Yo rechazo-Yo apruebo

Yo rechazo/Yo apruebo: Matías Eguiguren y Verónica Campino

Mientras el socio de Picton Advisors no cree en una nueva Constitución "impuesta por la violencia y votada en pandemia", la fundadora de Chilemujeres dice que hay que hacerse cargo del descontento de la gente y su opción es por avanzar hacia una nueva carta magna.

Por: María José López y Antonia Di Fillipo | Publicado: Sábado 17 de octubre de 2020 a las 20:00 hrs.
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#RECHAZO
Matías Eguiguren: "El costo de esta aventura puede ser muy alto"

El socio del banco de inversiones Picton Advisors, no había manifestado públicamente su opción por el Rechazo. Pero el lunes en la noche, decidió hacerlo. "Para el Plebiscito de salida será tarde echar pie atrás. Para ese entonces tendremos una nueva Constitución impuesta por la violencia y votada en pandemia", explica.

Eran las 10 de la noche del lunes 12 de octubre cuando Matías Eguiguren envió un mensaje a sus contactos de WhatsApp, el que tituló: "Carta abierta a los votantes de derecha que van por el Apruebo y por la Asamblea Constituyente". En ella, el socio de Picton, planteaba que "resulta incomprensible que según las últimas encuestas publicadas, dos de cada cinco personas que se declaran de derecha sostengan que van a votar por el Apruebo y por la Asamblea Constituyente en el plebiscito del próximo 25 de octubre". En el texto, Eguiguren –quien no había manifestado públicamente su opción por el Rechazo– hacía un llamado a repensar el voto, más aún a aquellos que se identificaban con los ideales de la derecha. "A días del Plebiscito, llamo a todos quienes creen en una sociedad libre que se planteen por última vez si por diferentes razones (muchas de ellas muy atendibles y otras producto de slogans) vale la pena exponernos a dejar abierta la posibilidad que la redacción de nuestra Carta Magna quede en manos de quienes tienen un ideal de país y sociedad diferente al nuestro, heredando a nuestros hijos un país muy diferente al que nosotros recibimos", escribió.

-¿Qué lo llevó a enviar esa carta?
-Solo para contextualizar, durante las últimas elecciones parlamentarias del 2017 las fuerzas de izquierda (Nueva Mayoría + Frente Amplio) obtuvieron un 62% de los votos contra un 38% de Chile Vamos (la misma elección en la cual la derecha obtuvo la votación presidencial histórica más alta donde Sebastián Piñera fue elegido en segunda vuelta con el 55% de los votos). Haciendo matemáticas simples y extrapolando esta última elección parlamentaria, si 2 de cada 5 votos de derecha lo hacen por el Apruebo, esta opción ganaría por un 77,2% arrasando con la opción Rechazo.

-¿Cree que la derecha debiera únicamente votar Rechazo?
-Sin duda alguna esta alta votación va a ser capitalizada por la izquierda en la elección de los constituyentes y dejará a la derecha en una posición muy disminuida. Los constituyentes serán designados a dedo por la cúpula de los partidos políticos al igual como ocurre con las elecciones de diputados y senadores y si bien no pierdo la esperanza que se presenten buenos candidatos por lado y lado, al final serán los votos los que decidan quienes integrarán esta comisión.

-Si efectivamente gana el Apruebo, ¿prefiere la Convención Constituyente o Mixta?
-Mixta, de todas maneras. De ganar además la opción Asamblea Constituyente serán 155 los constituyentes elegidos (perdiendo la oportunidad de la Mixta en que del 50% de los constituyentes, 45% de estos sean parlamentarios elegidos en la última elección parlamentaria por Chile Vamos), lo que además implicará un mayor número de constituyentes por cada distrito permitiendo a la extrema izquierda capitalizar aún mejor su votación.

-¿Qué le preocupa todo esto?
-Todo lo anterior nos lleva a tener una probabilidad no menor de que la izquierda elija más de 2/3 de los constituyentes si superan el 66,6% de los votos (en vez del 78,2% que le exigiría la Mixta para completar los 2/3 del total por el 50% restante) y producto de lo anterior tengan absoluta discreción para imponernos todos y cada uno de los artículos de la nueva Constitución sin tener nosotros siquiera derecho a veto. Lo anterior es de suma gravedad más aún ahora que nos han negado la opción de aprobar por 2/3 el cuerpo completo.
En un escenario altamente polarizado y donde la izquierda ha demostrado una y otra vez falta de sensatez a la hora de llegar a acuerdos y luego de 9 acusaciones constitucionales en solo 2 años, pido racionalidad a los votantes de derecha de modo de enfrentar unidos este Plebiscito. Ya nos sucedió en el pasado, cuando un pequeño grupo de nuestros parlamentarios entregaron sus votos y permitieron aprobar el sistema de votación proporcional vigente que permitió la irrupción del Frente Amplio y de la Izquierda no democrática en el Congreso.

-¿Tuvo reacciones por su carta? ¿Le contestaron?
-Sí, ha generado mucho ruido y varias personas repensaron su voto. Y otros, lo cambiaron. Eso ya es un logro, porque sin duda para el Plebiscito de salida será tarde echar pie atrás. Para ese entonces tendremos una nueva Constitución impuesta por la violencia y votada en pandemia. El costo de esta aventura puede ser muy alto.

