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Carolina Fuensalida: la mujer tras la reforma tributaria de Piñera

Tuvo un rol clave en la definición del Mandatario cuando aseguró frente al Congreso: “He decidido mantener la tasa de impuesto corporativo a las empresas”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Lunes 4 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Los días previos al discurso del viernes fueron intensos. Jornadas extenuantes en que la abogada Carolina Fuensalida tuvo un papel clave como uno de los pilares del equipo de Hacienda que define la reforma tributaria que prepara el gobierno, y que tuvo su primera definición cuando el Mandatario aseguró frente al Congreso: “He decidido mantener la tasa de impuesto corporativo a las empresas”.

Sin embargo, su trabajo de asesora especial del ministro Felipe Larraín debe convivir con otro rol, la de ser madre de 9 hijos –seis mujeres y tres hombres de entre 5 y 21 años-. Porque detrás de esta abogada, que se graduó con máxima distinción de la UC, con posgrado en la U. de California en Berkeley, Estados Unidos, hay una madre que parece lograr combinar vida familiar y trabajo de una manera excepcional.

A sus 47 años, “Carola” -como la conocen sus cercanos- comienza la jornada antes de las 5:00 de la mañana para trabajar a una hora en que reina la máxima tranquilidad en su hogar, la que interrumpe sólo un par de horas más tarde para llevar a sus hijos al colegio, antes de instalarse en su oficina de Teatinos 120.

Pero, aunque ella insiste a sus cercanos en que ser madre es lo que más le importa y pone esa misión por sobre lo demás, su amigo y exsocio en Fuensalida y Del Valle abogados –que fundaron juntos hace cuatro años y ella abandonó, por estimar que se producía un conflicto de interés con su labor en Hacienda-, Jaime Del Valle, asegura que la asesora de Hacienda “más que anteponer una a la otra, combina de manera admirable” su vida familiar y profesional, “encontrándose siempre presente y disponible en cada detalle de ambos mundos”.

Cómo llegó a Hacienda

La profesional comenzó a explotar su veta de servidora pública en el primer gobierno de Piñera, cuando su amigo y también abogado Rodrigo Álvarez la invitó a trabajar junto a él en la Subsecretaría de Hacienda y luego en el Ministerio de Energía. Fue así como conoció al ministro Larraín, con quien integra el selecto equipo que tiene el mandato de sacar adelante la reforma tributaria con que la actual administración pretende reemplazar la heredada de Bachelet.

Si bien llegó a la primera administración de Piñera de la mano de Álvarez, cuando este dejó el gobierno, el Presidente –que la conoció en el marco de las bilaterales que implementó en su primer paso por La Moneda- le pidió a Carolina que se integrara al Segundo Piso, donde se desempeñó el resto del período y se hizo muy cercana al Mandatario, según comentan en su entorno.

Fuensalida causa admiración tanto entre sus amigos como entre sus colaboradores. Porque esta mujer profesional, que prefiere ante todo ser madre, se ha destacado en su trabajo como pocas que asumen similar opción. Estudió derecho en la Universidad Católica, como prácticamente todo el entorno del ministro de Hacienda, donde se graduó con distinción máxima. Además, es magister en Derecho de la Universidad de California, Berkeley. Ha sido galardonada con los premios Tocornal y Montenegro y la Beca Fullbright en el año 1998. También ha sido reconocida como Abogada Líder en el área tributaria por la publicación Chambers & Partners Latin America.

La abogada, menor de dos hermanos, ha admitido a su entorno que durante su carrera ha contado con la flexibilidad de sus empleadores para poder conjugar su rol familiar y trabajar en lo que más le gusta. Así ocurrió, por ejemplo durante la década que se desempeñó en el área tributaria de Claro y Cía, período –entre los años 2000 y 2010- en el que tuvo a seis de sus nueve hijos.

En su casa, a la que visualiza como una “empresa” familiar, Carolina pone la parte “de más cercanía, más ternura”, pero es su marido, también abogado, quien hace que todo funcione, el responsable de la “logística” familiar –dicen sus amigos- y en eso “ha sido muy apoyador” y su fan número uno, comentan.

Por estos días que trabaja en el proyecto de modernización tributaria, que la ha obligado a extender sus jornadas laborales, la abogada ha intentado que sus hijos no lo resientan, ya sea trabajando hasta mucho más tarde en su propia casa o comenzando la jornada más temprano que el resto de su familia.

El desafío de simplificar la ley tributaria no es fácil, pero ella es parte de un equipo que comenzó a desarrollar la idea antes de que Piñera volviera a La Moneda, en un grupo liderado por el ministro Larraín –apoyado también por el abogado Jaime Del Valle- y en conjunto con el actual coordinador de Política Tributaria, Manuel Alcalde, entre otros.

Pero no todo es trabajo. Nacida y criada en Santiago, se ha autodefineido frente a sus cercanos como “muy urbana”: “Le gusta ir el cine, al teatro y recorrer Santiago, todo con sus hijos”, recalca una fuente cercana.

La relevancia de ser mujer en los tiempos actuales

Esta abogada de la UC y asesora especial del ministro de Hacienda estudió en el Colegio Huelén de mujeres, del Opus Dei, por lo que su ambiente fue muy conservador. Sin embargo, en su profesión ha trabajado mucho con hombres y nunca se sintió discriminada, ha confidenciado a amigos y colaboradores.
Pero a su entorno le ha reconocido que sí estima que la labor de la mujer en el mundo laboral se hace más difícil.
Y en medio de esta ola feminista que está tomando cada vez más fuerza, le ha señalado a sus cercanos que le alegra que el tema de la mujer sea relevante, aun cuando no se siente identificada con todas las formas en que se ha manifestado la importancia del tema.
Carolina ha planteado que en el mundo legal hace falta una mirada mucho más flexible respecto del trabajo de la mujer. "Si ser feminista significa que vamos a revisar cuál es la posición que tiene la mujer en la sociedad. Me declaro totalmente feminista", ha dicho a su entorno.
Incluso habría admitido que antes le molestaba el cuoteo, porque creía muchísimo más en la capacidad y en el mérito, pero que ahora le parece ser que es necesario.

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