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El fantasma de la derrota que recorre al oficialismo

Frente al temor de perder el poder, la Nueva Mayoría ha iniciado un proceso de desembarco, que no sólo reflejan sus críticas, sino que su inquietud está puesta en la carrera presidencial.

Por: Blanca Arthur | Publicado: Viernes 4 de septiembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Cuando la popularidad de la Presidenta Michelle Bachelet registra una caída que está marcando un récord, al interior de la Nueva Mayoría parece cada vez más creciente la desafección con el gobierno, como lo confirman las críticas que se suceden a diario frente a su gestión.

El fenómeno parece tan evidente, que el propio ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, aludió a él cuando frente al comité central del Partido Socialista reclamó falta de solidaridad o de complicidad por los constantes cuestionamientos que hacen dirigentes del oficialismo.

Es cierto que para no ser tildados de desleales a muchos les cuesta reconocerlo públicamente, pero ello no significa que desde los partidos desconozcan que se ha comenzado a gestar un proceso de desembarco, estimulado principalmente por el hecho de que frente a las elecciones que están en el horizonte, poco o nada ganan apareciendo al lado de un gobierno impopular que, además, no da indicios de cambiar.

Con preocupación perciben que teniendo cifras de adhesión que no llegan ni al 25%, sumadas a un rechazo que supera el 70%, se exponen a un magro resultado en las municipales del próximo año, las que como antesala de las presidenciales de 2017 pueden ser el augurio de la pérdida del poder.

El fantasma de una derrota está recorriendo con tal fuerza al oficialismo, que paralelamente al distanciamiento del gobierno, sus dirigentes tienen la mirada puesta en cómo enfrentar el actual escenario de manera de impedir el regreso de la derecha que, dado el posicionamiento de Sebastián Piñera, lo perciben como una amenaza real.

La carta de Lagos

Fue precisamente en medio de este fenómeno de desafección, cuando la arremetida de Ricardo Lagos tomó de inmediato fuerza como una opción presidencial, desde el momento que por sus características que contrastan con las de Bachelet, podría ser la persona que encarnara el liderazgo capaz de frenar a Piñera.

Es una posibilidad que lo ha entusiasmado tanto a él como a quienes destacan sus dotes de líder, por considerar que con su estilo puede responder a la demanda de imponer la autoridad o el orden que hacen falta.

La irrupción de Lagos como la figura que podría sacar al oficialismo de la actual crisis ha hecho que incluso circule la idea de que podría reemplazar a Bachelet a partir del próximo año, cuando al Congreso le correspondería elegir a su sucesor si es que ella llegara a renunciar invocando razones de salud.

Pero como la posibilidad de que eso que algunos llaman un "golpe blanco" parece irreal, porque distaría completamente del ánimo de la Presidenta entregar el poder antes de concluir su mandato, la opción de un regreso de Lagos quedaría supeditada a si finalmente acepta o no ser candidato en las elecciones.

Por ahora, más allá de su decisión de mantenerse en primera línea, la duda persiste mientras se sondea el terreno, el que no necesariamente parece tan fértil como esperan algunos. Es que de acuerdo a lo que indican en su propio entorno, no son pocos los problemas que deberá enfrentar, comenzando por el hecho de que parte importante de la adhesión que genera está en la elite, mientras no tiene llegada a un segmento tan importante como el de los jóvenes, en el que no sólo no lo conocen, sino que incluso genera resistencia.

En ese contexto, se ha considerado sintomático lo ocurrido con un reconocido laguista, como el ex ministro Sergio Bitar, que bastó que fuera nominado en el consejo consultivo para la educación superior, para que se le enrostraran los problemas que hubo durante su gestión en que se aprobó el crédito con aval del Estado, justamente en el gobierno de Lagos.

Frente al riesgo de que aparezcan temas o situaciones que lo debiliten, los propios dirigentes que se inclinarían por él, miran con aprensión que sea la carta ganadora por la cual jugarse, menos si no sólo no marca en las encuestas, sino que tampoco tiene tomada su decisión.

La opción de ME-O

Con la situación de Lagos pendiente, algunos apuntan a que habría que esperar para saber cómo se decanta el panorama, donde estiman que si él finalmente no corre, existen otras candidaturas que podrían emerger como las de Isabel Allende o incluso de José Miguel Insulza.

