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Beatriz Sánchez y el Frente Amplio: la apuesta por el camino institucional

La nueva coalición, con su precandidata en el 11%, no quiere instalarse como una alternativa testimonial, como lo fue el PC en los ‘90 y 2000.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 5 de mayo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Una de las características que marcó a la izquierda extra Concertación en los noventa y los 2000, en la época en que Gladys Marín lideraba a los comunistas, fue la convicción política de permanecer fuera de los dos grandes bloques y no necesariamente disputar los espacios convencionales de poder. Los grupos de la izquierda, al margen, parecían destinados a configurarse como una alternativa testimonial. En 2008, un acuerdo por omisión con la Concertación le permitió al PC conseguir dos alcaldes. En 2009, gracias al pacto instrumental, el partido obtuvo tres diputados y el propio presidente del partido, Guillermo Teillier, llegó al Congreso. Pero tanto los candidatos presidenciales alternativos como la mayoría de las agrupaciones que conformaban el Juntos Podemos, por ejemplo, parecían difuminarse de elección en elección, sin lograr una posición robusta y articulada que les permitiera influir.

Justamente este aspecto es lo que, al parecer, pretende cambiar la nueva coalición de izquierda que nació oficialmente en febrero pasado, el Frente Amplio. A diferencia de sus antecesores, que sobrepasaban por la izquierda a la Concertación liderados por Gabriel Boric (Movimiento Autonomista) y Giorgio Jackson (Revolución Democrática), aspiran a disputar espacios de poder institucional para intentar convertirse en una fuerza influyente desde el próximo periodo 2018-2022.

El cambio es significativo y lo que ha ocurrido esta semana refleja la apuesta que están siguiendo los doce partidos, movimientos y organizaciones sociales que conforman el nuevo bloque político. Porque si hasta hace un par de semanas existían serias dudas de las opciones reales de consultar a sus adherentes para elegir a su candidato presidencial, el Frente Amplio parece haber cumplido los requisitos para medir a sus dos postulantes a La Moneda en las primarias legales del 2 de julio próximo. Si el Servel acepta 33.500 de los casi 43.000 nuevos militantes que presentó Revolución Democrática -el partido que llevó adelante el proceso en nombre de la coalición-, se configuraría un hecho bastante inédito para una fuerza en formación.

A diferencia de la Nueva Mayoría -llenando el espacio que el oficialismo ha dejado vacante-, los frenteamplistas tendrían 15 días con siete minutos y medio de franja electoral en junio próximo. Como sus primarias serían legales, al finalizar la campaña de primera vuelta podrían imputar hasta un 10% de sus gastos a este periodo, lo que para un bloque nuevo representaría un apoyo importante en términos económicos. Quien fuera el elegido

-Beatriz Sánchez o Alberto Mayol-, además, pasaría directamente a la papeleta del 19 de noviembre sin nuevos trámites.

Es en el terreno político, sin embargo, donde obtendrían las mayores ganancias. Al menos hasta el 2 de julio, probablemente la disputa estaría centrada en los candidatos que tendrían primarias legales: los abanderados de Chile Vamos y los del Frente Amplio. Seguramente serían dos meses de una carrera bastante polarizada, dada las apuestas diferentes que están en juego, que en 30 años tendría por primera vez ausente a la Nueva Mayoría de centroizquierda.

Tienen apoyo entre los que no votan

La forma de actuación política del Frente Amplio es diferente a las tradicionales. Explican que trabajan en forma menos vertical y tomando decisiones desde las bases. En la recolección de firmas para que Revolución Democrática cumpliera las exigencias legales y pudiera llegar junto a su bloque a las primarias del 2 de julio, por ejemplo, colaboraron algunos de los partidos y organizaciones sociales que promueven la candidatura de Alberto Mayol, como Nueva Democracia. Este hecho explica, de alguna forma, lo que veremos en la campaña de primarias entre Beatriz Sánchez y el sociólogo: guante blanco. Con la periodista con el 11% de respaldo desde el 21 de marzo, en el Frente Amplio explican que Mayol está siendo bastante generoso en poner su nombre a disposición para que el ejercicio de elección de candidato resulte atractivo para la ciudadanía.

Un riesgo importante que tienen las primarias legales, sin embargo, radica en la cantidad de gente que el Frente Amplio sería capaz de convocar. A los mismos dirigentes de Revolución Democrática, entre octubre de 2015 y mayo de 2016 se les hizo complejo juntar los 10.000 militantes necesarios para constituirse como partido político. Todavía los frenteamplistas no se han puesto metas, pero consideran que en la última primaria de la Nueva Mayoría, donde Michelle Bachelet salió electa por segunda vez, participaron unas dos millones de personas. En las de la Alianza del mismo año, unas 800.000, por lo que Chile Vamos habla de una convocatoria de un millón para este 2017. Con ese cuadro sobre la mesa, el Frente Amplio debería al menos a aspirar a llevar a unas 500.000 personas a su primaria, la mitad de la derecha.

