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Garretón: “Si la derecha logra hacerse mayoría social, podría perpetuarse en el poder”

Dice que Piñera es el principal referente del mundo de derecha y su desafío es “dar respuesta a las esperanzas que una mayoría puso en él”.

Por: Ángela Chávez M. | Publicado: Lunes 19 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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“No me importa mucho preguntarme si las respuestas a la gente son de izquierda, de derecha o de centro. Lo que me interesa es la falencia de la política y particularmente de la centroizquierda y su ruptura con las mayorías”, admite el economista y empresario socialista Oscar Guillermo Garretón en un intento por poner en perspectiva el momento que vive el país a 20 días que asuma el nuevo gobierno y cuando anuncia que será “un año apasionante y desafiante”.

- ¿Cuáles son sus expectativas del gobierno de Piñera? ¿Las tiene?

- Es evidente que esta vez la derecha tuvo una capacidad mayor que los otros para interpretar las mayorías del país. Mientras muchos de los otros andaban discutiendo que la gente lo que quería era cambiar de modelo, resulta que lo que la gente quiere es más espacio dentro del modelo que la vio salir de la pobreza y no otra cosa. Mientras la izquierda no entienda que en el mundo de hoy la economía de mercado es un consenso de humanidad y no una bandera de los neoliberales, va a estar chocando con el mundo.

En la política de hoy está en juego, como no lo había estado antes, la posibilidad de que una mayoría de centroizquierda se pueda transformar en mayoría de centroderecha, más estable que un gobierno. Porque no es que la gente se hizo de centroizquierda, sino que la centroizquierda se hizo mayoría; y ahora, en esta elección, fue la centroderecha la que se hizo mayoría.

- Por ello, Piñera tiene el desafío de responder a las expectativas de esa mayoría que votó por él.

- Tiene una enorme oportunidad. La derecha tiene su ensimismamiento propio y en el fondo su gran desafío es ver si logra consolidar esa mayoría o si el ensimismamiento de los partidos la encapsulan en una discusión de que si lo que está haciendo es de derecha o no. Esa discusión está latente en el mundo de derecha que tiene una mayor dificultad, que la izquierda, para escuchar.

- ¿Y cómo ve la derecha que acompaña al mandatario? Chile Vamos parece unido, pero hasta que no aparezcan los temas valóricos.

- Siempre las unidades son fáciles cuando uno va ganando. El tema es de qué manera ese liderazgo, dado por una forma de entender la derecha, se puede consolidar en el tiempo.

- ¿Es Piñera el referente-líder de esta nueva derecha?

- Hoy inevitablemente es el referente principal del mundo de derecha, que se está jugando su futuro en la capacidad de este gobierno de dar respuesta a las esperanzas que una mayoría puso en él. Si a Piñera le va mal, toda la derecha va a pagar los costos de eso.

- La gestión es importante, pero ¿Está en manos de Piñera darle continuidad a la centroderecha en el poder?

- Siempre, por lo menos en Chile, el presidente de la República termina siendo también el jefe de la coalición y cuando eso lo abandona, al gobierno se le crean dificultades muy inmanejables, que es lo que le pasó al actual gobierno.

- ¿Y ve posible que la derecha se perpetúe en el poder?

- Si logra hacerse mayoría social, más o menos estable como la centroizquierda se construyó después de los 90, podría hacerlo.

La centroizquierda desapareció

- ¿Qué tan compleja ve la rearticulación de la centroizquierda?

- Para decir la verdad la centroizquierda desapareció. La centroizquierda no es igual a una suma de partidos. En su origen era un bloque social y político que constituyó mayorías para no repetir el error de querer hacer cambios con un tercio de la población como fue la Unidad Popular. El desafío nuevamente es cómo construir mayoría social.

