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Economistas desestiman impacto del mensaje presidencial en el PIB y la confianza privada

Consultores y académicos destacaron el guiño a Valdés en el compromiso con la situación fiscal. Se lamentó la falta de definición laboral.

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Lunes 23 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Un discurso bienvenido, pero insuficiente para el futuro del crecimiento económico. Así calificaron los expertos el mensaje transmitido por la presidenta de la República, Michelle Bachelet, en su cuenta pública 2016.

¿La razón? Si bien los economistas valoraron el discurso más “realista”, ya que la mandataria reconoció que el crecimiento de la actividad es fundamental para llevar a cabo reformas de carácter social, desde su punto de vista las palabras fueron insuficientes para cambiar el rumbo mediocre que se espera para la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de este año, situado en 1,7% según la última Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central.

El decano de la facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, destacó que en el mensaje se notó que la presidenta “le tendió una mano al mundo empresarial” y se manifestó a favor de un crecimiento acelerado, lo que en su opinión marca la diferencia respecto de los mensajes de los dos años anteriores. Sin embargo, el experto “echó de menos” una hoja de ruta o medidas específicas para acelerar la actividad.

Para el economista principal de BBVA, Hermann González, fue importante que se reconociera que las políticas de largo plazo requieren finanzas públicas sanas y “dejar de lado cualquier guiño al populismo”, lo que en su opinión es un sello del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.

Sin embargo, para el analista también pesó la ausencia de medidas concretas para recuperar las confianzas y el crecimiento. “Además, se echa de menos algún límite a la discusión particularmente en el tema laboral y constitucional, temas que hoy generan incertidumbre y están impidiendo una reactivación de las inversiones más allá del escenario externo”, agregó.

Pese a la falta de anuncios, para el economista de la Universidad Santo Tomás, Alejandro Puente, estuvo dentro de las expectativas y lo más destacable en su opinión fue el tono “conciliador” del mismo y que busca retomar la confianza con un mensaje mucho más moderado.

“No veremos un cambio en las expectativas porque ya hay un sector bien importante que tiene la percepción de que la desaceleración de la economía tiene más que ver con factores domésticos y esencialmente con las reformas y con esa visión por supuesto que no cambia mucho el panorama, más allá del tono del discurso”, aseguró.

Una visión mucho más negativa es la que entregó el ex subsecretario de Economía, Tomás Flores, para quien el discurso fue bastante “pobre” en relación al problema económico que enfrenta el país actualmente, con un crecimiento esperado para la actividad por debajo del 2% y una tasa de desempleo al alza.

En esa línea, no ve un cambio en las expectativas de crecimiento para este año ni tampoco una mejora en el clima de confianza. “De hecho, medidas como la creación de la AFP estatal van justamente en la dirección contraria, ya que no significará mayor competencia o mayores inversiones”, planteó.

El economista de la consultora Gemines, Tomás Izquierdo, destacó que en el discurso “se guardó la retroexcavadora”, pero hubo pocos anuncios concretos que ayuden a generar un cambio favorable en las expectativas económicas. “Podría haber reordenado los elementos más importantes en torno a la agenda de productividad, a la infraestructura”, ejemplificó.

Además, Izquierdo estimó que hubo una cierta “distancia” para aterrizar en la realidad por parte de la Nueva Mayoría, en el sentido que se hace referencia a temas más “blandos” y más dirigidos a los afectos.

“Eso está bien, pero se le hace el quite al tema más duro, más incómodo, de que objetivamente estamos ante una situación económica pobre y que hay señales que apuntan a que hay un riesgo que se deteriore un poco más“, dijo y anticipó que más allá de las buenas intenciones del discurso “la realidad es la que pasa la cuenta y eso se nota en las encuestas”.

Asimismo, las expectativas de los expertos no son alentadoras en relación a la invitación de la Presidenta al mundo privado para trabajar juntos en pos de lograr un crecimiento sostenido de la economía. “Este nuevo llamado no agrega nada más a lo que hemos tenido hasta este momento”, opinó Flores, mientras que Agosin planteó que la coordinación entre el mundo público y privado es un buen primer paso, pero no suficiente para mejorar las expectativas ni la confianza.

