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Cristóbal Bellolio: “Este es un gabinete agresivo, ideológicamente hablando”

Sin embargo, estima que “hay una tensión entre el discurso más bien centrista de querer ser un nuevo Aylwin, los grandes acuerdos, construir sobre lo obrado, y el perfil del gabinete que nomina, porque es más duro”.

Por: | Publicado: Lunes 29 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Hace casi una semana que el presidente electo Sebastián Piñera presentó el gabinete que lo acompañará, por lo menos al inicio de su segundo paso por La Moneda, el cientista político Cristóbal Bellolio analiza los nombramientos e interpreta las razones del mandatario electo para inclinarse por algunos nombres, pese a lo controversiales que resultaron.

Cree que si bien “las propuestas de Moreno y Ampuero son arriesgadas, en cuanto apuestas tienen un potencial de éxito que creo que es lo que seduce a Piñera. Él es un especulador y está apostando al potencial de éxito. En donde yo veo menos potencial de éxito para las apuestas del gabinete es en el caso de Educación y de La Mujer”, dice.

- ¿Qué señal está dando Piñera con el gabinete que presentó?

- La señal es -como se dice en el basquetball- de que a veces la mejor defensa es el ataque. Este es un gabinete agresivo ideológicamente hablando. Piñera entiende que en Chile se está librando una disputa en el terreno de las ideas y designa un gabinete que no tiene complejos en promover ideas de derecha.

- Particularmente en la campaña de segunda vuelta, Piñera trató de dar una fuerte imagen de centro, incluso tomó muchas banderas de la Concertación, ¿no es un contrasentido ese compromiso con el gabinete que presentó?

- Esa es una observación pertinente. Hay una tensión entre el discurso más bien centrista de querer ser un nuevo Aylwin, los grandes acuerdos, construir sobre lo obrado, y el perfil del gabinete que nomina, porque es más duro.

- ¿Cómo se interpreta eso?

- Hay dos hipótesis: Que Piñera cayó en cuenta que la holgada ventaja que tuvo en segunda vuelta le permite decir ‘dejemos de ocultar quiénes somos y vamos a lo que vinimos, a hacer un gobierno de derecha’. Y que, finalmente, Piñera es capaz de observar que en esta batalla ideológica en curso es tiempo de contraatacar, porque el adversario está medio grogui. Tampoco se vislumbra claramente quién va a ser el que va a pegar el combo de vuelta.

- ¿No ve a nadie?

- Pareciera no haber nadie. Pero no me llamaría mucho la atención que la primera CEP diera a Beatriz Sánchez como la mejor posicionada de todo el mundo de la izquierda y centroizquierda. Porque no veo quién más pudiera surgir del cementerio de los elefantes que está en Valparaíso, donde están los Harboe, Lagos Weber, Girardi.

- ¿Chile está preparado para un gobierno de derecha con las características que tendría éste, dada la conformación del gabinete?

- Ahí lo interesante es si uno cree que la política debe ser meramente la articulación de los intereses y las expectativas de la población o si tiene que ser, por el contrario, un agente que promueva ciertos cambios, ciertas agendas, que trate de cambiar la realidad.

- Algunos esperan más lo segundo que lo primero.

- La gente del Frente Amplio articula mejor este discurso. Pero por qué no tendría sentido desde la derecha.

- Esa es la señal del gabinete, pero está en discrepancia con algunos compromisos asumidos por Piñera, por ejemplo en Educación, para ganar la elección.

- Parafraseando al presidente Lagos, aquí habría que distinguir entre diseño e implementación. Y en su diseño, creo que este es un gabinete aggressor, que sale a la ofensiva en la batalla ideológica.

- ¿Qué podemos esperar entonces de la implementación?

- Las implementaciones son difíciles de prever, porque gobernar es navegar. Y si bien la señal de este gabinete es de una motosierra de las reformas de Bachelet, no necesariamente es lo que va a ocurrir.

- ¿Cuánto puede perjudicar a Piñera no tener mayoría en el Congreso?

- Estamos conversando sobre las señales que envía el diseño y lo que yo digo es que la implementación está sujeta a una serie de condiciones, una de las cuales es la composición del Congreso. Eso por supuesto que constriñe las posibilidades de que las señales se transformen en realidades. Pero, a veces, con mandar la señal se logra hacer un punto en la batalla de las ideas.

- El punto político.

- El punto político. Me parece, por ejemplo, muy llamativo que en los años de la transición fueron Libertad y Desarrollo y el CEP los dos grandes centros de estudios que ejercían influencia en la derecha; pero hoy día parece ser el discurso de la Fundación por el Progreso, de Nicolás Ibáñez y Axel Kayser, el que finalmente adquirió preeminencia. Porque no sólo Varela y Ampuero son investigadores senior de la fundación, se sientan en la mesa chica de Nicolás Ibáñez y Axel Kayser. Además Valente, si bien no pertenece, está exactamente en la misma dirección ideológica.