En los 90 era súper fácil, era el proyecto de restablecer la democracia y hacerla viable. Hoy para poder tener una centroizquierda que sea mayoría social tiene que haber una lógica compartida entre los sectores. Y hay dos izquierdas, ya ni siquiera hay una. La Democracia Cristiana discute si es de centroizquierda, lo que es una abstracción, los radicales están en lo mismo; en el PS y PC está la discusión del Frente Amplio como un polo de imán. Si el mundo de izquierda de la exNueva Mayoría se carga hacia el Frente Amplio sería la noticia más maravillosa para Piñera y para la derecha...

- ¿Por qué?

- Porque le dejarían todo el centro a su disposición. Todo eso hace que esté muy líquida esta situación y que haga este año muy apasionante.

- ¿Ve posible la opción de una Concertación 2.0?

- No lo sé. Si miro el escenario de representación de mayoría social, tal como es, podría decir que parte de esa mayoría sintoniza con lo que fue la Concertación, que es de izquierda moderada; pero también podría sentirse interpretada con un Evópoli de Felipe Kast.

¿Qué va a ocurrir? No lo sé, pero es evidente que la política se va a jugar en ese centro de mayoría social y no en la derecha o en la izquierda.

- ¿Ve que el Frente Amplio jugará un rol gravitante?

- Es gravitante con los desafíos que planteó, o sea tiene que ser parte de la institucionalidad y demostrar que tiene respuestas. Entonces, si las respuestas que propone la derecha le suenan razonables a la gente y el Frente Amplio decide oponerse a todo, no le va a ir bien.

- ¿Qué rol debieran jugar partidos de izquierda, desde la oposición?

- El problema es dónde se coloca el acento. A mí me parece muchos más inteligente una propuesta orientada a disputar el centro por la vía de una oposición más reflexiva, no absolutamente cerril y cerrada, como es por ejemplo la que ha planteado en perspectiva el senador Insulza. Ahora, si lo que van a hacer es decir nada, negar la sal y el agua, eso es música celestial para la derecha. A la derecha le pueden quedar unos líos tremendos, pero si aparece victimizada por una oposición de un radicalismo irracional por parte de la izquierda, las mayorías sociales no van a seguir a la izquierda.


Operación Huracán: "Es símbolo de que la institucionalidad no está respondiendo"

- ¿Cómo observa el rol que ha jugado el gobierno en la pugna Carabineros-Ministerio Público?

- Este episodio de controversia, de disputa incluso en tribunales, es un símbolo de que la institucionalidad no está respondiendo a una demanda de la gente, que es súper simple, que quiere sentirse segura.

La verdad, no me atrevo a decir éste es el que tiene la razón. No sé si alguien se atreve.

- ¿No le queda la sensación de que falta alguien que le ponga el cascabel al gato?

- Tengo la impresión que en el momento en que estamos, el que queda con la responsabilidad va a ser el próximo gobierno. No creo que en este momento se pueda pedir mucho más. Esta es una de las cargas que le vienen al próximo gobierno y no solo resolver el tema de este caso de violencia, sino que tiene que resolver el tema de la inseguridad ciudadana, particularmente en La Araucanía, pero también en el resto del país. Este espectáculo no puede ser.

- ¿Cree que la aparente falta de respuesta de parte del gobierno -como se ha acusado- se explica por el daño que este caso podría ocasionarle al legado de la presidenta Bachelet?

- Si los partidos de la Nueva Mayoría han decidido inmolarse en aras del pasado, allá ellos.Pero uno debiera sacar la conclusión, que es lo mínimo que se puede pedir a la política, de que se escuche la voz de la ciudadanía, que en general el legado no fue bien evaluado. En la primera vuelta, cuando tuvo que votar por el legado, este obtuvo un 22%. Nadie tiene éxito por su historia, sino por lo que ofrece para delante, pero cuando la historia es mal evaluada, justa o injustamente, hay que pensar cuáles son las respuestas adecuadas.

Si me preguntan cuál es el legado: se llama Sebastián Piñera; desaparición de la Nueva Mayoría, nacimiento del Frente Amplio, reformas rechazadas, crecimiento desacelerado; esa es la realidad.

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