“Es mejor que nada”, dijo el economista de Octogone, Manuel Bengolea, frente al trabajo público-privado en vías de impulsar el crecimiento, pero para cambiar las expectativas sostuvo que hace falta más señales concretas que un “acto de voluntad”, como calificó al llamado.

Desde su óptica, una señal concreta hubiese sido, por ejemplo, dejar de lado la actual reforma laboral “para ponerse a discutir una reforma laboral pro-productividad y de cara al siglo XXI, no al siglo XIX”.

Reforma laboral, la gran ausente

Los expertos coincidieron en que la gran ausente en el discurso de la Presidenta fue la reforma laboral, ya que consideraban que la cuenta pública era una buena oportunidad para entregar una definición respecto al tema luego del golpe que sufrió tras el fallo del Tribunal Constitucional, tomando en cuenta también la inquietud que genera esta iniciativa en el mundo privado.

“Hizo mucha falta aclarar el tema de la reforma laboral, que es una espada de Damocles que se cierne sobre las expectativas de los empresarios y de lo cual no hubo ninguna mención”, sostuvo Bengolea.

Flores reforzó esta idea, agregando que aún se desconoce el “dañino impacto” que ha generado la iniciativa en la economía, tomando en cuenta que el mercado del trabajo es uno de los principales soportes del crecimiento de los países.

“Esta reforma implica cambios sustanciales en dicho mercado y en ello la incertidumbre se mantiene”, increpó.

Para Izquierdo, la reforma laboral es una de las mayores fuentes de incertidumbre para el destino de la economía y en su opinión, el gobierno tenía en la cuenta pública una buena oportunidad para zanjar el tema.

En opinión del experto, el gobierno está metido en un “cuello de botella”, ya que no sabe como conciliar los intereses del PS y la CUT que están a favor del veto, por un lado; por otro, la DC que no quiere veto y “no quiere reconocer que el proyecto se cayó”; y finalmente otros que quieren una ley corta para enmendar en circunstancias que la iniciativa “no tiene piso constitucional”.

Esta situación, según Izquierdo, generará ruido por los próximos meses, en un escenario macro complejo con aumento del desempleo, por lo que era necesario haber entregado señales claras para confirmar que se tienen los elementos para enfrentar un deterioro en el panorama, “un discurso más pragmático”.

El sello de Valdés

Uno de los puntos que más llamó la atención de los economistas fue la mención al compromiso fiscal que hizo la mandataria en su discurso, lo que tuvo varias lecturas entre los expertos.

Para Agosin fue una señal muy importante, porque el compromiso fiscal “es un activo que Chile no puede perder”. “Ahí estuvo presente la influencia del ministro Valdés y fue muy adecuado. Chile tiene que resguardar ese activo importante que se ha construido con mucho esfuerzo a lo largo de décadas”, indicó.

Ante los parlamentarios y privados que hicieron ver la falta de anuncios, Valdés también salió al ruedo y dijo que la cuenta pública no era la instancia para caer en una especie de “anuncitis”, lo que también provocó reacciones diversas entre los economistas.

“Le encuentro toda la razón a Valdés, creo que ha sido tremendamente serio en esto de traer a la realidad el programa de gobierno”, dijo Bengolea.

Flores en cambio, fue algo más crítico. “Si bien es cierto que cada discurso de 21 de mayo no tiene porqué venir dado de cientos de anuncios, a lo menos podríamos haber sostenido anuncios que podrían haber reducido la incertidumbre y de esos anuncios efectivamente no tuvimos nada”, señaló.

Valdés aclara: "La gran parte de la reforma laboral no se va a cambiar"

Suspender la tramitación de la reforma laboral es una demanda que va ganando terreno al interior de la Nueva Mayoría. También es una de las tantas opciones que analiza el Ministerio del Trabajo, para salir del complejo escenario que quedó el proyecto, luego del fallo del Tribunal Constitucional (TC), que eliminó el pilar de fortalecimiento sindical, al objetar la titularidad y la extensión de beneficios por afiliación al sindicato.