Pero no pocos creen que con realismo debe considerarse que ni esas, ni menos la del DC, Ignacio Walker, le harían competencia a Piñera, porque de acuerdo a los distintos sondeos, éste les gana en todos los escenarios.

Esa es la preocupación que se ha ido apoderando de la Nueva Mayoría, donde aun cuando públicamente dicen que es prematuro instalar la carrera presidencial, asumen que el tiempo les corre en contra especialmente para enfrentar las municipales, en las que sin presidenciables potentes más un gobierno desgastado, se exponen a resultados poco auspiciosos.

Como el único candidato que aparece en las encuestas con posibilidades de competirle de igual a igual a Piñera es Marco Enríquez- Ominami, muchos reconocen que en el último tiempo se está planteando la posibilidad de acercarse a él como la opción para impedir una derrota en 2017.

Con ese antecedente que confirman los distintos sondeos que se manejan en el mundo político, básicamente personeros del ala izquierda del oficialismo admiten en sordina que, pese a que no forma parte del conglomerado o que se trata de un díscolo con planteamientos propios, no pueden ni deben descartarlo como carta presidencial, menos si es que perciben como un riesgo real la pérdida del poder.

Por ahora, en todo caso, los contactos entre el líder del PRO y representantes de la Nueva Mayoría sólo son informales, aunque en los próximos días se concretarán algunas reuniones más oficiales entre el secretario general de dicho partido con sus pares del bloque oficialista destinadas a analizar criterios para un posible acuerdo electoral en las municipales.

Ése podría ser un primer paso, que los representantes oficialistas no desestiman porque según los cálculos que se manejan, si no se llega a un entendimiento, el PRO podría poner candidatos en comunas importantes, exponiendo a que la derecha les arrebate cerca de 30 alcaldes, con el consiguiente impacto para las presidenciales.

Pese a que el acercamiento con ME-O es un tema que les cuesta abordar a los dirigentes, desde algunos de los partidos, principalemente del PPD e incluso del PS, reconocen que las circunstancias están empujando a que se tenga en cuenta que, a diferencia de las oportunidades anteriores, no pueden desestimar que se trata de una candidatura posible, considerando entre otras cosas que su principal respaldo está en segmentos a los que otros simplemente no llegan.

El factor DC

En medio de este panorama de descrédito del gobierno con la carrera presidencial desatada, un factor de incertidumbre para las definiciones futuras, es la posición que adopte la DC, partido que además de tener a uno de sus filas dispuesto a correr, como Ignacio Walker, estaría dispuesto a sumarse a Lagos u otro presidenciable oficialista, pero en ningún caso acepta la opción del líder del PRO.

Como sea, es una situación que les preocupa, al punto que la exclusión de ME-O fue un requisito en la lista de unidad que llevó a la presidencia a Jorge Pizarro, a lo que se suma que muchos de sus dirigentes, como el consejero nacional que mantiene intacta su influencia, Gutenberg Martínez, han planteado que un acuerdo con él, sería derechamente el fin de la Nueva Mayoría.

Pero como saben que romper con sus aliados para emprender un camino propio es irreal, no sólo por no contar con un candidato fuerte, sino porque tampoco están en disposición de perder el poder, algunos se han abierto al menos a estudiar la posibilidad de abrirle las puertas al abanderado del PRO.

De esa manera se entiende el planteamiento del académico Mauricio Morales, experto electoral de la DC quien es cercano al "Gute", el que en recientes artículos ha postulado la tesis de incluir, no excluir a postulantes que no estén en la Nueva Mayoría para ampliar la base de respaldo que ha perdido por la mala performance del gobierno, apuntando directamente a que debería tratar de incorporar a ME-O en la primaria oficialista.

Es una posibilidad que complica a muchos DC que no le perdonan haber sido el causante de la derrota de Eduardo Frei en 2009, a lo que se agrega que no comulgan con gran parte de sus planteamientos zigzagueantes, aunque no pocos apuntan a que al final la realidad podría ser más fuerte, como ocurrió cuando aceptaron ser gobierno junto al Partido Comunista.

Como sea, tanto en la DC como en los demás partidos coinciden en que es prematuro para adoptar definiciones, en parte porque la dinámica puede modificar drásticamente el panorama, como podría ocurrir con el tema de las platas políticas, aunque lo que parece difícil que cambie, es que esa dinámica estará marcada por el temor a perder el poder como consecuencia del deterioro creciente del gobierno.

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