#APRUEBO

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Verónica Campino: "El descontento no puede quedarse en la calle"

A comienzos de año, la cofundador de chilemujeres se inscribió en Renovación nacional y puso su nombre a disposición del partido para ser constituyente. "Quiero aportar un grano de arena en este momento histórico", asegura.

Lo pensó mucho. Y por varios meses no estuvo ni por una ni por otra opción. Solo luego de leer acerca de procesos constituyentes y conversar con algunos expertos, se decidió por el Apruebo, "a pesar de que mi entorno vota Rechazo". Verónica Campino, miembro del círculo de Innovación de Icare y cofundadora de ChileMujeres viene de una familia con una larga historia en la centroderecha: su abuelo Carlos Campino fue una figura relevante en Renovación Nacional y su abuela Teresa Rodríguez fue concejal por Graneros por ese partido. Ella hasta este año ella era independiente: ahora milita en esa misma tienda política.

-¿Qué te hizo decidirte a Aprobar?
-En primer lugar, porque creo que Chile necesita una Constitución que sea legitimada por todos los sectores, de otra forma, es una "cojera" de la democracia. De hecho, luego del acuerdo del 15 de noviembre, según The Economist, Chile pasó a ser una democracia "plena". En segundo lugar, pienso que el proceso constituyente habilita una salida institucional a una crisis social. En octubre marcharon miles de personas pacíficamente, manifestaron su descontento. Esto no puede quedarse en la calle.
Luego del debate de la paridad de género a comienzos de año, Campino se convenció sobre la importancia de defender sus ideas y principios desde un partido. "Si no, ¿cómo influyes?", dice. Por eso decidió inscribirse en RN y puso su nombre a disposición del partido para ser candidata a constituyente. "Tenemos una responsabilidad fundamental en la construcción de un mejor país, especialmente quienes hemos tenido muchas oportunidades y tenemos hijo/as escolares", explica la directora de empresas.

-¿Cuál es tu objetivo como constituyente?
-Quiero aportar un grano de arena en este momento histórico. Pienso que es fundamental -y lo subrayo- cambiar el eje de trinchera por un eje de consenso. Cómo entre todos y todas nos ponemos de acuerdo en escribir una Constitución que mantenga lo bueno de las constituciones que ha tenido Chile y sus tradiciones; que incorpor los desafíos atendidos a los tiempos actuales y perfeccione aquellas materias fundamentales que están pendientes, muchas de las cuales ha visibilizado la pandemia, como el hacinamiento, salud, conectividad y educación.

-¿Prefieres convención mixta o constitucional?
-Convención constituyente, sin duda. Por varias razones: primero, es la única opción que garantiza la paridad de género, que creo fundamental en este proceso. Segundo, el incentivo a no poder presentarse a elecciones, hace que los convencionales se centren en lograr acuerdos y no pensar el elecciones ni hablarle a su electorado. Me preocupa, en caso de ganar la mixta, que parlamentarios que están pensando en la reelección, esten escribiendo la Constitución. Y tercero, porque para mí este proceso es una oportunidad única para refrescar la política, para visibilizar liderazgos nuevos, en especial mujeres y jóvenes, y llegar a acuerdos con discursos moderados. Y creo que esta oportunidad será mejor aprovechada en la Convención Constitucional.

- ¿Qué cambios urgen en una nueva Constitución?
-Creo que la nueva Constitución debe incorporar un compromiso con la equidad de género, el cual debería reflejarse en el uso de lenguaje inclusivo en su redacción. En materia de contenidos, debiera valorar la corresponsabilidad parental, el reconocimiento al trabajo en el hogar, la igualdad de salario ante igual trabajo e impulsar la promoción de la paridad en los órganos colegiados. También creo importante dar mayor participación a la ciudadanía, por ejemplo, incorporando una norma que le permita a un número importante de ciudadano/as forzar la realización de un plebiscito, pudiendo así pronunciarse a favor o en contra de leyes aprobadas en el Congreso. Finalmente, es importante modificar el sistema de gobierno para dar mayor gobernabilidad a nuestro país, a través de un mecanismo que incentive los acuerdos y no la polarización.

-¿Hay algo que te preocupe en relación a la redacción de la nueva Carta Magna?
-Más que con respecto a la Constitución, le tengo miedo a los prejuicios, a las fake news y al atrincheramiento ideológico de los bueno/as y los malo/as. Cuando se habla sobre respetar o no el derecho de propiedad, debemos recordar que la propiedad privada es un derecho humano ratificado por Chile en la Convención Americana de DDHH y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, por lo tanto sí o sí debe estar en la nueva Carta Magna. Cuando se idealiza la Constitución como la solución de todos los problemas en Chile, se olvida que los países son compuestos no sólo por normas, sino también por personas. Si tenemos buenas normas y mala política, no vamos a construir el país que soñamos. Si queremos que este proceso sea exitoso, debemos respetar las legítimas diferencias de opinión de cada persona y llegar a acuerdos, si no, la nueva Constitución probablemente no será ratificada en el Plebiscito de salida y habremos perdido una oportunidad.

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