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Dante Contreras: “Lagos tiene la convicción de consolidar las reformas y buscar los canales que las sustenten”

El también académico afirma que los temas de crecimiento y desigualdad se deben mirar de forma cohesionada. “Hay que caminar con ambos pies”, dice.

Por: Narayan V. Caviedes | Publicado: Lunes 28 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Dante Contreras, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, escucha reiteradamente de sus alumnos que el ex presidente de la República, Ricardo Lagos, “consolidó el neoliberalismo en Chile y gobernó junto a los empresarios”, críticas que según el académico son injustas e incorrectas. Para el director del Centro de Estudios y Cohesión Social de la misma casa de estudios, “las personas juegan un rol distinto en función de los contextos que les toca vivir”. Y hoy cree que el pre candidato tiene la convicción de consolidar las reformas iniciadas por el gobierno de Michelle Bachelet. Él representa el “progresismo con largo plazo”, asegura.

Su visión no es antojadiza. El economista forma parte del “equipo de avanzada” del ex mandatario, un grupo liderado por Máximo Pacheco e integrado por Gloria de la Fuente, Iván Poduje y Enrique Rajevic, para “acompañar y apoyar” a Lagos en su intención de llegar nuevamente a La Moneda. Desde esa posición, adelanta algunos contenidos.

- ¿Cómo observa a Lagos en sus análisis y lectura del Chile actual?

- Lo he visto con ganas, muy lúcido, con convicción y con generosidad. Creo que, al igual que lo que hizo la presidenta Bachelet, esto es un acto de generosidad. Hay valentía de parte de él de volver a someterse a este proceso. Cuando las cosas se ven complejas, siempre es más fácil restarse. Y acá él decide ponerse a disposición y presentarse.

- En las ideas, cómo mira al Ricardo Lagos de ahora en relación al que ya fue Presidente. ¿Qué sintonía tiene hoy con los debates en desarrollo, como educación, medio ambiente, laboral, nueva Constitución?

- Las personas juegan un rol distinto en función de los contextos que les toca vivir y tomar decisiones. En su último libro (titulado “En vez del pesimismo”), Lagos fija un norte largo y también se refiere a la política de corto plazo, pero se fija en un norte largo. Entonces, tiene ambición intelectual, sueño país y una mirada relevante. Hoy Lagos es el presidente del progresismo con largo plazo. Es una persona que hoy reconoce que las reformas que buscan cambiarle la cara al país en términos de desigualdad son de primer orden. Es decir, el país necesita crecimiento y también necesita resolver, de una vez por todas, la desigualdad que exhibe. Pero son dos patas y hay que caminar con ambos pies.

- En el actual gobierno ha sido difícil caminar “con la dos patas”, porque las reformas que intentan corregir la desigualdad son rechazadas por el mundo empresarial, que usted mismo ha calificado de “cortoplacista” y “provinciano”. ¿Cómo se supera eso?

- Un líder político hoy, enfrentado al Chile de los próximos 10 o 15 años, va a tener que enfrentar esta pregunta de forma convincente. Tiene que ser capaz de convocar a la clase política, a la ciudadanía y a la élite, a “re-mirar” estos dos fenómenos de forma conjunta y cohesionada. Y decir ‘mira, si quieres cambiarle el rostro a este país y hacerlo desarrollado, el PIB per cápita realmente tiene que subir, pero tiene que subir para todos’. Ése es el mensaje. Y no sólo para todos en términos métricos del ingreso, sino que también en la educación. Y para eso, la reforma que se está empujando tiene que ser consolidada. Un líder político que crea que sólo atacando la desigualdad o sólo el crecimiento va a posicionar a Chile, es incorrecto. Hay que aprender a caminar con ambos pies.

- ¿Lagos va a profundizar, atenuar o moderar el proceso de reformas iniciado por el gobierno de Michelle Bachelet?

- Hoy la convicción que tiene Lagos es de consolidar las reformas y buscar los canales que permitan su sustentación. Chile no puede ser un país desarrollado con estos niveles de desigualdad, que han penetrado cada ambiente de nuestra sociedad. En la segregación de barrios, de la educación, del acceso a la salud, de las pensiones.

- ¿Cuáles son las reformas que se están pensando?

- El país requiere muchas cosas. Chile aún es un país de ingreso medio en el concierto internacional, pero con elevados niveles de desigualdad. Un país nunca va a ser desarrollado con esa combinación. Si le agregas la baja movilidad social, la foto se hace más compleja. Lagos tiene propuestas relevantes en infraestructura. Él sigue pensando en ese elemento como un eje orientador para el desarrollo productivo y de las ciudades. El tener a Máximo Pacheco al lado le entrega un espacio interesante para el crecimiento en ERNC. Eso le baja la cuenta de luz a las familias, pero también entrega nuevas oportunidades de negocios y crecimiento económico. Otro elemento es combinar la gran minería con menor consumo de agua, lo que requiere de nuevas tecnologías.

Hay otro elemento que es clave, que es la innovación en las políticas sociales. Si tenemos una encuesta Casen revitalizada, con una medida multidimensional, tenemos mejores fotografías de cuáles son las necesidades de la población más pobre. Eso permite optimizar las políticas sociales y eso no sólo es más efectivo, sino que más barato. Segundo, las reformas en educación y salud, por ejemplo, no sólo le pegan a los segmentos más pobres, sino que a la clase media. Esas reformas tienen que ver con sostener educación de calidad pública, pre-escolar, cambios en la salud de acuerdo a la transición demográfica, aumentos del gasto preventivo porque es más barato que las patologías. Esos cambios de énfasis pueden ser muy eficientes.

- ¿Cómo puede Lagos abordar algunos debates a los que sistemáticamente se ha opuesto el empresariado, como perfeccionar la legislación laboral o el debate constitucional?

