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Andrés Velasco: “Lamento que algunos piensen que cambiando al ministro de Hacienda, mejora la situación económica”

El fundador del movimiento Fuerza Pública no duda en aseverar que las reformas deben hacerse dialogando con quienes están directamente involucrados en las áreas que afectarán los cambios propuestos.

Por: Claudia Rivas Arenas
 | Publicado: Lunes 8 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Tras participar en el seminario “Capitalismo y desigualdad, la otra mirada”, organizado por la Universidad Adolfo Ibáñez, el otrora ministro de Hacienda del primer gobierno de Michelle Bachelet, Andrés Velasco, se tomó unos minutos para conversar con DF sobre la actualidad nacional. Aborda la reforma educacional y expresa su “preocupación” por el curso de la política nacional. El ex abanderado cree que es bueno que la SVS “tenga las espaldas para proceder” como lo hizo en el caso Cascadas, ya que a su juicio “las economías de los países andan mejor cuando las instituciones funcionan, las leyes se aplican y se hace de modo riguroso”.

-¿Por qué se autocalifica de izquierda?


-Porque, a diferencia de las personas presentes en esta sala, no me parece que el orden natural de las cosas sea que los buenos cargos estén reservados para las personas de los colegios particulares pagados. Y no me parece que sea natural que un niño, en virtud de nacer en la comuna de Vitacura, tenga mucho más probabilidades de que le vaya bien en la PSU, que un niño que nace en una comuna pobre del Poniente o Sur de Santiago. Eso me parece indigno, inmoral e injusto. Me considero un liberal de izquierda, porque quiero que los cambios se hagan bien, de modo sensato, de un modo ajeno al populismo y a la demagogia que impera en algunos círculos políticos chilenos.

- ¿Por qué defendió al ministro de Hacienda?


-Porque el problema de Chile es político. Son ciertos líderes partidistas que insisten con el lenguaje de la aplanadora, de las amenazas. De los que creen que tienen una verdad única y que no se puede conversar con nadie. Lamento que algunos piensen que cambiando al ministro de Hacienda mejora la situación económica. El ministro es una persona seria que está dando lo mejor de sí. El problema es que cada vez que dice algo procrecimiento vienen algunos jerarcas partidistas, los partidarios de la maquinaria pesada, personas como Andrade, como Quintana, que nos retornan a un clima de desconfianza y en un clima de desconfianza no hay crecimiento económico.

-Plantea la necesidad de dialogar, ¿en qué, por ejemplo?


-No puedo imaginar que una reforma que toca la vida cotidiana de las personas de modo tan extremo y potente, como la educación, se pueda hacer sin conversar, sin escuchar la opinión, por ejemplo, de los papás y las mamás de la Confepa.

-¿Cree que la reforma terminará con los colegios particulares subvencionados para favorecer a la educación pública?


-Son dos cosas muy distintas. Espero que no se pretenda eliminar ningún tipo de colegio y ciertamente no los colegios particular subvencionados que educan al 58% de los niños de Chile. También estoy a favor de favorecer la educación pública, pero mejorar lo público no tiene por qué significar echar a perder lo privado. Y por eso es que me preocupan ciertos aspectos de la propuesta. Yo estoy a favor de que las sociedades comerciales que hoy tienen colegios se transformen en fundaciones sin fines de lucro. Pero no los obliguemos a ser dueños del inmueble. Si vamos a eliminar el copago, cosa que también comparto, asegurémonos de que alguien compense esas platas.

-¿La idea sería seguir avanzando en las otras reformas como se hizo en la tributaria, buscando acuerdos? Algo que no le agrada a un sector de la Nueva Mayoría.


-Esos son precisamente los que piensan que la verdad es de ellos y de nadie más. Y en educación no hay verdades únicas. Si uno mira el mundo hay distintos modelos en distintos países. Y hay personas como los papás, las mamás, los profesores, los sostenedores, que conocen esa realidad y las reformas hay que hacerlas conversando con la gente que vive las realidades cotidianas de la educación y no con unos señores que se encierran en una sala de un ministerio a hacer la reforma. Es claro que parte del problema del proyecto que presentó el ministro Eyzaguirre es que lo hicieron unos asesores que probablemente nunca habían estado en una sala de clases.

- Entonces, ¿interpretaría la caída en la aprobación de Bachelet como efecto de que sus reformas no están siendo bien acogidas?


-Yo no le daría una clave política, lo leería en una clave ciudadana. Hay familias de clase media que están preocupadas, porque la economía anda más lenta. Y eso implica que el día de mañana el papá o mamá de esas familias corre el riesgo de perder la pega o de que le congelen el sueldo. Hay familias de clase media que tienen a sus hijos en colegios particular subvencionados y hay temor de lo que pueda pasar. Esa incertidumbre ciudadana más que política se está empezando a reflejar en las encuestas.

-Angela Jeria dijo que el tono del debate y de las críticas a la mandataria le hace recordar el ambiente previo al golpe de Estado. ¿Comparte eso?


-La respeto y admiro mucho, pero la verdad es que espero que la cosa no sea así. Creo que sería tremendamente malo para Chile que el debate se polarice. Creo que algo se ha polarizado, de modo bien distinto a lo que ocurría entonces, pero la polarización y el extremismo siempre son un mal consejero.

-¿Cómo percibe, entonces, el escenario político?


-Lo veo con preocupación. Yo decía que el principal problema de Chile es un problema político. Coaliciones políticas que no cuentan con legitimidad, tienen bajísima aprobación e instituciones políticas, como el Congreso y los partidos políticos, que tampoco tienen legitimidad entre la gente y que muchas veces, en busca de esa legitimidad, optan por la vía de la demagogia.

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