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Andrade: “El resquicio se usó por Allende para torcer las normas legales y lo mismo está haciendo Piñera”

Desde el punto de vista del expresidente de la Cámara, “la teoría del todo o nada -usada por el PC y el Frente Amplio- lo único que hace es beneficiar a la derecha”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Lunes 2 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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El exdiputado socialista Osvaldo Andrade se está reinventando profesionalmente y está inmerso en el proceso de instalación del estudio de abogados AMVD, que compartirá con el exdirector del Trabajo, Christian Melis, el exsubsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, y el exsecretario general del PS, Pablo Velozo; y preparándose para retomar una de sus grandes pasiones: el básquetbol.

Sin embargo, sigue de cerca el devenir político y asegura que seguirá participando activamente en su partido. En esta conversación manifiesta la preocupación que le genera la controversia que ve venir entre el Ejecutivo y el Legislativo durante este período de gobierno y subraya que la propuesta del gobierno de los acuerdos no es tal.

El expresidente de la Cámara plantea que “el gobierno del presidente Piñera tiene toda la legitimidad para desarrollar su programa y cumplir los compromisos programáticos”, pero también -advierte- “habrá que reconocer que la ciudadanía estableció una configuración distinta en el Parlamento”.

- ¿Eso es un problema?

- Lo que pasa es que hay una legítima y natural controversia democrática entre dos poderes del Estado, que gozan ambos de legitimidad democrática y que van a tener que entenderse o confrontarse en estos cuatro años. El gobierno dijo que quiere llegar a acuerdos y necesita llegar a acuerdos, a propósito de esta situación. Y estableció un formato de diálogo, una disposición a llegar a acuerdos sería la tónica de su gobierno. Y, en paralelo, cometió un error político grave.

- ¿Cuál?

- Desestimó al Parlamento como institución y construyó un esquema de entendimiento directamente con actores específicos. O sea, trasladó el escenario natural de este proceso de diálogo desde el Parlamento a afuera del Parlamento. El punto complejo, en mi opinión, es que ante su fracaso de intentar construir un esquema de diálogo fuera del Parlamento, el gobierno opera con la lógica del resquicio de reglamentar.

- ¿Qué rol juega el Tribunal Constitucional en este escenario?

- El gobierno encuentra en el TC un aliado para su política del resquicio, porque utilizando los “complementos indispensables” va más allá de lo que está entregado a su competencia. Esta lógica del resquicio ya se usó en el gobierno del presidente Allende para torcer muchas veces las normas legales y hay que ser crítico de eso. Bueno, lo mismo está haciendo Piñera hoy día, está operando con el resquicio reglamentario y, a través del TC, con el resquicio de los complementos indispensables.

- ¿Podría gobernar así los cuatro años?

- Lo que pasa es que la Cámara -por iniciativa de los entonces diputados Squella, Cristián Monckeberg y Andrade- aprobó un conjunto de reformas constitucionales, entre las cuales está una que termina con el control preventivo del TC. Ahí está parte de la solución en manos del Parlamento, porque fue aprobado en su primer trámite -está en el Senado ahora- y es una iniciativa donde la derecha votó a favor.

- Si eso no cambia, ¿ésta podría ser una estrategia permanente del gobierno?

- Lo que develó este proceso con aborto y otros temas es que la mentada idea explícita de los grandes acuerdos no es tal, nunca lo fue, porque lo que estaba detrás era una forma de embaucar a algunos y, de paso, instalar la teoría de la contrarreforma por la vía administrativa o del TC, ya sea por los resquicios reglamentarios o por la vía de los ‘complementos indispensables’.

Entonces, los niños del Frente Amplio, que votaron en contra del artículo 63; y los niños del PC, que votaron en contra de la reforma constitucional que modifica las facultades del TC, que se hagan cargo de su responsabilidad y se den cuenta que la teoría del todo o nada, lo único que hace es beneficiar a la derecha.

“La tarea de la oposición es volver a ser gobierno”

- En este escenario, ¿está en peligro el “legado” de Bachelet?

- Con esta Caterpillar del gobierno de querer deshacerlo todo y echarlo todo atrás está logrando que afloren los contenidos de esto que se ha dado en llamar el legado, que se materialice, que se le encuentre sentido.