- Distintas personas tienen distintas competencias. Lo que pregunta, que es de primer orden, lo logra alguien con liderazgo político. Hay que tener un líder convencido de que las reformas sociales y de crecimiento tienen que avanzar de forma conjunta. Eso Lagos lo tiene. Es el rol de él y su equipo político el convocar en esa dirección. Y el rol que pueda jugar ahí Máximo Pacheco, como empresario y ex ministro exitoso, es clave.

- ¿Cómo lee que Lagos no repunte en las encuestas y se mantenga esta idea de que él no sintoniza con los jóvenes, ni con los sectores de izquierda ni con gran parte de la NM? Esto en un escenario donde también están Alejandro Guiller y José Miguel Insulza.

- Lo último son excelentes noticias. Prefiero ver el vaso medio lleno. Una discusión de ideas le hace bien al país y le hace bien a Lagos. En una discusión de ideas Lagos toma ventaja. Me parece razonable, bueno y oportuno que surjan nuevos candidatos y que las ideas sean expuestas y debatidas. En esa discusión se va a ir reconociendo el progresismo de Lagos, su efectividad intelectual y la relevancia del largo plazo de sus propuestas. Mi apuesta es que es en ese escenario donde Lagos tiene la oportunidad de mejorar en su apreciación, que a mi juicio es injusta. La apreciación de Lagos es desinformada, porque hay mucha gente que repite conceptos; y segundo, es como comentar el partido con el diario del lunes. Muchas de las críticas son injustas e incorrectas.

- ¿Se refiere a que Lagos consolidó el modelo neoliberal en Chile y gobernó junto a los empresarios?

- Sí, cuando se dicen ambas cosas. En el gobierno de Lagos se redujo importantemente la pobreza y se crean los programas Chile Solidario y el AUGE. Hubo avances importantes, lo que ocurre es que si lo veo desde la actualidad me parecen muy lejanos y distantes, pero la discusión que hoy tenemos de profundizar una reforma educacional se construye en cosas que se hicieron bastante tiempo atrás. Hay que reconocer los orígenes y que esto es un proceso dinámico.

 "El TC está superando la discusión parlamentaria"

- ¿Qué le parece la fórmula propuesta por el gobierno para evitar la intervención del TC, de ampliar las becas Bicentenario a planteles privados?


- No me gusta. Uno debe volver a los principios. Cuando uno se pierde en una discusión que ha sido muy compleja y con poca colaboración de los distintos actores, uno tiene que volver a lo básico. Y lo básico era, en primer lugar, acreditación; en segundo, sin fines de lucro; y tercero, la responsabilidad como país con las universidades del Estado. Ése es el núcleo de la reforma. Lo elemental es fortalecer un sistema de educación superior, en lo universitario y lo técnico, con instituciones que reinviertan sus fondos en aquellos alumnos que lo requieren, con un avance a la gratuidad que sea paulatino, con un horizonte de largo plazo.


- ¿Cómo puede el Ejecutivo superar la barrera del TC, que falló que el lucro no es un criterio para acceder a la gratuidad?


- Hemos aprendido a cuestionar la legitimidad del TC para estas materias. El tribunal se está transformando en una entidad que está superando la discusión parlamentaria. Estamos en un cuello de botella y no sé cómo se puede resolver políticamente. Desde el punto de vista de política pública, se debe instalar un sistema de educación superior. Si es así, el tribunal tendría menos cosas que decir.


- ¿Se refiere a que la gratuidad se entregue directamente a través de aportes basales a las universidades estatales?


- Exactamente. Es la fórmula donde se genera un sistema donde el aporte basal -con exigencias, acreditación y rendición de cuentas- es lo más sano.


- En ese modelo, ¿qué pasa con las universidades privadas que se denominan "con vocación pública"?


- El gobierno igual podría generar fondos concursables para investigación de excelencia. Ahí, universidades privadas del G9 podrían participar. No sería inconsistente. Así funciona en muchos países, donde hay universidades estatales que reciben aportes basales y se les piden contribuciones definidas para el desarrollo de los países y, además, existen fondos concursables para universidades públicas o privadas. Eso naturalmente rompería el Cruch como unidad, pero qué estamos cuidando, ¿los intereses del país o los intereses del Cruch? Yo apostaría por los intereses del país.

 

"hoy no tenemos política migratoria"

Como director del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social de la Universidad de Chile, Dante Contreras manifiesta su preocupación por la llegada sostenida de extranjeros a Chile y la ausencia de una política migratoria. Sólo un dato, casi 35 mil haitianos entraron al país sólo entre enero y septiembre de este año.


- ¿Cómo se puede abordar el flujo cada vez mayor de inmigrantes que están llegando a Chile?


- Sencillo, con una política migratoria. Chile, en este minuto, tiene que definir, es hora, una política y que no ingrese alguien como turista y finalmente se quede y todos sabemos que eso va a ocurrir. Es saludable, sana e inevitable la inmigración, por eso es fundamental un diseño y responsabilidad. Cuando uno le abre la puerta a un extranjero para que venga a casa, tiene que ser responsable con esa persona y contar con servicio de salud, de vivienda, de educación. Esas personas se van a integrar al mundo laboral y van a ser una contribución. Van a pagar impuestos. Es importante tener una política que formalice la relación del país con sus inmigrantes. Eso es útil, porque ordena, lo que es importante para aprovechar, además, la oportunidad de traer nueva gente para participar y colaborar con las distintas tareas del país. Nosotros podríamos tener una política más activa de traer médicos, en consideración de la falta de especialistas; o, podríamos traer técnicos superiores, para incrementar los niveles de productividad. Uno no puede dejar ingresar gente y después descuidarla. Eso es poco serio. Hoy no tenemos política migratoria.

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