dicen los socios.

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Francisco Torrealba

La magia y la tecnología

"Los conductores son eminentemente libres. No puedes exigirles una hora para que vayan a buscar a sus niños a los colegios, por ejemplo. El 'cómo' anticipar el comportamiento del usuario antes de que llegue a la autopista es realmente difícil", explica Francisco Torrealba a través de una video conferencia desde su casa en San Francisco.

¿Cómo hacerlo? Incentivando a que un porcentaje reserve su espacio en la carretera a través de un mecanismo de precios: así como Waze recomienda rutas, Blissway da alternativas de viaje, pero además advierte al usuario que si se decide por la opción con más tráfico, le saldrá más caro. Y si viaja solo, más costoso aún. Su proyecto se fue armando: consistiría en un software que controlaría el flujo, leería patentes, mediría tránsito (y habría una app gratuita para usuarios). Todo eso acompañado de una infraestructura, una obra de construcción que elimina los pórticos actuales y los reemplazapor unos con mayor tecnología.

Esta idea requería un trabajo de ingeniería mayor. Había que "entrar a picar" en el sistema convencional. "El proyecto elimina todo ello porque necesitamos un software que nos entregue la información de autopistas, que nos permita hacer los cobros de peaje, recomendar alternativas de ruta y a su vez, chequear cuántos pasajeros van por auto. Si no somos capaces de manejar todas las variables, esto no funciona", explica.

Torrealba cuenta que toda la arquitectura con pórticos y tag, "que parece tan sofisticada, en realidad es bien antigua, de los años 80". Además, dice, es muy cara en hardware e infraestructura. "La industria de peaje funciona 90% hardware, y 10% software. Nosotros creemos que debiera ser al revés. En esencia eso es lo que estamos haciendo", grafica. Y adelanta que su iniciativa es 10 veces más barata en cuanto a implementación que el sistema actual. "Un portal en Chile vale entre 250 mil y 500 mil dólares. Y a nosotros nos cuesta menos de 10 mil", asegura.

Blissway reemplaza los pórticos de autopistas interurbanas por una especie de "caja de zapato" –ejemplifican los socios– que lee las patentes de los autos. "No hay que conectarla a nada, tiene su propia fuente de poder, se comunica por celular con la nube y ahí se carga la información", explica. Y añade: "Lo más disruptivo es que incentivamos a la gente a hacer booking antes de usar la autopista. Esto significa que si vas a tomar la Costanera Norte, desde Vitacura al centro, te vamos a motivar a que a través de la app, me digas dónde vas. Así logramos prevenir congestión modelando el flujo de vehículos".

A modo de ejemplo, dice que en hora punta, la tarifa debería costar unas "10 lucas". "Mejor esperas una hora y pagas "luca". O eliges otra ruta para hacerlo. Y si llevas más pasajeros, el costo baja a cero". El que no haga la reserva, igual tiene derecho a ocupar la autopista, sólo que se le va a cobrar más caro. "Porque esa persona no nos está ayudando a controlar el tráfico", explica.

El pie en el acelerador
En diciembre del año pasado hicieron el primer levantamiento de capital y recaudaron 150 mil dólares. Luego, vino el paso decisivo: postularon a Y Combinator, la afamada aceleradora de startups internacionales y desde donde han "egresado", emprendimientos como Airbnb. Esta firma funciona como una especie de universidad: postulas, te aceptan, te entrenan durante tres meses, te dan los mejores contactos e ideas y luego, despegas.

Además, aportan US$ 150 mil . A cambio, te piden el 7% de participación. "La valoración que te da como empresa es enorme. Cuando terminamos, en junio, hicimos otro aumento de capital. Esta vez el monto fue de 700 mil dólares", grafica. En Chile, además de ellos, Fintual y Justo han sido aceptados, y en el mundo, sólo el 2% de los 15 mil startups que postulan dos veces al año, quedan dentro. "Cuando entramos nos dijeron: 'Hace muchos años que no veíamos algo tan interesante y revolucionario'".

Ahora irán por el tercer levantamiento de fondos y quieren conseguir US$ 4 millones para operar 2 a 3 años. Entre el capital que han conseguido, no hay inversionistas chilenos. "Ni si quiera tratamos. No hay apetito por participar en estas inversiones que son muy riesgosas pero que si funcionan, la ganancia puede ser muy grande".

El piloto

Por estos días la dupla Torrealba-Kettlun junto a su equipo, que en total suma 5 personas (ellos dos son los únicos chilenos), afina los últimos detalles para lanzar un piloto en Denver, Colorado. Iniciaron el proceso de permisos en varias ciudades al mismo tiempo (San Diego, Washington, Seattle), y aquí avanzaron más rápido: ya obtuvieron los permisos del Departamento del Tránsito y están instalando 5 cajas en 5 km de carretera.

Esta fase inicial de prueba consta de tres etapas: la primera es testear la precisión de la tecnología. "Ya está claro que es mucho más barata y más fácil de instalar. Pero tenemos que demostrar qué tan buena es en comparación a lo que ya tenemos y si somos más precisos que la tecnología existente", relata.

La fase 2 consiste en la implementación de la plataforma completa en la que gestionan el tráfico en tiempo real. Esta debiera iniciarse en noviembre.

Y, la fase 3, planeada para mediados del 2021, corresponde a la implementación en toda la carretera, que se extiende por 15 km. "Nunca se ha hecho nada similar en el mundo, por eso los expertos lo están mirando con atención. Si lo que estamos prometiendo es cierto, podríamos terminar la congestión mundial y sería una revolución para la industria del transporte", adelanta Torrealba.

Su mercado principal en un principio está en Estados Unidos: "La oportunidad es enorme, las 25 ciudades con más congestión implican un mercado de 150 millones de personas, que equivale a la mitad de la población de ese país". Después, pretenden escalar al mundo. "Ese es el espíritu de emprendimiento. Y estamos mirando el Medio Oriente, Arabia Saudita, Dubai, Asia, Bangkok. El mercado es infinito para nosotros. Esto no es para tímidos, vamos con todo".

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