- ¿El que la ex NM, salvo la DC, haya decidido actuar en conjunto, planteando que los acuerdos se deben buscar en el Congreso, es una buena señal?

- La disposición de llegar a acuerdos tiene que quedar clara y los partidos han tenido la certeza de afirmarlo sin excepción. Pero quieren conocer el detalle de las propuestas, porque el concepto de la letra chica marcó mucho al período anterior de Piñera, y han dicho que el espacio natural para eso es el Parlamento. Y ahí operarán las mayorías y las minorías.

- ¿Actitudes como las de la DC imposibilitan una articulación de toda la oposición?

- Mire, el propio gobierno está haciendo el mayor esfuerzo para que la oposición se vaya construyendo como tal. Estos últimos días, el gobierno ha sido un factor clave para la unificación de algunos criterios de parte de la oposición. Hay que darle las gracias al gobierno por esto.

- ¿Es rol de la oposición defender el legado?

- La tarea de la oposición es volver a ser gobierno. La oposición que no tenga vocación de poder, que se dedique a otra cosa.

- ¿Y el legado debe ser parte de su relato?

- Si la aspiración de la oposición es volver a ser gobierno, tiene que pensar en qué le puede ofrecer a Chile; lo segundo, es su propuesta de futuro; y, tercero, con qué masa crítica lo hará, es decir, la política de alianzas, el vínculo de los partidos con los movimientos sociales y qué liderazgos ofrece para eso.

- ¿Comparte el temor de algunos dirigentes en cuanto a que la derecha aspira a estar por lo menos 12 años en el gobierno?

- No sé por qué nos extraña cuando los otros tienen la misma vocación que debiera tener uno. No puede haber doble estándar en esto. En consecuencia, me parece legítimo que la derecha quiera gobernar Chile durante muchos años y, de hecho, tiene a tres niños dando vuelta. Y cada día piensan ‘qué tengo que hacer hoy para ser candidato’ y alguno se expone incluso a que le saquen ‘la cresta’ en el norte, porque tiene un cierto sentido político, no va de mártir, no es que a él le gusta que le peguen. La derecha tiene a Piñera, tiene partidos y tiene liderazgos que están ahí, tiene la pega hecha.

- ¿La oposición está atrasada?

- Lo que digo es que no hay mucho tiempo y el gobierno estas últimas dos semanas nos ha puesto más premura, porque lo que ha dicho es ‘lo que yo les dije no era tan así, estamos dispuestos al diálogo en algunas cosas, en las otras vamos a hacer rasa tabla’, motosierra, Caterpillar, resquicios. Este es el gobierno de los resquicios. Apurar los ritmos puede ser contraproducente, pero este gobierno nos ha generado una oportunidad magnífica para distinguir en qué cosas podemos llegar a acuerdo y en qué a discordar en el Parlamento. Nosotros no tenemos por qué facilitarle al gobierno las cosas que no nos parezcan y no generar el diálogo en el Parlamento le facilita la tarea al gobierno.


"Bachelet no cayó del cielo, fue una construcción, un proceso"

- ¿Hay liderazgos en la oposición?

- Creo que Orrego no ha dejado de plantearse esa alternativa; Marco Enríquez, Máximo Pacheco ha manifestado su disposición en esa dirección... Y creo que varios de los nuevos senadores están pensando en eso. Nombres hay.

- Pero no surge ningún nombre naturalmente, como fue con Bachelet.

- Es muy pronto para eso. Porque Bachelet no cayó del cielo, no surgió de un día para otro, fue una construcción y un día se visibilizó, fue un proceso. Y este también es un proceso, lo importante es que quienes tienen interés asuman responsablemente ese liderazgo y para hacer la tarea también hay que hacerse cargo de las pegas que no son gratas.

- ¿Por ejemplo?

- Ver cómo se articulan los partidos, que ha sido el déficit de los liderazgos de la centroizquierda. Piñera demostró que un liderazgo sólido es el que también lidera los partidos.

- ¿En el PS existen esos liderazgos?

- Montes, Insulza, Pacheco.

- Pero esa generación debería estar por jubilar.

- Maya Fernández. Si fuera por nombres, le puedo dar cien, pero si hay interesados genuinos debieran asumir roles y en eso, el proceso de reflexión de los partidos, los ha tenido un tanto hacia adentro y ha impedido que estas figuras puedan aparecer.

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