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El complejo momento del candidato Guillier

El senador necesita a los partidos para triunfar en una primaria oficialista y, especialmente, conquistar al PS. Pero a su vez, la cercanía con el oficialismo le causa al senador un inmenso daño político.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 24 de marzo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Como lo hizo en la campaña municipal, cuando comenzó un trabajo territorial por todo Chile que terminó abriendo camino a su candidatura presidencial, el senador Alejandro Guillier se encuentra armando redes en diferentes ámbitos. Como independiente que debutó recién en 2014 en la política y sin una estructura partidaria en las espaldas -salvo la que le ofrece el Partido Radical-, silenciosamente conforma agrupaciones de profesionales con el foco en su campaña y en un nuevo gobierno de la Nueva Mayoría, que se ve cada vez más difícil. En el oficialismo dicen que de cada encuentro con partidarios que sostiene, el periodista estructura un grupo. No es extraño, por lo tanto, que en una misma área existan distintos círculos abocados a fortalecer su opción presidencial.

En su camino a La Moneda, Guillier necesita instalar las vigas robustas que le permitan mostrar contenido programático mientras dura la competencia.

Imagen foto_00000011Esta semana se ha conocido a su equipo económico, integrado por académicos de la Universidad de Chile, con postgrados en Estados Unidos, independientes y con 39 años de promedio. El senador por Antofagasta, sin embargo, pese a haber sido proclamado por el PR no ha podido anunciar la conformación de un comando de campaña, con generalísimos y todo lo que se acostumbra en este tipo de casos.

Con el escenario revuelto en la Nueva Mayoría -donde no se observa en absoluto la unidad de la vereda del frente-, el presidenciable parece estar a la espera de lo que resuelva en materia presidencial el Partido Socialista. Como hace meses, el candidato y su entorno advierten que de celebrarse finalmente la primaria -cosa que nadie a estas alturas garantiza-, debería llegar arropado no solo por el PR. Porque las primarias, como explican en la Nueva Mayoría, más que un ejercicio democrático de participación ciudadana es una muestra de la fortaleza de la maquinaria de los partidos: el llamado acarreo.

Con la DC y el PPD con sus respectivos candidatos -Carolina Goic y Ricardo Lagos-, la única opción de Guillier para robustecerse pasa por conquistar al PS, que ha tenido un inédito y dificultoso proceso de definición presidencial. Por una parte, se trata de tener el respaldo de una de las colectividades fuertes con miras a una primaria -la única sin presidenciable-, pero el asunto también tiene relación con un tema práctico.Imagen foto_00000012

En el refichaje, el PS hasta ahora es el partido del oficialismo que tiene más avanzado su proceso de legalización. Si se diera el caso de que los radicales no llegaran a la meta de 18.500 afiliados el 14 de abril -la fecha límite para presentar un candidato- podría ocurrir que Guillier finalmente fuese presidenciable socialista.

El PR trabaja a contrarreloj para no perderse una oportunidad histórica de tener a su primer postulante a La Moneda en 70 años.

El viento en el PS corre hasta ahora a favor de Gullier. Este domingo se celebran las elecciones en el socialismo y con probabilidad el proceso termine con el exministro Álvaro Elizalde de presidente y Andrés Santander de secretario general. Aunque han guardado riguroso silencio público respecto de su preferencia presidencial, ambos son sindicados como favorables al senador por Antofagasta y no al exmandatario.

Imagen foto_00000013Guillier quedara con una mesa partidaria favorable a su candidatura pese a que en las últimas semanas se ha registrado una arremetida laguista en el PS. Los movimientos pretenderían encaminar las fuerzas socialistas hacia el expresidente, en un gesto que probablemente resulte tardío con miras a ganar dentro de la NM.

¿Habrá primarias en la NM?

Nadie sabe a ciencia cierta si finalmente se realizarán las primarias de la Nueva Mayoría y las próximas tres semanas serán cruciales, cuando el viernes 14 de abril finalice el plazo para que los partidos inscriban a sus candidatos (aunque pueden seguir refichando militantes para su legalización).

El PPD y, por lo tanto Lagos, se hallan en problemas. De acuerdo a los últimos registros del Servel dados a conocer esta semana, al 21 de marzo el partido sólo alcanza los 9.633 militantes. De no conseguirlo, Lagos no podría presentarse a unas primarias del oficialismo, porque es militante del PPD (a diferencia de Guillier, que no tiene militancia).

En la Nueva Mayoría señalan que si se diera ese escenario, probablemente sería una buena excusa para que el expresidente, finalmente, declinara su candidatura. Si se produjera el caso de que el PPD lograra la meta, sin embargo, ¿Lagos estaría dispuesto a llegar a una primaria sin el apoyo de los socialistas? Y si los socialistas lo apoyaran –lo que se vislumbra difícil pese a los últimos movimientos internos–, ¿Lagos estaría dispuesto a presentarse a una primaria y correr el riesgo de salir tercero, superado por Guillier y Goic?