Sin embargo, el camino más probable sigue siendo la ley corta, para "equilibrar" nuevamente la propuesta laboral del gobierno. Y en este escenario, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aclaró: "La gran parte de la reforma está hecha, no se va a cambiar".


Junto con descartar "dejar morir" el proyecto, como piden algunos legisladores del oficialismo, Valdés acotó el debate.


"Hay temas específicos sobre pactos de adaptabilidad y algunas mejoras de referencia, pero es ése el espacio que deja el fallo". Punto, no hay margen para "la creatividad" ni mecanismos para que el sindicato tenga un rol preferente en la negociación colectiva ni menos titularidad, salvo en la flexibilidad laboral.


Hoy lunes, en el comité político en La Moneda, el gobierno debería entregar, a los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, detalles sobre "la fórmula legislativa" para corregir la reforma laboral.

También sobre los plazos y "el acuerdo político" que necesariamente se tiene que alcanzar con la oposición.
"El espacio de innovaciones no es muy grande", advirtió Valdés.

Empresarios miran con cautela agilización de la AFP estatal

Más allá de valorar el llamado de la Presidenta a un "pacto" por el crecimiento, el mundo empresarial también reparó en los "pocos anuncios" en materia económica presentes en la cuenta anual. Uno de ellos fue la aceleración de la tramitación del proyecto que crea la AFP estatal, que, según expuso Bachelet, "traerá más competencia, menores costos de administración y mejor cobertura".


Según comentó el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Hermann von Mühlenbrock, "ese es un resorte del gobierno. Los problemas de la sociedad chilena no se resuelven con más Estado, sino con más libertad de la gente, con más iniciativa privada, con más crecimiento. Y cuando se tratan de resolver los problemas de la gente con más Estado, no nos parece que vaya en la dirección correcta". También este anuncio fue visto con cautela por el líder de Asimet, Juan Carlos Martínez, quien advirtió que "hay que tener cuidado cuando el Estado se pone a competir con los privados porque se produce ahí un desequilibrio". Por esto, dice que podría ser un nuevo foco de incertidumbre al desconocer qué medidas tomará esta empresa estatal para competir en una cancha con las demás AFP. Mientras, para el timonel de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo, es "legítimo que el gobierno tenga esa aspiración. En la medida que sea un proyecto que busque generar eficiencia, economía y genere competencia, me parece muy bien". Agregó que espera que no se transforme en otra empresa estatal "con toda la grasa que conocemos en muchas". "Un proyecto de AFP estatal no me preocupa, salvo que tuviera las malas prácticas comunes de las empresas públicas", puntualizó.

 

El desafío del empleo

El panorama del mercado laboral se ve desafiante para los próximos meses. Los últimos datos han revelado un aumento en la tasa de desempleo tanto a nivel nacional como en el Gran Santiago, y los expertos anticipan que el deterioro se agudizará conforme pasan los meses. Relacionado a esto, la presidenta Bachelet anunció un plan pro empleo asociado a la construcción de viviendas, lo que para los economistas podrá aplacar en algo la situación futura pero no cambiará la tendencia al alza que se pronostica para el demsempleo. "El país no puede en estos momentos hacer una política fiscal expansiva a través de vivienda", dijo Agosin. Además de recordar que de los anuncios a la implementación "siempre hay rezagos", por lo que discrepó de una contención en la tasa de desempleo este año.


Una idea similar es la que planteó Bengolea, quien desestimó que la solución al desempleo pase por el sector construcción de vivienda , aunque cree que puede ayudar pero por un tiempo. El problema, dijo, es que la construcción está atravesando por un boom actualmente y eso puede traer problemas en un futuro próximo. "Las burbujas cuando explotan causan problemas y ésta está a punto de explotar. El anuncio es como meter más aire a un globo que está a punto de explotar", postuló.

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