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ADP plantea ampliar elección de directores de empresas públicas y sumar inteligencia artificial

En los primeros meses de gobierno se nota un aumento en la cantidad de concurso, de menor duración y un costo más bajo. Si hace un año era de $ 28 millones, ahora $ 18 millones.

Por: Rodolfo Carrasco | Publicado: Lunes 29 de octubre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Un mayor número de convocatorias para el primer año, además de una aceleración en el inicio de los concursos, estima el Servicio de Alta Dirección Pública (ADP). Su entusiasmo se basa en los 260 concursos constatados en los primeros seis meses de gobierno, un 60% más que a igual fecha de 2014. De estas cifras oficiales, 67 corresponden a jefes de servicio y 193 a cargos directivos dependientes de los primeros.

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Lo anterior, explican desde el organismo, ha implicado utilizar al máximo la capacidad del Servicio Civil, duplicando por ejemplo las sesiones del Consejo ADP durante el primer semestre.

Del análisis de las cifras se desprende que la aceleración responde a la eliminación de los cargos provisional y transitorio, “que terminó con los incentivos de la autoridad para evitar o retardar los concursos, a la vez que puso de manifiesto la capacidad de respuesta del sistema”.

El fin de dichos puestos fue parte de los cambios que se realizaron en 2016 para fortalecer la labor del sistema de ADP. “Esa figura generaba un incentivo perverso, porque el 80% de los casos en que participaba un provisional y transitorio, se ganaba el concurso, eso por supuesto que deslegitimaba el sistema y desincentivaba la postulación”, afirmó el director nacional del Servicio Civil, Alejandro Weber.

Y agrega: “Hasta el momento, el balance es muy positivo. Nos hemos encontrado con muy buenos resultados para el sistema tanto desde el punto de vista de la continuidad de los directivos públicos como de la eficiencia y calidad de gestión del Servicio Civil”.

El personero resalta que a septiembre tienen la mayor tasa histórica de postulación con 52 mil inscritos. “Nunca antes en el sistema habíamos tenido tantas y eso habla de la confianza de los ciudadanos en un sistema que ha ido creciendo y legitimando con el tiempo”, dice.

Weber recuerda que el egreso total de altos directivos desvinculados en 2014 -previo a la ley de fortalecimiento- fue de un 49%, tanto en primer como segundo nivel adscritos. Basado en las cifras a octubre, precisa hoy llega a 25%, es decir, la mitad.

“Eso significa que hay más continuidad en los cargos de alta dirección”, subraya.

Otro dato que realza se relaciona con la permanencia promedio de los altos directivos públicos en su función de 2,2 años, mientras en la actualidad alcanza a 3 años promedio de permanencia de los altos directivos públicos. “Eso significa que hay más continuidad en las políticas públicas y hay más tiempo para generar cambios relevantes en las instituciones”, destaca.

Las propuestas de perfeccionamientos

Weber plantea que a 15 años del sistema ya existe una impresión fundada de lo que funciona bien y lo que no. Y, por ende, se pueden proyectar los desafíos para adelante.

En 2004, recapitula, se partió con 688 cargos de la administración central, los que ahora se acercan a cinco mil cargos. De estos, 1.170 están adscritos a la administración central del Estado, en tanto que el resto son otros cargos, como por ejemplo directorios de empresas públicas y los cargos de directores de establecimientos educacionales y directores de los departamentos de educación de los municipios, que bordean las de 3.500 posiciones.

El directivo sostiene que aún es posible cuidar la orgánica de la arquitectura del Estado incorporando otros servicios que hoy no forman parte del sistema de alta dirección o por ejemplo, expandiéndose a más directorios de empresas públicas.

“No se trata de una gran cantidad de cargos, pero sí de puestos muy influyentes y finalmente lo que nos interesa a nosotros es poder capturar talento para que las decisiones en políticas públicas sean cada vez con una visión de Estado, de largo plazo que nos permita estar en los estándares de los países de la OCDE”, argumenta.

Otro reto, agrega, es gestionar talento. “Hoy nosotros tenemos un sistema de ADP que no necesariamente se conecta con el empleo público y la carrera funcionaria”, advierte, por lo que quieren darle “más tiraje a la chimenea y ver alternativas para poder hacer gestión de talentos; o que directivos públicos, que están en una región y han tenido buen desempeño, puedan transitar hacia otros cargos de ADP en otras regiones”, dice.

Una materia pendiente, identifica Weber, es en el sector salud, que representa un tercio del sistema de ADP y la tasa promedio de postulación al sistema general es de 160 personas por concurso.

“Pero, en salud y algunos cargos específicos, llegamos a 60 personas, es mucho más difícil por el nivel de especificidad y la complejidad”, admite.

Un segunda meta es la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos de eficiencia, aunque Weber plantea que ya ha mejorado. Por ejemplo, en 2007 un concurso de ADP duraba 111 días y en la actualidad son 60 días.

“Esto es casi un récord internacional y hemos bajado los costos”, explica.

Así, el costo para los contribuyentes de un concurso de primer nivel jerárquico pasó de $ 28 millones el año pasado a los actuales $ 18 millones.

“Para seguir manteniendo esa eficiencia y sin perder la objetividad queremos incorporar elementos vinculados a inteligencia artificial y automatización, que nos permitan hacer filtros curriculares cada vez más transparentes y automáticos pensando en la calidad de los procesos”, precisa el personero.

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