Cuando en septiembre pasado se declaró disponible, el expresidente habló de la unidad en torno a su figura, lo que no ha ocurrido: “Si chilenas y chilenos consideran que nosotros podemos llevar adelante una propuesta de avance y progreso y que entregue a las nuevas generaciones un Chile fortalecido, yo no me restaré a ese desafío. Para emprender ese camino, sin embargo, es necesario que se reúnan con decisión muchas voluntades”, declaró Lagos, que en estos casi siete meses se ha desangrado y en la última encuesta Cadem obtiene apenas 2% de intención de voto.

En su última Junta Nacional, en tanto, la DC aplazó su decisión respecto del mecanismo de elección de candidato y, con esa maniobra, dejó la puerta abierta para no llegar a una primaria convencional en el caso de que el PPD, por ejemplo, no pueda inscribir a Lagos. Aunque la candidatura de Goic daña en mayor medida las aspiraciones del expresidente -fue la última estocada, según señalan en la Nueva Mayoría-, la DC no quiere dejar fuera de competencia a Lagos por secretaría.

Con el PR cuadrado con Guillier y haciendo todos los esfuerzos humanos por refichar a los 18.500 antes del 14 de abril -llevan apenas 7.439-, el dilema sigue estando en el PS. Con el eventual triunfo este domingo de Alvaro Elizalde y Santander, en el comité central del 1 de abril probablemente se deje sin efecto la consulta ciudadana que el partido pretendía realizar el 23 de abril para elegir al abanderado presidencial.

A favor de la suspensión de ese ejercicio se manifestó esta semana el embajador en México, Ricardo Núñez, uno de los históricos barones del PS que están a favor de la candidatura del expresidente Lagos. Un escenario posible, por el que abogan algunos socialistas, sería que el mismo 1 de abril el partido tomara una definición presidencial.

De no ir Lagos a las primarias, en definitiva, difícilmente se celebre la consulta. La senadora Goic tampoco se presentaría para perder contra Guillier. En la Nueva Mayoría vislumbran que el senador por Antofagasta debería retractarse, porque hace algunas semanas señaló: “Si no hay primarias, no voy a primera vuelta”. Porque sea cual sea el abanderado del oficialismo –y Guillier corre con ventaja–, no parece probable que el presidenciable del sector sea elegido mediante un ejercicio abierto el 2 de julio.

Las nuevas dificultades de Guillier

Las encuestas no han traído buenas noticias para el senador Guillier. La Cadem de esta semana, por ejemplo, Imagen foto_00000014muestra una baja sostenida en el último mes y medio en la pregunta ¿Quién cree usted que será el próximo presidente de Chile? Si a principios de febrero marcaba 27%, en el estudio publicado el lunes llega apenas a los 17. Sebastián Piñera, en tanto, que el martes anunció formalmente su repostulación, alcanza 44% en expectativas.

Con una economía que no se halla en su mejor momento, un gobierno con problemas y sin apoyo ciudadano y un rival como Piñera que muestra tener mayor experiencia y ser mejor candidato que en 2009, el candidato de la Nueva Mayoría necesita determinadas fortalezas que Guillier hasta ahora no ha lucido. A juicio de sectores de la Nueva Mayoría, el senador ha cometido errores importantes, como su apuesta por desmarcarse del gobierno la semana pasada. La jugada contribuyó a aumentar sus conflictos con la dirigencia. “La presidenta hizo su esfuerzo por cumplir el programa, pero miró a Chile desde arriba. Lo mismo hicieron los presidentes Lagos, Piñera y todos”, señaló el senador en un encuentro ciudadano en Valparaíso.

Las improvisaciones en su incipiente campaña, los conflictos con el Partido Radical –que no entiende que Guillier apostó por una relación institucional con todos las colectividades– y sobre todo el estancamiento en las encuestas han complejizado las opciones del periodista. En la Nueva Mayoría se señala que el candidato juega al aislacionismo –su hombre de mayor confianza sigue siendo su jefe de gabinete, el Peñailillo de Guillier– y que no ha habido posibilidades de articulación con su círculo. Trabaja con sus equipos –el radical César Cárcamo ejerce de su encargado de programa– y entrega poco espacio a los partidos (a diferencia de Lagos que está incluyendo a cuadros del PS en sus equipos).

Estos factores y la irrupción de Beatriz Sánchez como posible candidata del Frente Amplio, que le quitaría electores a la Nueva Mayoría por la izquierda, enredan el tablero para Guillier. A diferencia de lo que ocurría hace algunas semanas, en el oficialismo existe una mezcla entre negación y desafección ante este proceso presidencial.

El senador tiene un dilema que probablemente no tenga una salida clara: necesita a los partidos para triunfar en una primaria oficialista y especialmente conquistar al PS -que se debate entre él y Lagos-, pero la cercanía con el oficialismo le causa un inmenso daño político. Juega a su favor, sin embargo, que sigue siendo por lejos el candidato de mayor competitividad en la centroizquierda, lo que hace que la fuerza parlamentaria tenga irremediablemente que acudir a su figura para realizar una digna competencia. Entre los que siguen creyendo en sus posibilidades de triunfo repiten que esta elección se ganará por un margen estrechísimo y que nadie sabe el comportamiento de los 600.000 electores que perdió la Nueva Mayoría en las últimas municipales y los 300.000 que se fugaron de la derecha.

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