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El impacto del factor PS en el futuro escenario político del oficialismo

La definición del próximo timonel socialista sería clave en las alianzas que se forjen en la Nueva Mayoría y en un futuro cambio de gabinete.

Por: Valentina Fuentes J. | Publicado: Viernes 24 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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Una cosa tienen en común la senadora Isabel Allende y el ex legislador Camilo Escalona: Ambos garantizan, a ojos cerrados, que ganarán las elecciones a la presidencia del Partido Socialista. Sin embargo, el próximo timonel se definirá en los comicios que comienzan este domingo 26 (ver recuadro), calificados por muchos como los más reñidos y competitivos en décadas. Especial significancia tienen estas elecciones, pues serían un factor clave en un futuro cambio de gabinete, en las alianzas que se forjen en la coalición y en el rumbo que tome el debate de las reformas.


Un clima de tensión que pareciera nunca llegar a su punto más alto, es lo que se ha instalado durante las últimas semanas en el partido y, a su vez, ha hecho eco en el resto de la Nueva Mayoría. Paralelo a ello, La Moneda se mantiene alerta a lo que ocurra en estas elecciones y desde el mismo Ejecutivo afirman que dicho acontecimiento sería un antecedente importante para que la presidenta Michelle Bachelet mueva sus próximas piezas.

La Moneda alerta
En el eventual golpe de timón que daría próximamente el gobierno en su esquema político es altamente probable que considere entablar una mejor relación y coordinación con los partidos oficialistas. Esta ha sido una petición reiterada por parte de las colectividades a La Moneda, pero los mismos presidentes de la Nueva Mayoría acusan que ello nunca logró concretarse.


Bajo ese diseño, para el gobierno será trascendental que los nuevos nombramientos en el gabinete cuenten con la venia de los partidos del oficialismo. Y el decir del PS varía radicalmente con una Isabel Allende timoneando el barco o con un Camilo Escalona a la cabeza. No se trata de un mero enroque de nombres.
Cuando los mismos contrincantes se enfrentaron en 2006 y Escalona presidía el partido, este último era tajante con el respaldo al programa de Bachelet, mientras que Allende tenía más reparos, argumentando que "no hay que confundir lealtad con incondicionalidad".


Ocho años después esos papeles aparecen invertidos. Allende concentra todo su discurso en la lealtad hacia la Presidenta, su programa y su equipo. Escalona, en cambio, se ha caracterizado por sus constantes críticas al manejo de La Moneda –apuntando directamente al rol del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo- sobre todo en el complejo escenario gatillado por los casos Caval, Penta y su arista SQM. De todos modos, en los últimos días Escalona ha procurado aclarar que "mi lealtad nunca ha estado en discusión". Sin embargo su contrincante cuestiona dicha explicación: "No entiendo su forma de ser leal. Yo he hecho críticas, pero al interior, no por los medios", dice Allende.

Nuevo mapa de fuerzas
En la bancada de senadores PS, a excepción de Fulvio Rossi, Allende cuenta con un respaldo unánime. Así también, en la Cámara -salvo tres diputados- todos apoyan a la senadora. Porque mientras Allende impone su liderazgo en el Congreso, Escalona concentra sus redes en antiguas figuras de la Concertación, como José Miguel Insulza y José Antonio Viera-Gallo.


En ese sentido, en el gobierno pesa que con Escalona regrese el protagonismo de personalidades de la denominada "vieja guardia", que justamente han cuestionado el acelerado ritmo con que se pretenden echar adelante las reformas, además de criticar el desempeño del equipo de Bachelet en su primer año.


No sólo eso, el resultado de los comicios también condicionará las relaciones de fuerza en la coalición. Es generalizada la idea que con Escalona reviviría el eje PS-DC, mientras que los aliados naturales de Allende tienden a aparecer en el PPD. Consecuentemente, están en juego los discursos y matices que predominen en la Nueva Mayoría en los años venideros, pues de vencer Escalona, la veta más conservadora del bloque, que encarna la DC, podría cobrar un nuevo impulso.

Un clima crispado
Con gran agilidad se ha polarizado el debate previo a las elecciones. En las últimas semanas, un papel preponderante ha jugado el actual timonel socialista, Osvaldo Andrade -que respalda la candidatura de Escalona-, quien, ad portas de dejar el mando, optó por hacer públicas sus críticas al manejo del gobierno y al trabajo de Peñailillo.


Algunos atribuyen el golpe de Andrade a la molestia que tendría por la escasa escucha hacia los partidos que ha contemplado el diseño político de Bachelet. De hecho, presidentes de partido indican que tendría una cuestión personal con Peñailillo, quien, encabezando los comités políticos de los días lunes, poco y nada consideraba las acotaciones que Andrade hiciese, cuentan.


Como sea, el bombardeo final al interior del PS, desencadenado por los dichos de Andrade -que arrastró también al PPD a pararse junto a la bancada de senadores PS, casi todos con Allende, para respaldar a Peñailillo y pedir lealtad con el gobierno de Bachelet-, evidencian el crispado clima instalado a días de las elecciones, donde los socialistas reaccionan desde sus trincheras, ya sea cerrando fila detrás de Isabel Allende o de Camilo Escalona.

Elecciones indirectas

Este domingo 26 de abril los militantes del PS escogen al próximo Comité Central del partido. Los 103 nombres que surján de dichos comicios, definirán a la próxima lista que encabezará el partido -de las cuatro que ostentan el cargo-, un proceso que podría tardar hasta dos semanas, aunque algunos dicen que tras la votación del domingo podría vislumbrarse al ganador. La definición se medirá voto a voto y la erupción del volcán Calbuco podría complicar a Allende, pues, según señalan en su comando, en Puerto Montt se concentra una de sus zonas fuertes.

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