Pero no parece ser un desafío fácil. La principal precandidata del bloque, de acuerdo a los datos de la última Adimark, justamente tiene su mayor respaldo entre los ciudadanos de 18 a 34 años, los jóvenes que no acuden a las urnas. En este segmento, la periodista llega al 19%, mientras que entre los 35 a 54 años baja a un 11% y entre los mayores de 55 obtiene apenas un 5%. Desde su equipo de campaña, donde comienzan a configurar el comando presidencial, explican que la principal misión estratégica de la candidatura será incentivar a los jóvenes a no abstenerse. Pretenden revertir las cifras de diferentes estudios que indican que la abstención es un 10% mayor entre los ciudadanos de entre 18 y 34.

Por lo tanto, explican en el Frente Amplio, no se trata solamente de apuntar a quitarle votación de Guillier, que tiene un 19% de acuerdo a la misma encuesta. El objetivo central, para conseguir ganarle al candidato de la Nueva Mayoría y apuntar eventualmente a pasar a una segunda vuelta, tiene relación con conquistar al voto desencantado que no participa de la política ni activamente de las elecciones. En definitiva, salir a cazar al 66% que se abstuvo en las ultimas municipales.

No cometer el error de Podemos: altas expectativas

Junto con conquistar a los sectores jóvenes y hacerlos participar de las elecciones, una segunda lectura que se hace de la Adimark tiene relación con un aspecto evidente: el aumento explosivo desde marzo a abril, de un 2% a un 11% de respaldo. Para los dirigentes del Frente Amplio y el equipo de campaña de Sánchez, el rápido ascenso se explica en parte por la novedad que representa la candidata. Mientras que en 2016 era Alejandro Guillier el que encarnaba una nueva forma de hacer política, los frenteamplistas señalan que su pertenencia a un bloque desgastado le ha pasado factura. En ese sentido, el segundo desafío que tienen en el nuevo bloque político de izquierda pasa por demostrar que la periodista no es ni una moda ni un fenómeno, sino que una tendencia que va a seguir creciendo.

Desde ese punto de vista, trabajan pensando en la próxima encuesta CEP que habitualmente se conoce a comienzos del segundo semestre y que, de acuerdo a la información que manejan en el Frente Amplio, estaría comenzando en los próximos días su trabajo de campo. Con miras a esta medición, les resulta importante que Sánchez siga creciendo su nivel de conocimiento porque, hasta ahora, su respaldo se sigue concentrando en los grupos socioeconómicos altos (19%, 9% en los medios y 9% en los bajos). Este hecho lo explican, sobre todo, porque se desempañaba haciendo información política en espacios de nicho y no en segmentos masivos como, por ejemplo, los matinales.

Aunque su estrategia política está en plena formación, el Frente Amplio intenta tomar lecciones del modelo de centroizquierda uruguayo y del Podemos español. Los dirigentes chilenos, como es público, han tendido puentes con la agrupación de Pablo Iglesias que logró desestabilizar el equilibrio entre las dos principales fuerzas políticas españolas en las generales de 2015 y 2016. En plena campaña, Boric y Jackson los apoyaron a través de un video: “Ojalá que logren romper con la casta con los partidos tradicionales que ya no representan las fuerzas de cambio (…) Estaremos atentos mirando su experiencia”, indicó el diputado Boric.

Pero aunque se sienten interpretados por Podemos, como una fuerza que está emergiendo, no creen posible replicar idénticamente su modelo. Tampoco están dispuestos, explican, a cometer los mismos errores. Para los frenteamplistas, el principal fracaso de Podemos pasa por haber elevado mucho el nivel de expectativas con la estrategia del llamado sorpasso: desbancar y arrancarle el espacio al PSOE. Aunque saben que es difícil, en Chile pretenden no instalar del todo la sensación de que van a llenar todos los espacios que la Nueva Mayoría deja vacíos. De partida, porque saben que a diferencia del oficialismo, no cuentan ni con el aparato del gobierno ni con la malla territorial de senadores, diputados, alcaldes y concejales.

Este miércoles, junto con formalizar su primaria, el Frente Amplio inscribió su pacto parlamentario para aspirar a tener candidatos al Congreso en la mayor cantidad de distritos. En paralelo, llevan a cabo un complejo sistema de conformación de programa presidencial, a través de asambleas ciudadanas, al que se sumarán las propuestas de sus dos precandidatos. Para Sánchez trabajan los economistas Claudia Sanhueza y Nicolás Grau. 

El 11% de Sánchez en la última Adimark no asegura en ningún caso algún tipo de éxito para el Frente Amplio, en un país donde las terceras fuerzas políticas por la izquierda no han sido capaces de mantenerse en el tiempo (como la del propio Marco Enríquez-Ominami, que en 2009 llegó al 20% y ahora está prácticamente fuera de la carrera). Entrega, sin embargo, un nuevo impulso a la coalición y, sobre todo, ha hecho que la Nueva Mayoría entre en una fase de mayores y públicos nervios. A diferencia de otras ocasiones, son sus errores propios los que han dejado libres los espacios.

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