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Chile recupera competitividad pese a mayor debilidad macro e institucional

Medición arroja que la ineficiencia de la burocracia gubernamental chilena es el mayor problema a la hora de hacer negocios.

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Miércoles 28 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Chile marcó un progreso en términos de su posición competitiva en el mundo este año, pero aún se encuentra lejos de sus mejores niveles. Esto, porque avanzó dos posiciones ubicándose en el lugar 33 entre 138 países donde se aplicó el Índice de Competitividad Global (ICG) elaborado por el World Economic Forum en colaboración con la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).

Y si bien la cifra representa una recuperación en relación a los resultados de 2015 -año en que retrocedió desde el puesto 35 al 33-, aún la brecha es amplia respecto a la mejor ubicación histórica: la posición 22 alcanzada en 2004.

Asimismo, de los tres subíndices de la medición, solo potenciadores de eficiencia logró detener la caída de 2015 al reafirmarse en la ubicación 31. En tanto, el indicador de requerimientos básicos y de sofisticación e innovación retrocedieron, en 1 y 6 posiciones, respectivamente.

¿Dónde ganó productividad el país, entonces? Los resultados de Chile mejoraron en infraestructura, salud y educación primaria, educación superior y capacitación, y eficiencia del mercado laboral, mientras que tecnología y tamaño del mercado no variaron (ver tabla).

La ineficiencia en la burocracia gubernamental desplazó a la regulación laboral restrictiva como la principal traba a la hora de hacer negocios en Chile, que ocupó la primera posición en 2015 cuando la reforma laboral -ya aprobada- se encontraba en plena discusión en el Congreso. Una fuerza de trabajo educada inadecuadamente, capacidad insuficiente de innovar y las regulaciones y tasas impositivas fueron calificados como factores problemáticos por los ejecutivos consultados por el WEF.

Finalmente, el desarrollo del mercado financiero continúa liderando las fortalezas de Chile, al situarse en el puesto 23 del ranking global. Le sigue la educación superior y capacitación (28) y macroeconomía (32), mientras que salud y educación primaria (71), innovación (63) y sofisticación de los negocios (56) persisten como las principales debilidades.

Con este resultado, Chile se mantuvo como el país más competitivo de la región y amplió su brecha con Brasil y Colombia, que ocuparon el puesto 81 y 61, respectivamente. La mantuvo con Perú (67) y la redujo con México (51).

A nivel global, los tres primeros lugares permanecieron inalterados y fueron ocupados por Suiza, Singapur y Estados Unidos (ver tabla).

El efecto político

En el análisis de los resultados, los expertos resaltaron que aún es prematuro concluir que el ascenso rompe la tendencia negativa observada en los últimos años, y podría tratarse más bien de una mejora puntual tal como se observó en 2007, 2010 y 2014.

“Las mediciones futuras permitirán confirmar si estamos frente a un cambio de tendencia que nos permita recuperar posiciones para acercarnos a la mejor ubicación alcanzada en 2014”, señala el documento.

Dicha reflexión está en línea con la lectura realizada a los cambios en algunos pilares donde Chile ha destacado a través de los años, como el relativo a las instituciones. Este año volvió a retroceder, lo que fue calificado como “una señal de preocupación”.

El documento sostiene que el descenso está asociado a los hechos de financiamiento ilegal de la política destapados en el último tiempo, lo que provocó un deterioro en la percepción sobre el desvío de fondos públicos, que cayó 11 posiciones en el ranking hasta el lugar 53. En 2011, ocupaba la posición 14.

El panorama provocó un efecto dominó en otros indicadores como confianza en los políticos, favoritismo en las decisiones de gobierno, pagos irregulares y sobornos, independencia del poder judicial, entre otros, que retrocedieron respecto al año anterior.

La evolución del pilar macroeconómico también generó inquietud entre los técnicos, ya que en 2016 anotó su cuarta caída consecutiva en el ranking quedando en la posición 32, lejos del lugar 12 que ocupó en 2007.

“Dada la coyuntura internacional, este pilar es muy relevante para las empresas y por consiguiente para la productividad del país”, señalaron.

La inflación fue una de las principales causas de este retroceso, ya que a pesar de mejorar quedó en el puesto 87, a lo que se suma un deterioro en la visión del balance fiscal y en menor medida de la calidad crediticia del país.

Privados en alerta

Pese a la mejora en el ranking global, el deterioro en el pilar institucionalidad no pasó inadvertido y fue destacado por los privados que aisitieron a la presentación del informe.

El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alberto Salas, manifestó su preocupación y resaltó la necesidad de “cuidar la seriedad y fortaleza institucional que nos ha caracterizado, pues este es un pilar clave para el futuro desarrollo de Chile”.

“Creemos que los resultados conocidos hoy (ayer) demuestran la importancia de seguir profundizando la alianza público-privada para llevar adelante una estrategia exitosa de desarrollo”, indicó el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Sergio Torretti.

El ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, destacó los resultados globales del indicador, tomando en cuenta que un contexto internacional más débil no es inocua para Chile y también dejan de manifiesto los desafíos que presenta el país en materia de productividad, desafío en el que el gobierno ya trabaja a toda máquina.

El decano de la Escuela de Gobierno de la UAI, Ignacio Briones, agregó que también las percepciones sobre el comportamiento ético de las empresas retrocedió.

Ante ese panorama, el académico hizo un llamado recomponer la confianza “si queremos retomar el rumbo en materia de competitividad.”

 

Mercado laboral avanza en eficiencia pero le queda camino

Uno de los mayores progresos dentro de los pilares lo marcó el asociado a la eficiencia en el mercado laboral. De acuerdo a los últimos resultados, rompió la tendencia negativa observada en los años anteriores al avanzar 11 posiciones desde el puesto 63 al 52 del ranking.


Con todo, los expertos se mantuvieron cautos, ya que esta ubicación está lejos del lugar 14 que ocupó esta variable en 2007. "De hecho, actualmente es el cuarto pilar con peor ranking de Chile", cita el reporte.


En el último año, el mercado laboral ganó eficiencia en flexibilidad de los salarios, pago y productividad, participación de la fuerza femenina en el trabajo y costos del despido. En contraposición, empeoró la percepción relacionada a la cooperación en las relaciones entre trabajador y empleadores y las prácticas de contratación y despido.


La evolución de los resultados -señala el reporte- deja en manifiesto "la importante deuda" que tiene en país en variables asociadas al pilar de eficiencia en el mercado laboral", ya que muchas de ellas, pese a las mejoras, están entre los peores resultados a nivel global, como las prácticas de contratación y despido (puesto 122 de 138), los costos del despido (112) y la participación femenina (91).


Pese a que la innovación es un factor clave en la mejora de la competitividad y productividad, Chile se mantiene al debe y, más aún, anotó un fuerte retroceso de trece puestos hasta el lugar 63.


De acuerdo al informe, los mayores desafíos tienen que ver con el sector privado, ya que Chile ha acrecentado su deterioro en el gasto empresarial en investigación y desarrollo en los últimos tres años, quedando en el lugar 108 a nivel global en la medición dada a conocer ayer.


La colaboración de universidades e industrias en investigación y desarrollo pasó de un estancamiento a una fuerte caída, pasando del lugar 39 al 64. La capacidad para la innovación también retrocedió, aunque en menor magnitud bajando del puesto 85 al 89. La percepción de las decisiones de compra del gobierno que fomentan la innovación retrocedió 19 posiciones hasta el lugar 118.

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