Me parece que Piñera finalmente se compra el discurso de que hay que dar la batalla también en la dimensión moral, por así llamarla.

- También fue el discurso con que irrumpió José Antonio Kast en la presidencial, ¿él debería celebrar que en este gabinete se ve bastante reflejado?

- Sí y no, porque es cierto que Piñera finalmente termina adoptando el guión de no acomplejarse de ser de derecha que fue exitoso a manos de José Antonio Kast; pero, por otro lado, al cubrir todas las bases asfixia el discurso original de Kast.

- ¿El que uso José Antonio Kast para crecer?

- Efectivamente así creció, diciéndole a su propia tribu ‘ustedes no son los suficientemente de derecha’, pero ahora que ganó Piñera y desplegó el armamento ideológico que cubre todas las bases, queda poco espacio para ser más de derecha.

- Si el problema de Piñera será no tener mayoría en el Congreso, ¿cuánto puede afectar el nombramiento de Gonzalo Blumel, que no tiene bagaje político, como Segpres?

- Blumel es lo mejor del gabinete y, además, ocupa el cupo joven; porque Piñera no se compró el discurso de la renovación. Creo que Evópoli está contento, pero no tanto; porque sus dos ministros están en carteras que no son necesariamente tan lúcidas, desde el punto de vista de la proyección popular.

- Tal como se configuró el gabinete, da la sensación de que Piñera le allana el camino a Moreno al ponerlo en Desarrollo Social y ya se especula que podría ser su delfín, ¿comparte eso?

- Para ponerlo en perspectiva, creo que a diferencia de Bachelet, Piñera sí entiende la importancia de parir un sucesor. Como Piñera cree en la mano invisible de Smith, no cree que haya una contradicción entre una figura tratando de posicionarse como presidenciable y el éxito de su propio gobierno.

- ¿Cómo interpreta que haya designado al mismo equipo político con el que terminó su gobierno?

- Esto es como volver cuatro años atrás y, en eso, hay una cierta maldad gozosa de Piñera de querer hacer aparecer el gobierno de Bachelet II como un paréntesis, no es él el paréntesis. Vuelve con prácticamente el mismo gabinete con el que terminó, como diciendo ‘aquí no ha pasado nada, retomamos donde dejamos’.

- En este equipo hay mucho conflicto de interés y se hubiera esperado que no se repitiera eso. ¿Puede afectar en algo a Piñera?

- Creo que Piñera ya se dio cuenta que la fibra dramática ya no está ahí, es un costo hundido. Pone un gabinete tan radical en términos ideológicos que deja el tejo pasado. El tema de los conflictos de interés hoy día pareciera ser una cuestión secundaria. Creo que quienes traten de levantar ese tema van a rebotar contra la muralla, porque hoy día donde está el nervio de la conversación es en esta batalla ideológica.


El coqueteo de Piñera a la DC "ya está maleado"

- ¿Debería Piñera insistir en tratar de atraer a la DC o exDC, digamos el grupo "Progresismo con Progreso" o ya fue suficiente?

- Leyendo algunos tuit de Ignacio Walker, donde dice que este será un gobierno de continuidad, me da la impresión de que está en estado de negación, como que no quiere aceptar que efectivamente este es un gobierno que se aleja mucho de lo que es la DC. O sea, Valente, Varela...estamos hablando de Chicago Boys, por así decirlo.

- Entonces, ¿ya no necesita a la DC? ¿Hizo esfuerzos que ya no son necesarios?

- Este es uno de esos coqueteos que ya está maleado. Y de los progresistas con progreso no voy a hablar, porque creo que la prensa ya se ha dedicado a inflarlos con bombín, siendo que son cuatro gatos. No sé cuántos más son, aparte de los que firmaron la carta. El grupo Progresismo con Progreso pareciera ser el partido de cierta prensa chilena. En serio, mañana Chile gana un partido de eliminatoria y la entrevista del día siguiente es qué opina Mariana Aylwin del tema.

- Más allá de los que ya se fueron, ¿cómo ve la situación de la DC?

- Creo que la DC que queda viva en el Congreso tiene más ganas de irse a la cama con el Frente Amplio que de conversar con Piñera. Me refiero a Yasna Provoste, Huenchumilla y Ximena Rincón. Esa DC tiene más afinidades con los escombros de la Nueva Mayoría que con la derecha. Y creo que Piñera está diciendo 'me cansé de hacerme el lindo. Yo soy lo suficientemente fuerte para hacer solo lo que quiero hacer'.

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